Cuando el matrimonio precoz es la norma y la educaci��n, una excepci��n

Las mujeres y ni?as de zonas rurales aisladas, como el alto Atlas marroqu��, son uno de los colectivos de la sociedad m��s vulnerables. Suponen el 41,6% de la poblaci��n del pa��s, seg��n un informe de UN Women, es decir, unos 16,4 millones. Aisha, de cuatro a?os, a��n no est�� escolarizada a pesar de que en su aldea acaban de abrir un centro de educaci��n primaria. Sus padres no quieren que vaya porque lo consideran una p��rdida de tiempo. Su madre la quiere en casa para que la ayude en las tareas dom��sticas.

<p> Sin pr��cticamente acceso a la educaci��n y un alt��simo ��ndice de pobreza, su futuro con gran seguridad ser�� un matrimonio prematuro que perpetuar�� su dif��cil situaci��n en estos enclaves remotos. Un informe del departamento de estudios sem��ticos de la Universidad de Granada, de hecho, afirma que el 84,2% de las mujeres del entorno rural son analfabetas, es decir, casi nueve de cada 10. </p> <p> F��tima nunca ha ido al colegio y no sabe cu��ntos a?os tiene. Vive desde que ten��a 40 d��as con sus abuelos paternos. Su madre muri�� al poco de nacer ella, su padre se volvi�� a casar y su nueva esposa no quiso hacerse cargo de ella. La ni?a vive en la aldea de Akka Nouarin, que tiene un acceso realmente complicado. Su comunicaci��n con el pueblo m��s importante, Imilchil, es dif��cil.</p>

Sin pr��cticamente acceso a la educaci��n y un alt��simo ��ndice de pobreza, su futuro con gran seguridad ser�� un matrimonio prematuro que perpetuar�� su dif��cil situaci��n en estos enclaves remotos. Un informe del departamento de estudios sem��ticos de la Universidad de Granada, de hecho, afirma que el 84,2% de las mujeres del entorno rural son analfabetas, es decir, casi nueve de cada 10.

F��tima nunca ha ido al colegio y no sabe cu��ntos a?os tiene. Vive desde que ten��a 40 d��as con sus abuelos paternos. Su madre muri�� al poco de nacer ella, su padre se volvi�� a casar y su nueva esposa no quiso hacerse cargo de ella. La ni?a vive en la aldea de Akka Nouarin, que tiene un acceso realmente complicado. Su comunicaci��n con el pueblo m��s importante, Imilchil, es dif��cil.

F��tima posa con su abuela paterna en el sal��n de su casa, en la aldea de AkkaNouarin. Ella nunca ha salido de su pueblo y, seguramente, la tendr��n que casar pronto porque sus abuelos se ven muy mayores y creenque no podr��n seguir cuid��ndola. F��tima no quiere o��r ni hablar del matrimonio.

<p> En 2004, el C��digo de Familia marroqu�� prohibi�� el matrimonio de menores de 18 a?os, sin embargo las cifras de los ��ltimos a?os arrojan un aumento. Seg��n el Ministerio de Justicia de Marruecos antes de la prohibici��n, en 2004 fueron casadas 18.341 menores y, sin embargo, en 2013 el n��mero lleg�� a 35.000. </p> <p> Hanane, una ni?a de ocho a?os en el umbral de su casa, en la aldea de Akka Nouanin. Hace unos meses empez�� a asistir a la escuela primaria que acaban de abrir en la aldea. Es muy posible que no pueda ir durante mucho tiempo: su madre dice que la familia es muy pobre y necesita a la menor para ayudarla en las tareas dom��sticas y con los animales. Su aldea se queda aislada por la nieve durante algunos meses en invierno.</p>

En 2004, el C��digo de Familia marroqu�� prohibi�� el matrimonio de menores de 18 a?os, sin embargo las cifras de los ��ltimos a?os arrojan un aumento. Seg��n el Ministerio de Justicia de Marruecos antes de la prohibici��n, en 2004 fueron casadas 18.341 menores y, sin embargo, en 2013 el n��mero lleg�� a 35.000.

Hanane, una ni?a de ocho a?os en el umbral de su casa, en la aldea de Akka Nouanin. Hace unos meses empez�� a asistir a la escuela primaria que acaban de abrir en la aldea. Es muy posible que no pueda ir durante mucho tiempo: su madre dice que la familia es muy pobre y necesita a la menor para ayudarla en las tareas dom��sticas y con los animales. Su aldea se queda aislada por la nieve durante algunos meses en invierno.

Hanane, de ocho a?os, en la escuela de educaci��n primaria reci��n abierta en Akka Nouanin. Hace pocas semanas que ha empezado a ir a clase y para ella es todav��a una novedad, casi un juego.

Jem?a tiene cuatro a?os y vive en la aldea de N'Ihoudigne. No ir�� a la escuela porque su madre prefiere que la ayude en las tareas del hogar, con los animales y en el campo.

<p> El nuevo C��digo de Familia permite a los jueces derogar la prohibici��n bajo un gran n��mero de excepciones, seg��n afirma Aatisa Timjerdine, presidenta de la Asociaci��n Democr��tica de Mujeres de Marruecos, con lo que la efectividad de la prohibici��n es bastante limitada. </p>
<p> A Jamna la casar��n cuando ten��a diez a?os. Nunca ha ido a la escuela, ni ha visitado un hospital. Tiene ocho hijos y ninguna de las chicas ha ido al colegio. Es una n��mada bereber que vive de sus cabras.</p>

El nuevo C��digo de Familia permite a los jueces derogar la prohibici��n bajo un gran n��mero de excepciones, seg��n afirma Aatisa Timjerdine, presidenta de la Asociaci��n Democr��tica de Mujeres de Marruecos, con lo que la efectividad de la prohibici��n es bastante limitada.

A Jamna la casar��n cuando ten��a diez a?os. Nunca ha ido a la escuela, ni ha visitado un hospital. Tiene ocho hijos y ninguna de las chicas ha ido al colegio. Es una n��mada bereber que vive de sus cabras.

Un pastor del Alto Atlas, con tres de sus hijos. Solo los v��stagos varones van a la escuela, las chicas ayudan a la madre en las tareas dom��sticas y cuidan del ganado.

Mina, de 13 a?os, con su beb�� en uno de las pocas fuentes que hay en la zona. Las mujeres son las encargadas de ir a buscar el agua, y muchas veces tienen que recorrer muchos kil��metros para llegar al manantial.

Una anciana recoge hierba para el ganado en el valle de Asif Melloul. Las mujeres son las encargadas de parte de las tareas agr��colas y del cuidado de los animales.

Dos ni?as en la escuela de la aldea Akka Nouanim. Solo aprender��n lo b��sico porque el colegio m��s pr��ximo est�� en el pueblo de Imilchil, a 20 kil��metros de la aldea. Esta se queda incomunicada en los meses de invierno y sus familias no tienen dinero para dejarlas internas. Adem��s, dicen que las necesitan en casa porque ellas ayudan a sus familias en las tareas domesticas y el campo.

Hajiba, de 15 a?os, acomoda la zona donde duermen sus hermanos, su madre y ella. Es la mayor de sus seis y la ��nica chica. Hajiba nunca ha ido a la escuela y desde que su madre quedara viuda hace nueve a?os ella se encarga de todas las tareas diarias.

Aisha tiene siete a?os. Ahora va al centro de educaci��n primaria de de Akka Nouanim, pero despu��s de los primeros a?os de escolarizaci��n no tendr�� posibilidad de seguir estudiando porque el colegio m��s pr��ximo est�� en el pueblo de Imilchil a 20 kil��metros. Su aldea se suele quedar incomunicada en los meses de invierno.

Nora, de 23 a?os, posa con su hijo peque?o en brazos en la aldea de N'Ihoudigne. Ella nunca estudi��. Ha tenido a sus cuatro hijos en casa, asistida por su madre. Existe un alto nivel de mortalidad en las mujeres rurales de esta zona y en los ni?os menores de tres a?os.

Fadma, en el sal��n de su casa. Aparenta unos 30 a?os, pero no sabe cu��ntos tiene. Nunca fue al colegio y la casaron siendo casi una ni?a. Trabaja muy duro en la casa y en el campo, pero apenas gana para alimentar a sus cinco hijos.

<p>Nejma tiene seis a?os y tampoco va a la escuela. Es hija de una familia de pastores, por lo que vive unos meses en la zona m��s alta del Atlas marroqu�� y, otros, en los valles m��s bajos. Sus padres no tienen dinero para pagarle un internado en el pueblo m��s pr��ximo, Imilchil.</p>
<p>Contrasta comprobar con qu�� rapidez han llegado hasta los enclaves remotos del alto Atlas ya las nuevas tecnolog��as. Sin embargo, la educaci��n y el desarrollo para las ni?as y mujeres va a paso de tortuga. </p>

Nejma tiene seis a?os y tampoco va a la escuela. Es hija de una familia de pastores, por lo que vive unos meses en la zona m��s alta del Atlas marroqu�� y, otros, en los valles m��s bajos. Sus padres no tienen dinero para pagarle un internado en el pueblo m��s pr��ximo, Imilchil.

Contrasta comprobar con qu�� rapidez han llegado hasta los enclaves remotos del alto Atlas ya las nuevas tecnolog��as. Sin embargo, la educaci��n y el desarrollo para las ni?as y mujeres va a paso de tortuga.