La ci¨¦naga del PP

Los m¨¢s de cincuenta procesos judiciales de corrupci¨®n abiertos contra destacados miembros del Partido Popular ofrecen un escandaloso panorama de la formaci¨®n que preside Mariano Rajoy. Las acusaciones vertidas por uno de sus hombres fuertes en Madrid, Francisco Granados, ante el juez instructor de la trama P¨²nica deben ser tomadas con precauci¨®n. Al fin y al cabo, es un imputado en libertad con fianza sobre el que pesan graves cargos y tiene derecho a mentir ante el juez. Pobre consuelo para el PP, sin embargo, al que acorralan ya los testimonios de un importante ramillete de chivatos y arrepentidos que buscan reducir sus penas o, sencillamente, ajustar cuentas con jefes y compa?eros que a¨²n no se han sentado en el banquillo. Granados es solo el ¨²ltimo de una lista en la que ya figuran Ricardo Costa, Francisco Correa, Pablo Crespo, ?lvaro P¨¦rez, Luis B¨¢rcenas, Edmundo Rodr¨ªguez Sobrino o David Marjaliza, entre otros.

Todos los casos comparten el mismo esquema: mordidas, facturas falsas y desv¨ªos millonarios para enriquecer los propios bolsillos y para dopar las campa?as electorales. Ello favorec¨ªa las expectativas de mantenerse en el poder y, al tiempo, de engrasar la corrosiva maquinaria del que, sin temor a equivocarse, se puede calificar como el partido m¨¢s corrupto de la democracia espa?ola. Valencia y Madrid han sido los m¨¢s importantes bastiones, sufragadores de campa?as y voluntades pol¨ªticas.

Las declaraciones de Granados resultan especialmente da?inas para Esperanza Aguirre, exjefa de filas de un buen pu?ado de corruptos. Pero tambi¨¦n salpican a Cristina Cifuentes, cuyos esfuerzos por desvincularse de la ¨¦poca m¨¢s negra de la corrupci¨®n en el PP de Madrid chocan con su vinculaci¨®n con esa formaci¨®n durante los ¨²ltimos 27 a?os. Un caso tras otro viene a demostrar que el PP se ha financiado ilegalmente, tanto a escala nacional como regional. Su proceder causa esc¨¢ndalo en la sociedad espa?ola, que se confiesa preocupada por la corrupci¨®n pol¨ªtica de este pa¨ªs, la cara b de la Marca Espa?a. La corrupci¨®n es el peor enemigo del partido y de su cabeza visible. Y Mariano Rajoy es el m¨¢ximo responsable pol¨ªtico de los desmanes y de la falta de respuesta a ellos. Los sondeos son expl¨ªcitos. Ciudadanos le toma la delantera y hasta el 62% de los votantes populares, seg¨²n Metroscopia, creen que deber¨ªa abandonar. De poco sirve la mejor¨ªa de la econom¨ªa de la que Rajoy presume con raz¨®n. El 53% de los espa?oles considera que esa mejor¨ªa no tiene nada que ver con la acci¨®n de su gobierno.

Este nuevo episodio judicial confirma la profundidad de la ci¨¦naga en la que ha chapoteado el PP. Preludia m¨¢s datos escandalosos mientras Rajoy cierra filas desoyendo el pacto anticorrupci¨®n firmado con Ciudadanos y las advertencias del Consejo de Europa sobre la falta de prevenci¨®n.

El PP est¨¢ atrapado en su ret¨®rica. En su momento, clam¨® por su inocencia y difiri¨® la asunci¨®n de responsabilidades a los pronunciamientos de los tribunales. Pero cuando los tribunales toman cartas en el asunto y la verdad comienza a salir a la luz, aduce que son cosas del pasado que a nadie interesan. Y luego se lamenta de su nula capacidad para convencer a los espa?oles de su voluntad de limpieza y regeneraci¨®n.