Libertad de expresi¨®n
Ifema ataca un pilar de la democracia al censurar una obra en Arco
La frivolidad y ligereza con que se comportan los responsables de algunas instituciones que dependen de la Administraci¨®n, seguro que con el af¨¢n de agradar a sus superiores, pone en peligro la democracia. La direcci¨®n de Ifema orden¨® ayer retirar de Arco, la feria internacional de arte que se celebra estos d¨ªas en Madrid, un friso de Santiago Sierra en el que retrata a 24 supuestos presos pol¨ªticos espa?oles, entre los que se incluye a Junqueras y los Jordis. Ante la pol¨¦mica lectura que hace el artista de la detenci¨®n de algunos l¨ªderes del proc¨¦s,Ifema eligi¨® la censura como el mejor camino para quitarse problemas de encima. Un poco m¨¢s tarde, y ante la solicitud del Ayuntamiento de la capital de rectificar su posici¨®n, la junta rectora de Ifema aval¨® la decisi¨®n de la directiva. No se ha tratado, pues, de una decisi¨®n precipitada: los responsables del organismo han decidido en bloque, y sin fisuras, darle un hachazo a una de las libertades sagradas de cualquier democracia, la de expresi¨®n. Intolerable: porque de esa libertad depende la salud de unas instituciones que definen la manera espec¨ªfica de ser de las sociedades abiertas en un mundo cada vez m¨¢s seducido por la deriva autoritaria de pa¨ªses de la envergadura de China, Rusia o Turqu¨ªa.
El hecho toca de lleno el coraz¨®n de una sociedad que se quiere plural. Los tiempos que corren no son buenos ni para la tolerancia, ni para la cr¨ªtica, ni para el debate p¨²blico. La polarizaci¨®n y el sectarismo son las marcas que definen ese nuevo escenario dominado por las redes sociales y las nuevas tecnolog¨ªas. El ruido, la descalificaci¨®n y el insulto son, adem¨¢s, caracter¨ªsticas esenciales que rodean a los mensajes que circulan por Internet y que, lamentablemente, crean aut¨¦nticos climas de opini¨®n y condicionan decisiones relevantes, como el sentido del voto en una cita electoral. Es el reino de la posverdad y de las noticias falsas. Ante un desaf¨ªo de estas caracter¨ªsticas, la peor noticia es enterarse de que la respuesta pasa por debilitar uno de los pilares de la democracia. El pusil¨¢nime proceder de los responsables de Ifema revela cu¨¢n delicada es la situaci¨®n. M¨¢s que reforzar el clima de libertades que ha convertido la democracia en el mejor sistema pol¨ªtico ¡ªo en el menos malo, tanto da¡ª, los que tienen en sus manos tomar decisiones eligen la censura.
El acto de censura cometido por IFEMA ha coincidido con otro cuestionamiento de la libertad de expresi¨®n: la ratificaci¨®n por el Tribunal Supremo de la condena de tres a?os y medio de c¨¢rcel al rapero Valtonyc por injurias a la Corona, enaltecimiento del terrorismo, calumnias y amenazas en la letras de sus canciones. Y tambi¨¦n con el secuestro judicial del libro Fari?a del periodista de EL PA?S Nacho Carretero tras la denuncia de un exalcalde. Son hechos distintos entre s¨ª, pero transmiten un mensaje muy preocupante sobre el estado de la libertad de expresi¨®n en nuestro pa¨ªs y la inseguridad jur¨ªdica en la que han degenerado las sucesivas e improvisadas reformas del C¨®digo Penal.
Que una democracia como la espa?ola no pueda tolerar la libertad de expresi¨®n, creaci¨®n y publicaci¨®n da la medida de su salud. Le toca al Gobierno dar la cara para corregir esta monumental verg¨¹enza.
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