El miedo visible
La actual generaci¨®n de j¨®venes corre el riesgo de vivir peor que la de sus padres
Hace a?os, una economista me hizo una predicci¨®n inquietante sobre el futuro de Espa?a. ¡°Cuidado; est¨¢is gestando un enorme conflicto intergeneracional¡±.
?Interqu¨¦? Tuve que buscarlo en el diccionario. Y es que, durante mucho tiempo, los espa?oles hemos evitado debatir un pilar fundamental de la cohesi¨®n social: el acuerdo entre generaciones. Es por ello bienvenido El muro invisible, un libro del colectivo Politikon que subraya las fortunas dispares de j¨®venes y mayores en Espa?a. Mientras la renta mediana de los j¨®venes cay¨® un 20% durante la crisis, la de los mayores subi¨® un 5%. Y, tras la crisis, la mayor¨ªa de j¨®venes subsiste con contratos temporales, vive con sus padres y tiene hijos ¡ªpocos (1,3 por mujer)¡ª a una edad m¨¢s tard¨ªa que en otros pa¨ªses.
La actual generaci¨®n de j¨®venes corre el riesgo de vivir peor que la de sus padres. Y, en gran parte, lo podemos corregir. Politikon propone medidas concretas para que el Estado de bienestar espa?ol proteja de forma m¨¢s equitativa, sin beneficiar desproporcionalmente a los mayores a costa de los j¨®venes.
Pero quiz¨¢s una parte de la injusticia entre generaciones es inevitable. Como se?alan los soci¨®logos H¨¦ctor Cebolla, Leire Salazar y Amparo Gonz¨¢lez, lo excepcional no es tanto la mala situaci¨®n de los j¨®venes actuales como la buena de sus padres. Estos fueron bendecidos por unas condiciones ¨²nicas: la expansi¨®n de la educaci¨®n y los trabajos altamente cualificados en las d¨¦cadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Porque, a lo largo de la historia, la suerte de los j¨®venes no ha sido necesariamente mejor que la de sus padres. Los progenitores ricos se reproduc¨ªan m¨¢s que los pobres y, si la riqueza total en la sociedad no aumentaba, muchos hijos criados en la abundancia acababan pobres. Durante milenios, el ascensor social ha bajado seguramente m¨¢s veces de las que ha subido.
Evitar la movilidad social descendente era la obsesi¨®n tradicional de toda familia bien. El temor que recorre, por ejemplo, las novelas de Jane Austen: la (justificada) ansiedad de los padres por el futuro incierto de su educada prole. Ese miedo ha vuelto.
@VictorLapuente
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.