Virus inform¨¢tico
Es imprescindible una acci¨®n seria, coordinada y efectiva contra quienes se ocupan de intoxicar los ordenadores
Estar¨¢n contentos los que desarrollaron los primeros virus inform¨¢ticos y dieron lugar a un linaje de seres siniestros que se pasan la vida tecleando destrucci¨®n y toxicidad cibern¨¦tica. Esas mentes tuvieron la idea de intoxicar los ordenadores y convertirlos en objetos vulnerables, para que bajo sus hechizos sufran par¨¢lisis y angustiosos olvidos.
Estos sujetos, esparcidos por el mundo, son los nuevos disc¨ªpulos del sabio Frest¨®n, que en su d¨ªa se las hizo pasar canutas a Don Quijote y obstaculiz¨® todo lo que pudo sus haza?as. Son magos perversos de las nuevas tecnolog¨ªas que campan a sus anchas para desconcierto de los millones de usuarios que nos pasamos la vida pegados a un ordenador. Nos irrita tener que aceptar que alguien quiera robarle las entra?as o secuestrar toda su informaci¨®n. A nuestro ingenioso hidalgo, el sabio Frest¨®n le dej¨® sin su biblioteca, y a nosotros, sus miserables seguidores, nos dejar¨ªan si pudieran sin nuestra base de datos. Se llevar¨ªan las fotos familiares, los v¨ªdeos o los documentos de trabajo, y querr¨ªan hacer estragos con nuestras claves y n¨²meros secretos.
En la cotidianeidad de los correos electr¨®nicos intentan colarse disfrazados de mensajes urgentes. Son hechizos artificiales que saben esconderse en alg¨²n rinc¨®n misterioso del ordenador. Queremos combatirlos con las actualizaciones de los antivirus mientras escrutamos los correos de nuestros amigos. Llegan sin que sepamos que traen alguna epidemia que finge ser enlace, archivo o documento.
Estos mal¨¦volos embrujos no son an¨¦cdotas aisladas y hacen mucho da?o. Afectan a las bases de datos de hospitales y otras infraestructuras neur¨¢lgicas de nuestra sociedad. Son un nuevo peligro de una gravedad incalculable y se requiere de una acci¨®n seria, coordinada y efectiva. No podemos depender s¨®lo de la buena voluntad de Urganda la Desconocida, que tanto ayudaba a los caballeros andantes. Los descendientes ma?osos de tan insigne maga no pueden ser los ¨²nicos que encuentren los ant¨ªdotos para contener los ataques.
Necesitamos castigos estrictos y disuasorios, neutralizar a estos seres abyectos. Propongo despojarles para siempre de los ordenadores y la conexi¨®n a Internet. Expulsarles del universo inform¨¢tico y las redes, que no puedan volver a navegar, ni a programar, ni a embrujar ninguna base de datos. Que en las tiendas no les puedan vender ning¨²n aparato, que se les borre la conexi¨®n de Internet, que tengan que conformarse, tras cumplir condena, con una m¨¢quina de escribir de teclas y un tel¨¦fono fijo de l¨ªnea.
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