Mal de muchos: la no neutralidad del sistema electoral de Catalu?a

En las elecciones generales y en la mayor¨ªa de las Comunidades Aut¨®nomas ¡ªen trece¡ª vota la tierra adem¨¢s de la gente. Cuando se dice que el sistema electoral catal¨¢n es injusto y se esgrime esto para explicar que los partidos independentistas tengan la mayor¨ªa de los esca?os, entiendo que se dice por esa raz¨®n. Si cada circunscripci¨®n electoral de Catalu?a tuviera un n¨²mero de representantes proporcional al n¨²mero de sus ciudadanos, los tres partidos independentistas tendr¨ªan tres esca?os menos, quedando justo por debajo de la mayor¨ªa absoluta, por lo que necesitar¨ªan la abstenci¨®n de un cuarto partido para poder acaso formar un gobierno. Es posible que el parlamento fuera ingobernable.

Conviene recordar que algo parecido, con los papeles cambiados, sucedi¨® en el Pa¨ªs Vasco en 2009. El socialista Patxi L¨®pez no habr¨ªa sido Lehendakari si todos los votos hubieran tenido el mismo peso. El bloque constitucionalista result¨® favorecido; los nacionalistas, con un partido menos, obtuvieron m¨¢s votos, pero menos esca?os.

El Pa¨ªs Vasco es un caso l¨ªmite, pues los tres territorios tienen los mismos esca?os, aunque m¨¢s de la mitad de los ciudadanos residan en Vizcaya. Como el PNV es el m¨¢s perjudicado y lo acepta con estoicismo, cuesta poner pegas. Catalu?a es una de las Comunidades que m¨¢s peso dan al territorio frente a la poblaci¨®n, pero menos que las Islas Baleares, o Canarias. El 85% de los canarios viven en Tenerife o Gran Canaria, pero el otro 15% elige a la mitad de los parlamentarios; tanto la provincia de Barcelona como la isla de Mallorca tienen cerca del 80% de la poblaci¨®n de sus Comunidades, pero Barcelona solo elige al 63% del parlamento y Mallorca al 56%.

Si cada circunscripci¨®n electoral de Catalu?a tuviera un n¨²mero de representantes proporcional al n¨²mero de sus ciudadanos, los tres partidos independentistas tendr¨ªan tres esca?os menos

Esto encaja con la intuici¨®n pol¨ªtica de algunos, pero no es neutral. Las leyes no se aprueban por acuerdo entre islas u otras corporaciones territoriales, sino por los partidos pol¨ªticos. Estos arreglos, combinados normalmente con premios de mayor¨ªa desiguales, dan ventaja a unos sobre otros, seg¨²n donde tengan m¨¢s apoyo. El sesgo permite a ciertos partidos tener m¨¢s esca?os que la competencia, por los mismos votos. Los socialistas de Maragall quedaron primeros en votos y segundos en esca?os en 1999; a los socialistas vascos les sucedi¨® lo contrario en 1986. Pero mientras que J¨¢uregui acept¨® ser vicepresidente de una coalici¨®n liderada por el PNV. los cuatro esca?os que el sistema regal¨® a CiU, con otros doce que puso el PP, hicieron presidente a Jordi Pujol, por ¨²ltima vez.

El sistema electoral catal¨¢n es una disposici¨®n transitoria de su Estatuto de Autonom¨ªa, que legisla sobre lo determinante. Para lo secundario ¡ªpor ejemplo, la f¨®rmula¡ª se remite a la norma espa?ola, por no darse el trabajo de copiarla. Se dice que Catalu?a no tiene sistema propio, pero eso es enga?oso, lo que no tiene es Ley Electoral, que no es lo mismo. Las Islas Baleares tienen un sistema electoral que solo fija los distritos y el n¨²mero de esca?os, con la misma arbitrariedad que en Catalu?a, y se remite al ordenamiento espa?ol para el resto. Nadie dice que las islas carezcan de sistema propio. Otras comunidades, en lugar de remitirse a la LOREG, la copian.

Jaume Sobrequ¨¦s ha contado la historia en L'Estatut de la Transici¨®: L'Estatut de Sau (2010). El PSC y el PSUC quer¨ªan un sistema que respetara la igualdad de los votantes, los nacionalistas y la UCD formaban un ¡°frente comarcalista¡± que defend¨ªa la representaci¨®n del territorio contra las ciudades. Tras mucho debate, el primer proyecto de Estatuto conten¨ªa un sistema proporcional por agrupaciones de municipios (veguer¨ªas) propuesto por la izquierda, pero que no gustaba a Tarradellas. Una vez en Madrid, los comarcalistas y el gobierno pactaron el sistema que ha llegado hasta nosotros. La ¨²ltima propuesta de los independentistas, en 2015, fue redactar por fin una Ley Electoral, pero sin tocar el sistema electoral, lo que cont¨® con el l¨®gico rechazo de la oposici¨®n.

No s¨¦ si ser¨¢ cierto que hay dos Catalu?as, pero s¨ª es cierto que hay dos modelos de representaci¨®n, solo los ciudadanos o tambi¨¦n el espacio que ocupan, y la hist¨®rica falta de acuerdo inspira sobriedad, porque es un asunto distributivo y estrictamente entre catalanes, que es la parte m¨¢s ¨¢spera de un pa¨ªs en democracia.

Alberto Penad¨¦s es profesor de sociolog¨ªa en la Universidad de Salamanca.