Charl¨¨ne de M¨®naco cumple 40 a?os, seis en entredicho
La esposa del pr¨ªncipe Alberto no ha logrado que su matrimonio y su papel como princesa sean cre¨ªbles en un peculiar Principado
M¨®naco es un Principado que desde hace a?os lucha por conservar su esencia que no es otra que ser un para¨ªso para millonarios que buscan beneficios fiscales. Para ello necesitan contar con la aprobaci¨®n de Francia y con una familia que les represente. De esta tarea se encargan los Grimaldi, los menos reales de todas las monarqu¨ªas europeas. Ellos act¨²an como imagen de M¨®naco, como unos relaciones p¨²blicas singulares. Por todo ello, era importante la continuidad que el matrimonio del pr¨ªncipe Alberto deb¨ªa dar al Principado. Pero este no se decidi¨® a dar el paso hasta 2011, cuando ya hab¨ªa cumplido los 53 a?os. Hab¨ªan pasado 11 desde que Alberto y Charl¨¨ne de M¨®naco se vieron por primera vez. Fue cuando ella, con 22 a?os, lleg¨® a Montecarlo para el campeonato de nataci¨®n Mare Nostrum. ¡°Solo lo hab¨ªa visto en los peri¨®dicos cuando se me acerc¨® en el baile despu¨¦s de las carreras. Estaba intrigada por su simplicidad, su inter¨¦s por m¨ª. Hablando solo de deporte, se las arregl¨® para hacerse irresistible¡±, ha contado la ahora princesa de M¨®naco sobre aquel primer encuentro.
Charl¨¨ne cumple este jueves 40 a?os, seis de ellos como esposa de Alberto de M¨®naco, en un matrimonio muy peculiar que muchos ven como una uni¨®n en la que prevalece el mutuo inter¨¦s m¨¢s que el amor. Incluso la prensa francesa public¨® cuando se celebr¨® la boda que Charl¨¨ne de M¨®naco se hab¨ªa comprometido en un contrato prenupcial a estar al lado de su marido cinco a?os. En este tiempo la nadadora ha dado paso a una peculiar princesa. ¡°Necesito un per¨ªodo de adaptaci¨®n, ser¨¦ una princesa a mi manera¡±, anunci¨® Charl¨¨ne Lynette Wittstock unos meses despu¨¦s de su matrimonio.
La esposa de Alberto de M¨®naco naci¨® en Zimbabue pero se crio en Sud¨¢frica. Pas¨® del traje de ba?o y la piscina en la que so?aba ser alg¨²n d¨ªa ol¨ªmpica a vestirse de Armani y ser princesa, algo con lo que no so?¨® nunca. Dicen que fue en el agua donde obtuvo la capacidad de resistir. Charl¨¨ne es una mujer paciente que esper¨® desde 2006 hasta 2011 para que Alberto se decidiera a dar el paso. Cambi¨® su vida, dej¨® su pa¨ªs para mudarse a Montecarlo, se hizo cat¨®lica, estudi¨® franc¨¦s y aprendi¨® todos los secretos de la etiqueta que regula la vida en el Principado. Tambi¨¦n experiment¨® una gran transformaci¨®n f¨ªsica con el trabajo de cirujanos est¨¦ticos y estilistas. Poco queda de la cara de aquella joven nadadora en la princesa de M¨®naco. ¡°Aprender a cuidar mi manera de vestir fue un reto. Viv¨ªa con trajes de ba?o y ropa deportiva, nunca hab¨ªa usado un vestido de noche ... Mis iconos eran las chicas de Sports Illustrated¡±, ha contado Charl¨¨ne a Vanity Fair.
La pasi¨®n com¨²n por el deporte, la ecolog¨ªa y las causas humanitarias hizo el resto, y en 2006 la pareja hizo su deb¨² como tal. Y como no pod¨ªa ser de otra manera eligieron como escenario los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno en Tur¨ªn. El compromiso lleg¨® en 2010 con un anillo de Repossi y la declaraci¨®n oficial de Palacio. El 2 de julio, vestida de Armani, hered¨® el t¨ªtulo que antes tuvo Grace de M¨®naco, pero lo hizo entre noticias de que horas antes de la boda intent¨® huir al enterarse de una infidelidad de quien iba a ser su esposo.
El 10 de diciembre de 2014, 42 ca?onazos anunciaban la llegada de Gabriella Th¨¦r¨¨se Marie y Jacques Honor¨¦ Rainier, los mellizos de Alberto y Charl¨¨ne. Los ni?os han terminado de confeccionar la imagen de familia que Alberto buscaba pero no han acallado los rumores de que la uni¨®n es una farsa, que se mantiene porque de momento a ambos les interesa.
El poder en la sombra de Carolina
Que Carolina de M¨®naco y su cu?ada Charl¨¨ne no se soportan no es un secreto. Ellas no lo ocultan. Se cuentan con los dedos de la mano las veces que se dejan ver en p¨²blico. Si una va a un acto oficial, la otra encuentra un pretexto para no acudir. Incluso si se trata de una boda familiar tambi¨¦n hay desencuentros como sucedi¨® en el enlace de Pierre Casiraghi con Beatrice Borromeo. Carolina es un poder en la sombra en la familia y en el Principado.
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