China, el Estado vigilante
Xi Jinping est¨¢ construyendo el r¨¦gimen m¨¢s intrusivo de la historia de la humanidad. El ¡®big data¡¯ aplicado a los ciudadanos chinos terminar¨¢ siendo m¨¢s eficaz para controlarlos que los castigos p¨²blicos
La decisi¨®n adoptada por el Partido Comunista Chino (PCCh) para eliminar el l¨ªmite de tiempo aplicable al mandato presidencial parece abrir la puerta para que el presidente Xi Jinping no solo sea ¡°presidente de todo¡± sino tambi¨¦n ¡°presidente para siempre¡±. La medida ha sido recibida con consternaci¨®n en todo el mundo, pero a la vez tambi¨¦n ha intensificado el debate en curso entre los expertos en China; se trata de saber si la mayor amenaza para China es albergar demasiado poder ejecutivo o muy poco.
La posici¨®n que se adopte con respecto a esa pregunta parece depender en gran medida de si se es polit¨®logo, economista o experto en tecnolog¨ªa. Por ejemplo, muchos polit¨®logos y juristas se pronuncian en contra del cambio. Consideran que el modelo de liderazgo colectivo que el PCCh estableci¨® despu¨¦s del a?o 1979 fue uno de sus mayores ¨¦xitos. Los l¨ªmites de ese modelo para los periodos de mandato presidencial y el sistema de revisi¨®n para la toma de decisiones de alto nivel han proporcionado los controles necesarios para evitar que se repitan las cat¨¢strofes de la ¨¦poca de Mao, como el Gran Salto Adelante y la Revoluci¨®n Cultural.
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El nuevo orden pol¨ªtico posterior al a?o 1979 ha permitido a menudo una genuina batalla de ideas, particularmente entre la Liga de J¨®venes Comunistas, los estatalistas y las elites costeras quienes favorecen una mayor liberalizaci¨®n econ¨®mica. China puede seguir siendo una sociedad cerrada de muchas formas, pero sus principales formuladores de pol¨ªticas han demostrado tener predisposici¨®n y mente amplias para experimentar y aprender mediante prueba y error.
A muchos economistas no les preocupa tanto un poder ejecutivo excesivo porque piensan que es todav¨ªa m¨¢s peligroso tener un Gobierno demasiado d¨¦bil incapaz de modificar el modelo econ¨®mico del pa¨ªs cuando esto sea necesario. Entre los desaf¨ªos econ¨®micos actuales que aborda el Gobierno chino se encuentran el crecimiento m¨¢s lento, la espiral de endeudamiento ¡ªen especial, entre las empresas estatales¡ª y los intereses creados que obstaculizan las reformas estructurales.
La mayor¨ªa de los economistas admiten que el modelo de liderazgo colectivo ha evitado desastres, pero a su vez argumentan que tambi¨¦n impidi¨® las reformas y permiti¨® que el PCCh se convirtiera en un grupo organizado de corrupci¨®n y amiguismo, hu¨¦rfano de ideolog¨ªa y carente de prop¨®sito.
Xi puede reemplazar ahora el modelo de crecimiento basado en la deuda financiada
Al final de la presidencia de dos mandatos de Hu Jintao en 2013, muchos tem¨ªan que el modelo de liderazgo colectivo fuera inadecuado para hacer frente a los intereses econ¨®micos creados y a la desigualdad, as¨ª como para proveer de bienes p¨²blicos b¨¢sicos. De hecho, ya en 2007, el primer ministro de Hu, Wen Jiabao, hab¨ªa llegado a la conclusi¨®n de que la trayectoria econ¨®mica de China era ¡°inestable, desequilibrada, descoordinada e insostenible¡±.
Seg¨²n sostienen los economistas, Xi ha comenzado a dar vuelta a las cosas al luchar por un ¡°partido m¨¢s limpio¡±. Su masiva campa?a anticorrupci¨®n ha encarcelado a miles de funcionarios del partido de todos los niveles, y ha restablecido la reputaci¨®n del PCCh entre sus miembros de base. Los economistas admiten que la campa?a de Xi tambi¨¦n ha eliminado convenientemente a muchos de sus potenciales rivales. Pero aducen que el reforzamiento de su posici¨®n le permite ahora reemplazar un modelo de crecimiento basado en deuda financiada con cr¨¦dito por algo m¨¢s sostenible.
Por supuesto, queda por ver si esos economistas est¨¢n en lo correcto. A pesar del ¨¦xito de Xi con respecto a consolidar su poder y extender su control indefinidamente, hay motivos para dudar de que el mandatario est¨¦ dispuesto a arriesgarse con un nuevo modelo econ¨®mico en el caso de no puedan compatibilizarse la sosteniblidad y el crecimiento r¨¢pido.
Este es el punto en el que entran los expertos en tecnolog¨ªas. Adem¨¢s de suplantar el modelo de liderazgo colectivo por uno centrado en la personalidad de un l¨ªder supremo, Xi tambi¨¦n ha expandido significativamente el Estado vigilante. El Gobierno usa cada vez m¨¢s circuitos cerrados de televisi¨®n (CCTV), grandes bases de datos e inteligencia artificial con el objetivo de estudiar el comportamiento, las esperanzas, los miedos y los rostros de los ciudadanos chinos, de modo que pueda impedir tanto la disidencia como los desaf¨ªos a su autoridad.
Por otra parte, bajo Xi el Gobierno ha establecido bases de datos de ¡°cr¨¦dito social¡± en l¨ªnea, lo que sugiere que podr¨ªa terminar compilando una ficha ¨²nica de cada ciudadano chino. Esto incluye conocer las calificaciones crediticias, el comportamiento en l¨ªnea, los registros sanitarios, las expresiones de lealtad al partido y cualquier otra informaci¨®n.
Lo impactante de una dictadura que dispone de grandes bases de datos es que puede autosostenerse a trav¨¦s de ¡°peque?os empujones¡± para manipular las perspectivas y el comportamiento de las personas en vez de mediante amenazas directas y castigos convertidos en un espect¨¢culo p¨²blico. Y cuanto m¨¢s tiempo pasen los ciudadanos chinos conectados, m¨¢s podr¨¢ el Gobierno controlar lo que ven y hacen online.
Las tecnolog¨ªas digitales tambi¨¦n permitir¨¢n que el Gobierno responda m¨¢s r¨¢pidamente al descontento p¨²blico ¡ªo permitir¨¢n evitar por completo dicho descontento¡ª si tiene la habilidad de discernir o predecir cambios en la opini¨®n p¨²blica. Teniendo en cuenta que muchas dictaduras colapsan como resultado de una informaci¨®n deficiente, las tecnolog¨ªas digitales podr¨ªan convertirse en un m¨¦todo contra la mala toma de decisiones a¨²n m¨¢s poderoso que limitar el tiempo de los mandatos presidenciales.
Si hay algo en lo que todos ¡ªcient¨ªficos, pol¨ªticos, economistas y expertos en tecnolog¨ªa¡ª pueden estar de acuerdo es en que Xi est¨¢ construyendo el r¨¦gimen vigilante m¨¢s poderoso e intrusivo de la historia de la humanidad. Queda por verse si su estrategia para ¡°hacer que China vuelva a ser grande¡± fortalecer¨¢ su mano f¨¦rrea o terminar¨¢ siendo una debilidad fatal. Sin embargo, ya que China desempe?a un papel cada vez m¨¢s importante en la econom¨ªa mundial a trav¨¦s de sus inversiones y proyectos de infraestructura, las repercusiones de lo que suceda en este pa¨ªs se sentir¨¢n en todas partes, y durante los a?os venideros. En cierto sentido, es verdad que Xi podr¨ªa terminar siendo un ¡°presidente de todo y para siempre¡±.
Mark Leonard es director del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Traducci¨®n de Roc¨ªo L. Barrientos.
? Project Syndicate, 2018.
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