Mono dios
La serpiente act¨²a ahora en los laboratorios de biolog¨ªa molecular
Durante millones de a?os el primate estuvo sumido en la confusi¨®n de los sentidos hasta que lleg¨® el momento en que intervino la serpiente. Con un picotazo en la nuca, la serpiente inocul¨® la conciencia en su cerebro y el primate, de repente, se sinti¨® inteligente y culpable. Este hecho ha llegado a nuestra cultura en forma de f¨¢bula. En medio del ed¨¦n estaba el ¨¢rbol de la ciencia con la manzana prohibida. ¡°Quien coma la fruta de este ¨¢rbol morir¨¢¡± ¡ªdijo Yahv¨¦¡ª. Entre helechos arborescentes, aquel primate iba desnudo y se cre¨ªa inmortal, una sensaci¨®n que compart¨ªa con el resto de los animales. Puede que otros simios cong¨¦neres conocieran la prohibici¨®n decretada por el amo del ed¨¦n, pero solo ¨¦l, nuestro directo antepasado, tentado por la serpiente, os¨® quebrantarla. ¡°Si mord¨¦is esta manzana ser¨¦is como dioses¡± ¡ªle dijo la serpiente a Eva¡ª. Ya se sabe con qu¨¦ castigo tuvo que cargar la humanidad por este desaf¨ªo a su creador. Nuestros primeros padres fueron expulsados del para¨ªso, condenados a parir con dolor, a trabajar con el sudor de la frente y a morir. ?Y todo por una simple manzana? ¡ªpregunta un ni?o al maestro¡ª. Alguien tiene que explicarle a ese ni?o que la manzana del para¨ªso es la conciencia, la raz¨®n, el conocimiento, la curiosidad y la rebeld¨ªa que el ser humano ha heredado de aquella pareja de primates bajo el nombre de pecado original. El ¨¢rbol de la ciencia sigue dando hoy otras manzanas mordidas, la de Newton, la de Alan Turing, la de Steve Jobs, que penden de sus ramas en forma de iPad, de iPhone. Ser¨¦is como dioses. La serpiente act¨²a ahora en los laboratorios de biolog¨ªa molecular, donde gracias al pecado original el ser humano ha adquirido el poder caprichoso e ilimitado de su creador. Cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s cerca el ¨²ltimo asalto a la inmortalidad. De hecho, unos chinos acaban de clonar a un mono.
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