6 fotos6 cosas que hacen que comamos m¨¢sSe est¨¢ poniendo trampas, pero tiene f¨¢cil soluci¨®nElena Horrillo30 dic 2017 - 11:15CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceHay algunas comidas que pueden hacer que pocas horas despu¨¦s volvamos a tener hambre repentinamente. Esto pasa con las que poseen un alto grado de hidratos de carbono refinados como puede ser la pasta no integral, el pan blanco o la boller¨ªa. ¡°Tenemos un subid¨®n de glucosa en sangre que luego r¨¢pidamente cae en picado y vuelve a entrar hambre. Acabamos comiendo m¨¢s porque son alimentos que no nos sacian y no nos aportan ning¨²n nutriente de inter¨¦s¡±, asegura Paula Lucio, dietista y nutricionista del Centro Psicolog¨ªa y Nutrici¨®n Retiro.S¨ª, esto inicialmente es algo que chirr¨ªa a lo que llevamos escuchando toda la vida pero las grasas no son tan malas como cre¨ªamos. Ni para el riesgo cardiovascular, como han puesto de relieve varios estudios, ni para las dietas. La ingesta de las llamadas grasas buenas, presentes en los vegetales, el aceite de oliva o los frutos secos, hace que aumente la sensaci¨®n de saciedad. ¡°Para el tratamiento de la obesidad, cuando hay m¨¢s grasa, siempre en un r¨¦gimen hipocal¨®rico, la gente tolera mejor la dieta y pierden m¨¢s peso que con una alta en carbohidrato¡±, explica el doctor Emili Ros, director de la Unidad de L¨ªpidos del Hospital Clinic de Barcelona y jefe de grupo del CIBER de Obesidad y Nutrici¨®n del Instituto Carlos III. As¨ª que si llevamos una dieta demasiado baja en grasas corremos el riesgo de comer m¨¢s y no quedarnos satisfechos.El mecanismo que regula el apetito y la saciedad es un terreno en el que a¨²n queda mucho por conocer sin embargo hay algunas cosas que s¨ª sabemos, como la importancia de dos hormonas: la grelina y la leptina. A la primera se la conoce como la hormona del hambre; es secretada en el est¨®mago y es la que nos produce la sensaci¨®n de apetito, mientras que la segunda, la leptina, es la que nos da la sensaci¨®n de saciedad. Seg¨²n los estudios, justo antes de comer los niveles de grelina son m¨¢s altos y tarda entre 30 minutos y una hora en volver a sus niveles normales. Por ello, si comemos demasiado r¨¢pido, no le estamos dando la oportunidad a nuestro cerebro de darse cuenta de que ya estamos llenos.El momento del d¨ªa en el que se ingiere un determinado elemento no es balad¨ª. Esto es lo que, entre otras cosas, defiende la cronobiolog¨ªa, una disciplina, que entronca con la fisiolog¨ªa, la endocrinolog¨ªa y la medicina, y que estudia los ritmos biol¨®gicos y c¨®mo nos influyen. ¡°La cronobiolog¨ªa est¨¢ mostrando que no solo es importante controlar la cantidad y el tipo de alimento que ingerimos, sino tambi¨¦n cu¨¢ndo lo ingerimos. El momento del d¨ªa o de la noche en el que nos alimentamos influir¨¢ en c¨®mo vamos a aprovechar y metabolizar el alimento¡±, asegura Juan Antonio Madrid, catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa y director del laboratorio de Cronobiolog¨ªa de la Universidad de Murcia. Una de las conclusiones que obtienen los estudios que relacionan cronobiolog¨ªa y nutrici¨®n es que comer pronto ayuda a adelgazar. ¡°Parece claro que adelantar las comidas, tanto al mediod¨ªa como la cena, es saludable. Por ejemplo, las personas que com¨ªan antes de las 3 de la tarde consegu¨ªan adelgazar m¨¢s que las que lo hac¨ªan despu¨¦s de esta hora¡±, concluye Madrid.Nuestro cerebro es hedonista. Observ¨¢ndolo mediante resonancias magn¨¦ticas para evaluar el comportamiento del circuito de recompensa cerebral (las regiones del cerebro relacionadas con la motivaci¨®n, el deseo y el placer) a los investigadores les resulta claro que el cerebro reacciona de manera diferente cuando se le expone a la visi¨®n de comidas que les resultan apetecibles y de otras que no. ¡°Si experimentamos una sensaci¨®n muy placentera al comer una determinada comida, nuestro cerebro guarda en su memoria esa situaci¨®n como placentera y tiende a buscar activamente ese tipo de acci¨®n para tener esa recompensa de nuevo¡±, asegura el doctor Pablo Irimia, especialista en Neurolog¨ªa por la Cl¨ªnica Universitaria de Navarra y vocal de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa (SEN). ¡°De tal forma las comidas con probablemente m¨¢s contenido cal¨®rico o m¨¢s apetecibles desde el punto de vista visual hacen que nos comportemos de forma distinta e intentemos comer m¨¢s que si comi¨¦ramos verduras o frutas que no nos produzcan esa sensaci¨®n tan placentera¡±, sentencia.Con el olor pasa algo similar a lo que sucede con la visi¨®n de un alimento que nos resulta satisfactorio: se activan en nuestro cerebro los mismos mecanismos de recompensa. ¡°Forma parte de ese circuito por el que el cerebro busca situaciones placenteras y todo lo que le resulte atractivo, sea desde el punto de vista visual, olfativo o gustativo, intenta repetirlo. La experiencia culinaria es un todo que incluye estos tres aspectos¡±, explica Irimia.