No es culpa de los conductores
Un Estado moderno debe saber evitar o mitigar emergencias por la climatolog¨ªa, y eso no ocurri¨®
El caos ocasionado en algunas carreteras por las primeras nevadas del a?o, con cerca de 3.000 coches bloqueados desde el s¨¢bado, familias paralizadas hasta 18 horas sin auxilio, escas¨ªsimos albergues o lugares donde pasar las horas de mayor fr¨ªo con algo de abrigo, calor y alimento, han dibujado una fotograf¨ªa de escasa capacidad p¨²blica ante una emergencia tan previsible como la ca¨ªda de nieve en enero. La concesionaria de la AP-6, la autopista de peaje que sale de Madrid camino de A Coru?a culp¨® a numerosos conductores por no acceder con el equipamiento adecuado; y el director general de la DGT, Gregorio Serrano, se deslig¨® de cualquier responsabilidad p¨²blica al asegurar que este organismo hab¨ªa avisado insistentemente del temporal de nieve y que los conductores ¡°o no se han enterado o no han tomado las precauciones necesarias¡±. Una reacci¨®n extremadamente pobre e insuficiente.
El Estado tiene numerosos recursos para reaccionar ante una situaci¨®n de emergencia como la que se vivi¨® este fin de semana: desde desplegar m¨¢quinas para echar sal a enviar quitanieves y gr¨²as o cortar tramos de circulaci¨®n imposible por la nieve y los veh¨ªculos acumulados. Y una vez comenzado el desastre, tambi¨¦n debe ser capaz de asistir a la poblaci¨®n afectada con informaci¨®n concreta, alimento, bebida, mantas o acceso a refugios improvisados. Nada de ello, o en escas¨ªsimas dosis, ocurri¨® en la noche del s¨¢bado a domingo, a tenor de los m¨²ltiples testimonios de angustia y abandono que padecieron los bloqueados.
Los ministros de Fomento y de Interior tendr¨¢n que explicar a fondo por qu¨¦ no se cortaron los accesos, no se asisti¨® a las v¨ªctimas y no funcionaron a tiempo las quitanieves y la sal. Un Estado moderno debe distinguirse por evitar o mitigar situaciones de emergencia tan primarias como las provocadas por la climatolog¨ªa y, en caso de producirse, por aminorar sus consecuencias. Ninguna de esas cosas ocurri¨®.
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