Las ajedrecistas se ponen la chaqueta en Arabia Saud¨ª
Por primera vez Riad exime de utilizar la ¡®abaya¡¯ a las participantes de un evento
En medio de las constantes primicias que genera Arabia Saud¨ª desde que tomara las riendas el pr¨ªncipe heredero, Mohamed bin Salm¨¢n (MBS), el anuncio de que iba a celebrar los Campeonatos Mundiales de Ajedrez a finales de diciembre pas¨® inadvertido salvo para los aficionados. Y sin embargo, se trata de un hecho doblemente significativo y no exento de problemas.
En primer lugar, marca una nueva ruptura con el estamento religioso, cuya m¨¢xima autoridad en el reino, el jeque Abdulaziz al Sheij, dictamin¨® hace un par de a?os que ¡°el islam proh¨ªbe el ajedrez¡± porque es una forma de juego y una p¨¦rdida de tiempo. Por otro lado, el Reino del Desierto sigue los pasos de sus vecinos, Emiratos ?rabes Unidos y Qatar en utilizar el deporte para mejorar su imagen internacional.
Pero si la voluntad de MBS se impuso sobre la opini¨®n de los religiosos ultras, como antes con el derecho de las mujeres a conducir o la autorizaci¨®n de conciertos, la competici¨®n tambi¨¦n ha puesto de relieve los l¨ªmites a sus reformas. Enseguida surgieron dos obst¨¢culos: la vestimenta de las mujeres y el acceso abierto a todos los participantes.
Como ya sucediera en el campeonato femenino celebrado en Ir¨¢n el pasado febrero, algunas ajedrecistas rechazaron la norma saud¨ª de cubrirse con la abaya (la capa negra que es preceptiva para las mujeres en el reino). Sin embargo, los organizadores encontraron una soluci¨®n salom¨®nica: traje de pantal¨®n negro o azul oscuro, tanto para hombres como para mujeres, con camisas o blusas blancas cerradas. Es la primera vez que Arabia Saud¨ª exime de la abaya a las participantes en un evento. Riad no ha permitido sin embargo la presencia de los siete ajedrecistas israel¨ªes, algo que ha motivado una protesta formal de la Federaci¨®n de Ajedrez de Israel. Esta organizaci¨®n ha pedido a la Federaci¨®n Internacional de Ajedrez (FIDE) que compense a los afectados por los da?os ¡°profesionales y financieros¡± que les ha causado. De acuerdo con las normas de la FIDE, no se puede negar la participaci¨®n a ning¨²n jugador.
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