Asalto a Internet
Trump amenaza la neutralidad en la Red a costa de los usuarios
Terminar con la neutralidad de Internet es una p¨¦sima noticia. Es lo que ha puesto en marcha Donald Trump a trav¨¦s de la Comisi¨®n Federal de Comunicaciones de Estados Unidos. All¨ª, el pasado jueves, los tres representantes nombrados por los republicanos votaron contra los dos dem¨®cratas a favor de suprimir los l¨ªmites legales que en la actualidad proh¨ªben a los proveedores de Internet discriminar entre proveedores de contenidos, favoreciendo a unos a costa de otros.
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La decisi¨®n ha generado una importante pol¨¦mica, pues supone un cambio fundamental en la manera en la que Internet ha funcionado hasta ahora, y, sin duda, dar¨¢ paso a un gran n¨²mero de litigios judiciales. De ah¨ª el rechazo p¨²blico de 21 de los creadores e impulsores de la Red, conocido ayer.
En la actualidad, las empresas proveedoras de servicio de acceso a Internet, que en muchos casos tambi¨¦n comercializan sus propios contenidos en esas redes, no pueden primar sus productos frente a los de la competencia concedi¨¦ndoles m¨¢s ancho de banda ni tampoco pueden prohibir el acceso de empresas o particulares a la Red por razones comerciales, pol¨ªticas, religiosas o morales.
Esa pr¨¢ctica ¡ªconocida como neutralidad¡ª es buena para el usuario, que no tiene que pagar precios m¨¢s altos por acceder con velocidades mayores de descarga a determinados contenidos. Es tambi¨¦n positiva desde el punto de vista de la competencia y de la innovaci¨®n, pues las empresas que ya est¨¢n en el mercado no pueden bloquear ni discriminar a las que pretenden entrar. Y beneficiosa para la libertad de expresi¨®n y la democracia, pues no se pueden vetar los contenidos.
El anterior presidente, Barack Obama, legisl¨® de manera preventiva hace dos a?os para mantener esta neutralidad. Y la Uni¨®n Europea dispone desde el a?o pasado de una legislaci¨®n que la garantiza impidiendo que las operadoras restrinjan discrecionalmente el acceso a contenidos. Esta neutralidad, aunque no ha impedido una gran y preocupante concentraci¨®n empresarial ¡ªque la legislaci¨®n sobre competencia en alg¨²n momento tendr¨¢ que tratar¡ª es la que ha permitido el nacimiento de nuevas plataformas y servicios a los que se puede acceder independientemente de la operadora que se utilice.
Este principio de base democr¨¢tica es el que Trump pone en riesgo actuando, como viene siendo costumbre, a favor de los intereses empresariales de unos pocos, en contra de los intereses de los ciudadanos y consumidores y, sobre todo, con desprecio absoluto hacia el resto del mundo. Dada la hegemon¨ªa estadounidense en el ¨¢mbito digital, su iniciativa ¡ªuna vez m¨¢s, unilateral¡ª no solo erosionar¨¢ la libre competencia, la innovaci¨®n y el acceso igualitario a Internet en EE UU, sino, a largo plazo, en el resto del mundo, que poco podr¨¢ hacer ante la dominaci¨®n del mercado por empresas estadounidenses.
Una vez m¨¢s, Trump muestra ser un presidente guiado por una ciega defensa de los intereses empresariales aun a costa de la mayor¨ªa de ciudadanos.
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