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Este tambi¨¦n es mi sitio Son conductoras de autob¨²s, cirujanas, entrenadoras de f¨²tbol, ganaderas, mec¨¢nicas... Se han abierto un hueco en espacios, todav¨ªa, ocupados mayoritariamente por hombres. A algunas les cost¨® m¨¢s, a otras menos, pero coinciden en dos cosas ellas nunca dudaron de que pod¨ªan hacerlo, y nunca han entendido que alguien pudiese dudar. No se conocen, pero todas han repetido la misma frase La capacidad no tiene nada que ver con el sexo M¨®nica Falgueras (Sevilla, 1978) lleva enfundada en un uniforme desde que ten¨ªa 21 a?os. Primero el de la Marina, entre el 99 y el 2004; y despu¨¦s el de la Guardia Civil. Al principio en la aduana de Algeciras, despu¨¦s en conducci¨®n de presos, y desde hace una d¨¦cada en Tr¨¢fico, encima de una moto o a unos cuantos de cientos de metros del suelo en el helic¨®ptero Pegasus. Asegura que nunca ha tenido ning¨²n problema y nunca se ha sentido diferente, aunque ha escuchado comentarios, ¡°claro, como en cualquier otra parte¡±. La verdad es que Falgueras es parte del peque?o porcentaje de mujeres que hay dentro de la instituci¨®n, el m¨¢s bajo de todas las fuerzas de seguridad del Estado, un 7,5% de m¨¢s de 70.000 efectivos. El pasado 22 de febrero se cumplieron 30 a?os de la presencia de la mujer en el instituto armado; el 1 de septiembre de 1988 ingresaron en la academia de la Guardia Civil de ?beda las primeras 195 mujeres. Tres lentas d¨¦cadas para una organizaci¨®n en la que todav¨ªa, a veces, parece que el tiempo no haya pasado. ANDREA COMAS El curr¨ªculo de Tomasa Centella (Madrid, 1960) es infinito y su posici¨®n dentro de su profesi¨®n, envidiable. Es presidenta de la Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa Tor¨¢cica - Cardiovascular y de la Comisi¨®n Nacional de la Especialidad de Cirug¨ªa Cardiovascular, es vocal de la Comisi¨®n Permanente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud y del Consejo Cient¨ªfico del Colegio de M¨¦dicos de Madrid, y forma parte de la colaboraci¨®n del Equipo Espa?ol de Cardiopat¨ªas Cong¨¦nitas con La Cha?ne de L'Espoir para intervenir a ni?os de campos refugiados sirios, entre otras cosas. ¡°Todav¨ªa no s¨¦ c¨®mo he llegado hasta aqu¨ª. Lo pienso y siempre quise ser cirujana del coraz¨®n¡±, dice. ¡°En el colegio hice costura y pens¨¦ que qui¨¦n iba a coser mejor que una mujer¡±. Lo que nunca pens¨® fue que aquello era un mundo de hombres. Pero lo era, y se lo han recordado a lo largo de estos 30 a?os. Al principio, avisaban de que llegaba una mujer, y una peculiar: ¡°En este mundo si tienes car¨¢cter, eres conflictiva, si eres hombre, te hacen jefe de servicio¡±. Dec¨ªan de ella que era ¡°muy buena pero ten¨ªa dos hijas¡± y que si perd¨ªa el trabajo daba igual, ¡°porque ten¨ªa marido¡±. Desde aquello han pasado tres d¨¦cadas y los pasillos de los hospitales ya no est¨¢n llenos de humo ni de hombres -en 2017, el 66,3% de los MIR que acabaron la residencia fueron mujeres-, sin embargo, hay todav¨ªa marcas que Centella recuerda y que parecen indelebles: ¡°Siempre, todo, me ha costado el doble que a un hombre. Acarreamos la culpabilidad como una losa cuando tenemos familia si no la vemos todo lo que nos gustar¨ªa. Y tenemos que demostrar no solo capacidad sino excelencia, perfecci¨®n¡±. A Centella, ahora, le importa seguir siendo feliz con lo que siempre ha hecho: coser el coraz¨®n. ANDREA COMAS Si alguien se acerca al Auditorio Nacional y mira los retratos en la pared de los m¨²sicos, solo ver¨¢ el de una mujer, Silvia Sanz (Madrid, 1967). Es la ¨²nica directora con temporada estable en la instituci¨®n, donde ha dirigido m¨¢s de 150 conciertos, algo que tampoco muchos hombres han hecho. ¡°Cuatro o cinco, a lo sumo¡±, espeta Sanz, que siempre ha tenido la sensaci¨®n de tener que ser el doble de disciplinada y constante que cualquiera de sus compa?eros para conseguir lo mismo, o incluso menos. No esper¨® a que nadie le diese un lugar y se hizo el suyo propio. ¡°En el 96, cre¨¦ mi propia orquesta y coro, peque?ito¡±. Ahora ese proyecto se ha convertido en el Grupo Concertante Tal¨ªa (GCT), del que es directora, con varias formaciones musicales: Orquesta Metropolitana de Madrid y Coro Tal¨ªa, la Madrid Youth Orchestra (MAYO) y la Orquesta Infantil Jonsui, pertenecientes al ¨¢rea pedag¨®gica orquestal del GCT. ¡°Hacemos una inmensa labor pedag¨®gica, porque no se trata solo del presente, sino del futuro. Que las ni?as y j¨®venes tengan los referentes que no tuvo mi generaci¨®n, que nadie les diga que no pueden hacer aquello que quieren¡±. Sanz quiere ¡°dejar algo para el futuro¡±. Est¨¢ convencida de que el avance es lento pero seguro: ¡°Son siglos de tradici¨®n en cuanto a aquello que no hemos podido hacer, y s¨¦ que hay avances que ya no ver¨¦, pero es importante seguir dando pasos, no desilusionarse¡±. Y ah¨ª sigue, en ese camino que la ha llevado ya, y la sigue llevando, por pa¨ªses de todo el mundo. ANDREA COMAS Siempre le gust¨® conducir, aunque el permiso para ponerse al mando de un autob¨²s lo tiene desde 2010. Pilar Delgado (Madrid, 1976) pas¨® por varias empresas hasta que se visti¨® el uniforme azul de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid; desde hace casi un a?o cubre la l¨ªnea 49, desde Plaza de Castilla hasta Pitis. ¡°Recojo a mucha gente mayor y a veces he visto en los pasajeros la sorpresa que nunca despert¨¦ entre mis compa?eros¡±. Cuenta que hay quien la felicita, que la anima con un ¡°?qu¨¦ valiente!¡±. Ella cree que, en cualquier caso, ostenta la misma valent¨ªa que cualquier otro conductor, aunque sabe que su profesi¨®n est¨¢ todav¨ªa ocupada mayoritariamente por hombres. ¡°Nunca he entendido la sorpresa, creo que la aptitud no depende de si eres hombre o mujer, y hay que darle la naturalidad que tiene el hecho de que yo vaya conduciendo el autob¨²s¡±. Hace tiempo, una mujer le coment¨® que le hab¨ªa ¡°quitado el trabajo a un hombre¡±; serena, Delgado le contest¨® que ella no le hab¨ªa quitado nada a nadie: ¡°Estudi¨¦ y pas¨¦ las oposiciones como cualquier otro profesional, este es mi trabajo¡±. Antes de recorrer Madrid con pasajeros a su cargo, Delgado era agente de viajes: ¡°Tiene que ver en algo. Antes conoc¨ªa distintas culturas de una manera y ahora de otra. Escuchar a los pasajeros, hablar con ellos, ver y entender otros puntos de vista¡ Todo, siempre, es enriquecedor¡±. ANDREA COMAS Encarna G¨®mez (Madrid, 1976) y su hermana iban al taller con su padre cuando eran peque?as. Creci¨® entre ruedas, espejos, sillines y manetas en el n¨²mero 2 de la calle de Piamonte, en Madrid. No recuerda en qu¨¦ momento decidi¨® que iba a ocupar el lugar que, hace a?os, dej¨® su padre, Manuel G¨®mez. ¡°Ocurri¨®¡±. Empez¨® a estudiar administraci¨®n, pero lo dej¨® para ser tornera fresadora, era la ¨²nica chica de su clase. Estudiaba por las ma?anas y trabajaba por las tardes. ¡°Al principio solo era echar una mano, iba, ven¨ªa, aprend¨ªa¡ Llevo aqu¨ª desde 1991, m¨¢s o menos¡±. En ese taller, uno de los m¨¢s antiguos de la ciudad, G¨®mez empez¨® no solo a reparar motos sino a conocerlas: ¡°Son una de mis pasiones, tengo dos y voy a concentraciones tanto de Vespa como de motos m¨¢s potentes¡±. El de las dos ruedas, un mundo tremendamente masculinizado todav¨ªa, encuentra un par¨¦ntesis en el centro de Madrid; Vespa Roma -as¨ª llam¨® al negocio Manuel G¨®mez cuando lo abri¨® en 1958-, est¨¢ ahora dirigido y atendido por cuatro mujeres, Encarna, su madre y sus hermanas. ANDREA COMAS Pide unos segundos para pensar. ¡°Tengo que coger aire para recordar¡±, dice Elsa Fern¨¢ndez (Ecuador, 1965). Lleg¨® hace dos d¨¦cadas a Espa?a y ha pasado por tantos trabajos que est¨¢ convencida de que alguno se le olvida: jardinera, auxiliar de cocina, limpiadora, forestal, cuidadora, conductora de autob¨²s¡ ¡°Fueron unos primeros a?os muy duros, para ahorrar y poder reunir, poco a poco, a la familia¡±. Ahora vive en Fresnedillas de la Oliva, un pueblo de algo m¨¢s de 1.500 habitantes al oeste de Madrid. Paseando junto a sus perros por las zonas de campo que rodean al municipio, hace tres a?os, Fern¨¢ndez pens¨® en tener animales. Lo dijo en casa, un d¨ªa, y sus hijas y su marido supieron que aquello iba a ocurrir: ¡°Ellos saben que cuando algo se me mete en la cabeza¡¡±. Y pas¨®. Ahora tiene 70 cabezas entre cabras de Guadarrama y ovejas mestizas y forma parte de la organizaci¨®n Ganaderas en Red. ¡°Despu¨¦s de tener seis hijos y que todos hayan volado del nido, he encontrado en los animales algo que me da libertad y paz, me hace feliz¡±. Hubo quien le dijo, y todav¨ªa le dice, que es un ¡°trabajo duro, de hombres¡±. ¡°A m¨ª es lo que me llena, y la verdad es que es tan duro para mi marido como para m¨ª¡±. Sabe que su reba?o es todav¨ªa peque?o, pero anda encaminada hacia el siguiente paso en su sue?o. ¡°Montar una queser¨ªa artesanal. Y cuando algo se me mete en la cabeza¡¡±. ANDREA COMAS Cuando era peque?a, Andrea Sacchi (Cambrils, 1994) no sab¨ªa dibujar. Empez¨® a hacerlo con 12 a?os, cuando jugaba con su hermano a inventarse personajes dentro de los mundos de fantas¨ªa que les gustaban: Pok¨¦mon, Final Fantasy, El Se?or de los Anillos¡ Cuando acab¨® bachillerato, todo apuntaba a que estudiar¨ªa Filosof¨ªa o Cl¨¢sicas, sin embargo, alguien le habl¨® de un ciclo cerca de Sitges en el que ense?aban desarrollo de videojuegos. Empez¨® en 2012 y durante los dos a?os del ciclo comenz¨® varios proyectos con una de las seis chicas que hab¨ªa en aquella clase, de 30 alumnos. ¡°Antes de acabar ya me hab¨ªan fichado en una empresa¡±, cuenta Sacchi. Fue entonces cuando empez¨® a ver el acoso sistem¨¢tico que recib¨ªan las mujeres dentro del mundo de la programaci¨®n. ¡°Al principio cre¨ª que era casualidad, pero despu¨¦s, cuando segu¨ª conociendo gente, me mud¨¦ a Madrid, viaj¨¦ a Rep¨²blica Checa a hacer un curso¡ me di cuenta de que era la norma¡±. Ahora, Sacchi comparte proyecto junto a otras cuatro mujeres que se encargan de todo, de principio a fin, desde el dise?o hasta el guion, la m¨²sica, la interfaz y la experiencia. Tahutahu es un estudio de desarrollo de videojuego formado por Marta Gil, Anna Bobrekov¨¢, Maggie Bigelow y Daniela de Oliveira. ¡°Y es otra cosa¡±. Dice que aunque el mundo del videojuego es relativamente nuevo, la sociedad no lo es. ¡°Y es una sociedad machista¡±. ANDREA COMAS El f¨²tbol le lleg¨® a To?a Is (Oviedo, 1966) cuando ten¨ªa 14 a?os, se form¨® un equipo femenino y jugaban en el barrio por puro placer de dar patadas al bal¨®n. Ya nunca lo abandon¨® y, pocos a?os despu¨¦s, acab¨® formando parte de aquella Selecci¨®n Espa?ola Femenina que qued¨® tercera en la Eurocopa de 1997. Acumul¨® 34 partidos internacionales con La Roja y lo dej¨® cuando cumpli¨® los 32. Y en esas entremedias, adem¨¢s, fue Polic¨ªa Local. ¡°Una de las 19 mujeres de entre 300 efectivos¡±. Tal vez por eso a Is, lo de hacerse un hueco, ya le hab¨ªa hecho callo. Casi 20 a?os despu¨¦s de dejar la Selecci¨®n, y despu¨¦s de llevar unos cuantos entrenando al Oviedo Moderno, en 2015, Is se convirti¨® en la primera entrenadora de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol. ¡°Todo ha cambiado mucho, much¨ªsimo. Antes era m¨¢s complicado, cuando empec¨¦, esto era cosa de cuatro valientes. Me siento muy orgullosa de haber elegido aquel camino, porque s¨¦ que eso ha ayudado a abrir el camino de las que han llegado despu¨¦s¡±. Sabe que es una privilegiada por partida doble: ¡°Me dedico a mi sue?o y adem¨¢s lo hago en un lugar donde no hay ninguna otra mujer¡±. Aunque espera que las haya, poco a poco, cada vez m¨¢s. ¡°S¨¦ que vamos a acabar por hacer ese hueco, porque tambi¨¦n es nuestro¡±. Este 8 de marzo Is lo pasar¨¢ en Israel, donde afrontan una ronda de ¨¦lite que podr¨ªa llevarlas hasta el campeonato de Europa. ¡°Pelear por una plaza¡±, que es, al final, lo que lleva haciendo m¨¢s de medio siglo, fuera y dentro del campo. ANDREA COMAS