El lastre de la reforma laboral
La negociaci¨®n y el convenio colectivo tienen un papel decisivo que jugar en el futuro
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La reforma laboral del a?o 2012 ha cumplido 6 a?os. Una reforma contestada aquel mismo a?o con dos huelgas generales, que supuso un profundo cambio en nuestro sistema de negociaci¨®n colectiva y cuyo objetivo en materia de pol¨ªtica econ¨®mica era promover una devaluaci¨®n salarial en Espa?a. Desde esa perspectiva ha cumplido su funci¨®n: los salarios han ca¨ªdo un 7,5% en la crisis, ca¨ªda que se triplica para los salarios m¨¢s bajos.
Pero la reforma tambi¨¦n se anunciaba con otras intenciones. Por un lado, fomentar un aumento de la capacidad competitiva del pa¨ªs mejorando los saldos entre importaciones y exportaciones, producto de la reducci¨®n salarial. Por otro, evitar que en Espa?a se volviera a recurrir al uso masivo de la contrataci¨®n temporal y el despido como forma de ajuste a los ciclos econ¨®micos, cambiando esa din¨¢mica por medidas de flexibilidad interna en las empresas. En este sentido, la reforma ha sido un fracaso: la mejora de las exportaciones se explica fundamentalmente por el aumento de la demanda externa y, por otro lado, se vuelven a repetir los patrones de contrataci¨®n precaria que incubar¨¢n la siguiente crisis de empleo cuando acaben los ciclos alcistas.
Esta reforma ha sido un exceso y una chapuza, que ha desequilibrado las relaciones laborales colectivas. No hay m¨¢s que ver la evoluci¨®n de sus aspectos centrales. El tratamiento de la ultraactividad ha introducido un conflicto donde no lo hab¨ªa. Antes, un convenio colectivo no perd¨ªa su vigencia hasta que fuera sustituido por otro, salvo que las partes pactaran lo contrario. Ahora, si no se llega a un acuerdo, el convenio puede perder su vigencia. Esto plantea un vac¨ªo que condiciona las negociaciones de los convenios, creando una inseguridad jur¨ªdica que los tribunales han ido resolviendo manteniendo las condiciones laborales a los trabajadores como condiciones personales, pero que pone una espada de Damocles sobre los sindicatos a la hora de negociar los convenios.
Qu¨¦ decir de la posibilidad de que un convenio de empresa reduzca los salarios de los convenios sectoriales aunque no haya ninguna causa econ¨®mica que justifique esa ¡°necesidad¡±. Un desatino que fomenta la competencia desleal entre empresas y aut¨¦nticos salarios de miseria.
Otro aspecto es la enorme capacidad que se da al empresario/a para modificar las condiciones de trabajo y salariales, y para despedir de forma ¡°procedente¡±. La capacidad de inaplicar un convenio, realizar modificaciones sustanciales de trabajo sin apenas garant¨ªas y absorber las mejoras laborales que se vinieran aplicando en la empresa, explican la mayor parte de la ca¨ªda de los sueldos y el incremento del poder autoritario y unilateral del empresariado.
Esta reforma laboral respondi¨® a impulsos ideol¨®gicos en las recomendaciones europeas, que se han reflejado asimismo en reformas laborales en otros pa¨ªses, pensadas para una devaluaci¨®n interna. Cuando las mismas instancias europeas recomiendan el impulso de los salarios, esta legislaci¨®n es un lastre que objetivamente lo dificulta. En nuestra opini¨®n debe ser derogada, pero lo importante es que sea sustituida por otras formas de regular las relaciones laborales.
La primera funci¨®n de la negociaci¨®n colectiva hoy debe ser promover la recuperaci¨®n de los salarios, para lo que hay que equilibrar las posiciones negociadoras. La ultraactividad y la posibilidad de bajar salarios sin causa econ¨®mica deben eliminarse; la adaptaci¨®n de las condiciones laborales en la empresa (mediante inaplicaciones de convenios, modificaciones de condiciones laborales, reducciones o suspensiones de jornada) debe responder solo a causas econ¨®micas, medibles y objetivables; perseguir la precariedad y la temporalidad en la contrataci¨®n; tratar de que el despido sea la ¨²ltima opci¨®n en caso de problemas en las empresas; en definitiva, modificar el af¨¢n autoritario de empoderamiento empresarial de la reforma para fortalecer las relaciones laborales modernas.
Discurrir por este camino abrir¨ªa la puerta a un concepto m¨¢s moderno, democr¨¢tico y eficaz del sistema laboral en Espa?a. Es una necesidad acuciante porque la desigualdad se ha instalado en nuestro pa¨ªs, como consecuencia de las medidas estructurales tomadas al calor de la crisis. Pero tambi¨¦n es una necesidad estrat¨¦gica porque la negociaci¨®n y el convenio colectivo tienen un papel decisivo que jugar en el futuro si se pretenden impulsar transiciones de empleo, tecnol¨®gicas, de digitalizaci¨®n y de adecuaci¨®n del aparato productivo del pa¨ªs a la velocidad creciente de los cambios. Y no se puede correr una carrera con un cepo puesto.
Unai Sordo Calvo es secretario general de Comisiones Obreras.
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