Exclusiva

Existen cosas, cosas que nos gustar¨ªa que no existieran pero existen. Existen, salvando las gamas y los abismos: los pederastas, los terroristas, los violadores, los asesinos en serie, los criminales de guerra ¡ªalgunos hasta son pr¨®speros expresidentes de gobierno¡ª, las enfermedades incurables, la mamba negra ¡ªmenos mal que repta por las selvas de Tanzania y Congo donde, o mucho me equivoco, o no creo que me pillen¡ª y el hambre en el Tercer y en el Primer Mundo (el Segundo pas¨® a la Historia, si es que alguna vez existi¨®).

Luego vienen Donald Trump y su amiguito Kim Jong-un. Com¨²n denominador: un pelo imposible y amplias ganas de montar el pollo.

Luego estar¨ªan, por este orden, los grandes corruptos, los concursantes de Gran Hermano y aquel vecino de escalera en Par¨ªs que una noche, porque lloraba el ni?o ¡ªel m¨ªo¡ª me toc¨® el timbre gritando que era inadmisible. Y lo era: el tipo era de verdad inadmisible, as¨ª que hubo que amenazarle educadamente para que no volviera a presentarse en casa, cosa que, tambi¨¦n educadamente, jam¨¢s volvi¨® a hacer. Hablando se entiende la gente.

Y luego, pues pongan ustedes lo que prefieran en la lista¡­ A ver, no s¨¦: ?los vendedores de exclusivas? Que s¨ª, que ya sabemos que todo se puede vender, los cuerpos, las almas y sobre todo la imagen... Pero si tu imagen est¨¢ en una playa con cocoteros y nombre de insecto protegida por seguratas para blindar la exclusiva contra paparazis sin invitaci¨®n, pues mejor. Y si mam¨¢, que es catedr¨¢tica de Venta de la Vida Privada por la Universidad de la Vida, te supervisa el guateque y negocia la tarifa a cara de perro, pues fet¨¦n. Oye, as¨ª hasta yo me apunto. Mamma mia, qu¨¦ material literario. Pura carne de novela. Todo se andar¨¢.