La Venezuela chavista y la suerte de los pobres
Cuando un Gobierno abandona a los m¨¢s necesitados, ha llegado la hora de que rinda cuentas
La actitud de una parte de la gente de izquierda de Espa?a sobre Venezuela produce una infinita tristeza. Han decidido convertir lo que est¨¢ pasando all¨ª en un problema de aqu¨ª, de pol¨ªtica interna, con lo que les interesa una higa lo que de verdad ocurre. Muchas veces su actitud es prepotente, resabiada, c¨ªnica. Construyen grandes discursos para echar paletadas de tierra sobre una realidad desoladora y consideran que todo vale bajo el barniz de las buenas intenciones.
Ya ha sucedido otras veces. Tras el triunfo de la revoluci¨®n de octubre, fueron muchos lo que miraron a otra parte cuando algo romp¨ªa la imagen ideal que hab¨ªan construido sobre el triunfo de la utop¨ªa comunista en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. As¨ª que resultaba latoso tener noticias sobre la suerte que corr¨ªan las personas que viv¨ªan all¨ª. Mejor cultivar el cuento de las transformaciones profundas y la ¨¦pica de la liberaci¨®n. Los intelectuales tuvieron en esa tarea de ocultamiento y de justificaci¨®n un papel muy activo.
No todo iba, sin embargo, a pedir de boca. A Osip Mandelshtam, por ejemplo, lo detuvieron en 1934 por escribir unos versos contra Stalin. A los cuatro a?os muri¨® en Kolym¨¢, en los campos de trabajo del Gulag. El sistema lo tritur¨® sin mayores contemplaciones. Para muchos es uno de los mayores poetas rusos del siglo XX. Por lo que explica Igor Barreto en su ¨²ltimo libro, hace un tiempo se encontr¨® ¡°en la parte alta del barrio de Ojo de Agua, en una zona llamada Monterrey¡±, con ¡°un hombre alto, muy melanc¨®lico¡±. Era Osip Mandelshtam, tant¨ªsimos a?os despu¨¦s de su muerte en Siberia, de regreso al mundo en una zona marginal de favelas de Caracas. La vida te da sorpresas.
Cuenta Barreto que Mandelshtam se dedic¨® a leer los Cantos de Dante durante su cautiverio en las fr¨ªas estepas. Y que de ah¨ª sali¨® un ensayo en el que reflexiona sobre el significado del tiempo. Lo que le interesa destacar es una de sus observaciones: ¡°Aqu¨ª el presente puro est¨¢ tomado como escapatoria. Totalmente separado del futuro y del pasado, el presente se conjuga como miedo, como peligro¡±.
El muro de Mandelshtam es un libro que pone los pelos de punta. El poeta venezolano Igor Barreto se ha encontrado con el poeta ruso en una de las zonas abandonadas de Venezuela y no han tenido inconveniente alguno en ocuparse de ese mundo donde reinan el miedo y el peligro. La pobreza es, por tanto, el asunto central de una exploraci¨®n po¨¦tica que recorre las zonas m¨¢s oscuras y las experiencias m¨¢s desoladoras de una gente condenada a sobrevivir en las peores condiciones. La violencia, la enfermedad, el vac¨ªo de ir sorteando las horas, los olores, la descomposici¨®n de toda esperanza, los estallidos de furia y la desoladora paz de la rendici¨®n, la muerte. Todo est¨¢ ah¨ª.
En uno de los poemas aparece una caja de madera en una vereda de Ojo de Agua. Al parecer en su interior est¨¢ la definici¨®n de la pobreza, pero nadie consigue abrirla. As¨ª que termina abandonada. ¡°?Qu¨¦ inter¨¦s pueden tener en una pobreza / que ya no les molesta?¡±, dicen unos versos. Y de pronto esas palabras adquieren una extra?a resonancia. En Venezuela ha llegado el punto en que la pobreza ya no les molesta a los que gobiernan, ni les importa. Es el momento en que toca rendir cuentas. Y tambi¨¦n la izquierda deber¨ªa exigirlo. No hay otra.
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