Navegando por el acuario del mundo (o lo que queda de ¨¦l)
Seguimos la estela de Steinbeck, Jord¨¢n y Cousteau para documentar c¨®mo ha cambiado el Golfo de California
Hay algo en el Golfo, que cuando uno se encuentra en aquel escenario fant¨¢stico y ex¨®tico, le hace asentir y decirse interiormente: ¡°S¨ª, lo conozco¡± [...] Recordar el Golfo es como recordar un sue?o
Por el Mar de Cort¨¦s, John Steinbeck
Abandonamos La Paz y nos paseamos por el infierno abrasador con cierto vacile. Gracias al movimiento de la nave, corre la brisa y, al mismo tiempo, la vela proporciona una sombra perfecta desde donde pienso -cerveza fr¨ªa en mano- que no durar¨ªa ni un d¨ªa bajo ese sol. La costa pasa ante nuestros ojos con sus colinas rojizas, su mar turquesa y sus playas cegadoras. Y c¨®mo no sus cactus verdes, que erguidos e inamovibles me recuerdan a la guardia real brit¨¢nica. Es un paisaje hipn¨®tico. Desde el tim¨®n, el capit¨¢n me despierta gritando: ¡°?Bienvenido al desierto con agua!¡±.
¡°Este mar ha sufrido muchos impactos ambientales a lo largo de su historia¡± lamenta Octavio Aburto, cient¨ªfico y fot¨®grafo del Programa Marino del Golfo de California (PMGC). El nombre de nuestra embarcaci¨®n hace alusi¨®n precisamente a la lucrativa ¨¦poca de la industria perlera; la leyenda del Mechudo cuenta que un pescador, justo antes de zambullirse en busca de la ¨²ltima perla para la Virgen, dijo: ¡°Mejor se la regalo al diablo¡±. Desde entonces, el buzo blasfemo se encuentra en el fondo del mar con largas gre?as y una concha de madreperla en la mano. Con el uso de trajes submarinos y de explosivos, las ostras del lecho marino hab¨ªan diezmado dr¨¢sticamente a principios del S.XX. Hoy en d¨ªa, a¨²n no se han recuperado las grandes poblaciones naturales que hicieron famoso al Mar de Cort¨¦s.
Llegamos al Pardito, un islote de apenas una hect¨¢rea donde vive una familia de pescadores; los Cuevas. El Pardito fue fundado en 1923 por Juan Cuevas Ram¨ªrez que decidi¨® asentarse en esta roca parduzca por la riqueza de sus aguas. Tal fue su ¨¦xito que construy¨® varias casas, un capilla en la cima y tuvo varios descendientes. ¡°Llegamos ah¨ª solamente mi mujer y yo. Pero con eso de usar solamente un cobija ya ve lo que resulta. Ahora somos m¨¢s de veinte¡± explic¨® al reportero mexicano Federico Jord¨¢n. Hoy vive uno de sus nietos; Pablo Cuevas, junto con su esposa, algunos hijos y un nieto. Siguen pr¨¢cticamente aislados, sin internet ni tel¨¦fono. Tampoco disponen de un sistema de agua potable ni de refrigerador. En la casa de Pablo cuelga la mand¨ªbula de un tibur¨®n: "Es un mako, el m¨¢s grande que he agarrado. Mi abuelo me ense?¨® a pescarlos¡±, cuenta con nostalgia. Tras el desplome de su poblaci¨®n, la pesca de tibur¨®n est¨¢ prohibida a menos de cinco millas n¨¢uticas de la costa, y actualmente los Cuevas ayudan a los cient¨ªficos a estudiarlos. Pablo sabe que si no protege el mar, su nieto no podr¨¢ vivir de ¨¦l.
El mar es como una cuenta bancaria donde todos sacan dinero, pero nadie invierte
El Pardito y otros 11 puntos del Corredor de San Cosme a Punta Coyote forman parte de la Red de Zona de Refugio donde no se puede pescar ni realizar ning¨²n tipo de actividad extractiva. ¡°Queremos recuperar las poblaciones y los ciclos de vida de las especies. Sabemos que, con el tiempo y la mejora, los peces se desplazan a zonas aleda?as sin protecci¨®n beneficiando a los pescadores¡± explica Octavio Aburto mientras nos ponemos los neoprenos y cargamos las c¨¢maras a la panga. A lo lejos divisamos un manto verde que le gana terreno al mar, es el manglar de San Jos¨¦. El agua est¨¢ ligeramente turbia, pero no impide ver pargos, cabrillas y pericos escondi¨¦ndose entre las ra¨ªces retorcidas. Este ecosistema es una guarder¨ªa de peces. Aqu¨ª tienen alimento en abundancia y pueden resguardarse de los depredadores mientras son juveniles. Una vez alcanzan tallas m¨¢s grandes abandonan el manglar revirtiendo positivamente en las pesquer¨ªas.
Gran parte del trabajo de la organizaci¨®n civil Niparaj¨¢ y el PMGC es resaltar el valor econ¨®mico del mar y su adecuada gesti¨®n: ¡°El mar es como una cuenta bancaria donde todos sacan dinero, pero nadie invierte. Una reserva marina ser¨ªa una cuenta de ahorro con un capital en crecimiento que proporciona intereses aprovechables a largo plazo¡± menciona Aburto. El mejor ejemplo es el Parque Nacional Cabo Pulmo, al sur de la Pen¨ªnsula de Baja California. Despu¨¦s de diez a?os sin pesca, la cantidad de peces aument¨® en m¨¢s del 400%, y los grandes depredadores en un 1000%. Entonces empezaron a llegar los turistas, y con ellos, el dinero. Los habitantes de Cabo Pulmo obtienen m¨¢s beneficios econ¨®micos de la actividad ecotur¨ªstica que de la pesca. Este cambio de mentalidad los ha empoderado y actualmente disfrutan de una calidad de vida superior a la del resto de pescadores artesanales del Golfo de California. El Parque Nacional Cabo Pulmo es uno de los pocos sitios del mundo donde se ven fant¨¢sticas escenas de abundancia marina, es el ¨²ltimo reducto de lo que en su d¨ªa el explorador Jacques-Yves Cousteau apod¨® ¡°el acuario del mundo¡±.
Oscar Cus¨®(@oscarcuso) es bi¨®logo, director y guionista de documentales de naturaleza, ciencia e historia. Ha trabajado en diferentes series y largometrajes para cadenas como la BBC, National Geographic o TVE.
Historias Naturales es una secci¨®n dedicada a las curiosidades cient¨ªficas de los seres vivos. Una serie de reportajes donde se narran las historias que rodean a la flora y la fauna, desde sus leyendas y lun¨¢ticas concepciones hasta los descubrimientos m¨¢s recientes. Un viaje del mito a la ciencia para descubrir las maravillas del mundo salvaje. El t¨ªtulo de la secci¨®n juega con el plural para convertir la Historia Natural - concepci¨®n cl¨¢sica de Biolog¨ªa - en cuentos, en relatos, en narraciones¡ en Historias Naturales.
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