Lazos solidarios: compromiso o postureo
Los pol¨ªticos catalanes que abrazan el soberanismo lucen una cinta amarilla
Los lazos solidarios de colores est¨¢n de moda. Sujetos a la solapa de una chaqueta o adornando la fachada de un edificio como si de una oriflama se tratara, son un s¨ªmbolo de solidaridad, que igual sirven para apoyar una causa como para dar aliento a una demanda social, pol¨ªtica, ¨¦tica o religiosa. Los lazos cruzados m¨¢s habituales est¨¢n relacionados a menudo con determinadas enfermedades. Seg¨²n su tono, sus portadores se solidarizan con los afectados por el alzh¨¦imer, el c¨¢ncer, el sida o la espina b¨ªfida.
Cada empe?o lleva su propio color. Reconoce una adhesi¨®n, la defensa de un movimiento o la hermandad hacia un colectivo. Identifica al portador como la perenne mosca distingue en pantalla a un canal de televisi¨®n. Los periodistas de la p¨²blica TVE obsequian a los pol¨ªticos unos lazos naranjas que lucen en sus comparecencias ante las c¨¢maras para reclamar unos medios p¨²blicos independientes, plurales e imparciales. Sin ning¨²n ¨¦xito, a tenor del r¨®tulo que estos d¨ªas identificaba en el Canal 24 Horas a Albert Boadella como ¡°presidente de Tabarnia en el exilio¡±. ¡°?Estamos ante una televisi¨®n de juguete o ante una televisi¨®n del Estado?¡±, se ha preguntado el consejero de RTVE, Miguel ?ngel Sacaluga, que no achaca el letrero de marras a la manipulaci¨®n sino a la estulticia.
Los independentistas catalanes han optado por el lazo amarillo, el mismo color que se utiliza para la prevenci¨®n de suicidio, Alerta ?mbar, espina b¨ªfida, c¨¢ncer sarcoma o s¨ªndrome de Down. Los pol¨ªticos catalanes que abrazan el soberanismo lucieron esta cinta cuando la justicia orden¨® la entrada en prisi¨®n de los l¨ªderes de ?mnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Cuixart y Jordi S¨¤nchez. Quienes respaldan el proc¨¦s exhiben su inquebrantable adhesi¨®n con el tocado amarillo. El expresident Carles Puigdemont lo pasea por Bruselas y los esca?os de los diputados encarcelados aparecen a menudo cubiertos por gigantescos listones amarillos.
Simb¨®lico fue tambi¨¦n el desfile de abanicos rojos en la gala de entrega de los Premios Goya para denunciar ¡°la situaci¨®n de desequilibrio¡± de las mujeres en el mundo del cine. Un total de 1.800 abanicos que tambi¨¦n portaron los l¨ªderes de PSOE, Podemos y Ciudadanos para unirse a la causa de la igualdad, una reclamaci¨®n que no alcanz¨® el impacto de las pegatinas con el ¡°No a la guerra¡± (de Irak) que salpicaron la ceremonia de 2003, y tampoco logr¨® el eco logrado por las actrices de Hollywood en la gala de los Globos de Oro.
Los s¨ªmbolos son importantes para contribuir a la visibilidad de un problema, una demanda social o una injusticia. Pero no pueden quedarse en un mero adorno o un rampl¨®n postureo. Exigen que la llamada de atenci¨®n, el compromiso, la protesta no sean solo est¨¦ticas. Detr¨¢s de unas manos pintadas de blanco y alzadas al cielo hab¨ªa un poderoso arsenal de valores y sentimientos colectivos.
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