Mudanzas del yihadismo en Espa?a
Los terroristas son hoy en su mayor¨ªa varones m¨¢s j¨®venes que antes, aunque hay un n¨²mero significativo de mujeres y menores, cuatro de cada diez tienen la nacionalidad espa?ola y se han radicalizado tras los conflictos de Mal¨ª y Siria
Desde 1995 y hasta que tuvieron lugar los atentados de Madrid, fueron algo m¨¢s de 100 los detenidos en Espa?a por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista. Entre aquel a?o y el que precedi¨® al 11-M transcurrieron nueve, durante los cuales la media anual fue de 12 detenciones. A lo largo de un periodo de tiempo similar pero despu¨¦s de la matanza de Madrid, es decir, entre 2004 y 2012, el n¨²mero de detenidos super¨® los 480, elev¨¢ndose la media anual hasta 54, cifra m¨¢s de cuatro veces superior a la registrada durante el periodo precedente.
Entre 2013 y 2017, m¨¢s de 300 individuos han sido detenidos en el curso de las numerosas operaciones policiales contra el terrorismo yihadista llevadas a cabo a lo largo de ese quinquenio. La media anual de detenidos se eleva a 61. Estas cifras revelan por s¨ª mismas que, en consonancia con los atentados del pasado mes de agosto en Barcelona y Cambrils, la amenaza terrorista asociada al yihadismo global contin¨²a siendo una realidad para los espa?oles y nada indica que remitir¨¢ a corto plazo.
Otros art¨ªculos de los autores
Sin embargo, se trata de una amenaza que ha cambiado con la ins¨®lita movilizaci¨®n yihadista asociada al actual conflicto en Siria. Y ello pese a que las cotas de radicalizaci¨®n violenta y reclutamiento terrorista en Espa?a no son tan elevadas como en otras naciones de nuestro mismo entorno europeo.
Esa transformaci¨®n del yihadismo global en Espa?a queda de manifiesto con datos referidos a 233 individuos detenidos en nuestro pa¨ªs, entre 2013 y 2017, por actividades de terrorismo yihadista, que cumplen con dos criterios. Por una parte, hay constancia de su adhesi¨®n a las actitudes y las creencias propias del salafismo yihadista. Por otra, fueron puestos a disposici¨®n judicial tras ser aprehendidos. A la informaci¨®n sobre este conjunto de individuos a?adimos la relativa a ocho muertos como resultado de su implicaci¨®n yihadista.
Al igual que de 1995 a 2012, los yihadistas en Espa?a son desde 2013 varones en la veintena y la treintena. Su edad media ha descendido de los 34 a los 31 a?os y son significativos los porcentajes de mujeres y menores, algo que no ocurr¨ªa antes. Sigue habiendo m¨¢s casados que solteros, aunque la diferencia sea hoy menos acusada. Ya no son en su gran mayor¨ªa extranjeros de Marruecos, Argelia, Pakist¨¢n o Siria. Desde 2013, la mitad tiene nacionalidad marroqu¨ª y 4 de cada 10, espa?ola. Han pasado de inmigrantes a segundas generaciones, pues 6 de cada 10 lo son. Adem¨¢s, 1 de cada 10 es converso. As¨ª, 7 de cada 10 denotan la irrupci¨®n del yihadismo end¨®geno o homegrown en Espa?a.
Se han cuadruplicado las detenciones de radicales islamistas desde el 11-M
Hasta 2012, sus niveles educativos eran muy diversos. Desde 2013 predominan los que tienen estudios de secundaria, aunque son significativos los porcentajes de quienes cuentan con educaci¨®n superior o solo con escolarizaci¨®n primaria. Hoy como ayer trabajaban como personal de servicios y obreros no especializados, pero ya no hay empresarios ni aut¨®nomos, son m¨¢s los parados y han aparecido los estudiantes. Dos de cada 10 contin¨²an careciendo de ocupaci¨®n conocida. Aquellos con antecedentes por delincuencia com¨²n han pasado de ser un quinto del total a sumar la tercera parte.
Si hasta 2012 fueron detenidos sobre todo en la Comunidad de Madrid y la provincia de Barcelona, desde 2013 lo han sido principalmente en esas dos demarcaciones, aunque la segunda destaca en la actualidad sobre la primera, adem¨¢s de Ceuta y Melilla. En el pasado se radicalizaron, dentro y fuera de Espa?a, en el contexto de movilizaciones yihadistas relacionadas con los conflictos en Argelia, Bosnia y Chechenia o el impacto del 11-S y la posterior invasi¨®n de Irak. En el presente, una mayor¨ªa se ha radicalizado dentro de Espa?a, tras desencadenarse los conflictos en Mal¨ª y en Siria.
Entonces como ahora, domicilios privados y lugares de culto isl¨¢mico han sido entornos especialmente propicios para la radicalizaci¨®n yihadista. Pero en la actualidad se combinan con otros online, principalmente redes sociales, al tiempo que la duraci¨®n media del proceso se ha reducido de entre cuatro y cinco a?os a uno. En cualquier caso, los dos factores fundamentales en el proceso persisten. Por una parte, la influencia de agentes de radicalizaci¨®n que eran y son a menudo activistas o l¨ªderes religiosos. Por otra, los v¨ªnculos preexistentes de parentesco, amistad o vecindad.
Al Qaeda, sus ramas territoriales y sus entidades asociadas fueron organizaciones de referencia para los implicados en actividades yihadistas hasta 2012. El Estado Isl¨¢mico predomina desde 2013, aunque Al Qaeda ha mantenido un considerable atractivo. Ahora bien, en el pasado como en el presente, la gran mayor¨ªa de aquellos se implicaron en compa?¨ªa de otros y no en solitario. Antes, tanto en c¨¦lulas, grupos o redes integradas en organizaciones yihadistas como en otras relacionadas con ellas. Ahora sobre todo en c¨¦lulas, grupos o redes relacionadas con dichas organizaciones y, en menor medida, solo inspiradas por su propaganda.
A diferencia de lo que antes fue la norma, dichas c¨¦lulas, grupos y redes tienden hoy a desenvolverse con escasos v¨ªnculos entre ellas. Sus miembros han formado parte, tanto en el pasado como en el presente, de elencos yihadistas dedicados principalmente a proselitismo y propaganda, radicalizaci¨®n y reclutamiento o infraestructura y log¨ªstica. Pero el 28% de cuantos condenados o muertos de 1995 a 2012 se implicaron en compa?¨ªa pertenec¨ªa a c¨¦lulas, grupos o redes con funciones operativas de terrorismo. Porcentaje que es igualmente del 28% para los detenidos o fallecidos entre 2013 y 2017.
Ser¨¢ improbable que no volvamos a sufrir en Espa?a nuevos corolarios del yihadismo terrorista
La red terrorista del 11-M constituy¨® la cruenta pero patente manifestaci¨®n del yihadismo que se configur¨® en Espa?a hasta 2012. La c¨¦lula de Ripoll ha sido una clara expresi¨®n letal de la mudanza experimentada desde 2013 por dicho fen¨®meno. Pero tras los atentados perpetrados por miembros de aquella red y de esta c¨¦lula surgieron interpretaciones conspirativas que, hoy como ayer, distorsionan la correcta comprensi¨®n del yihadismo global en Espa?a. Mientras los espa?oles sean se?alados como blanco por Estado Isl¨¢mico o por Al Qaeda, desde sus focos de amenaza en Oriente Pr¨®ximo al igual que en el Magreb o el Sahel, y mientras en las comunidades musulmanas de nuestro pa¨ªs haya no menos de un millar de radicalizados, a quienes se suman algunos peligrosos retornados, ser¨¢ improbable que no volvamos a sufrir nuevos sangrientos corolarios del terrorismo yihadista.
Carola Garc¨ªa-Calvo es investigadora principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano, coordinadora acad¨¦mica del proyecto europeo H2020 MINDb4Act y profesora asociada en la Universidad Pontificia de Comillas. Coautora de Estado Isl¨¢mico en Espa?a. Fernando Reinares es director del Programa sobre Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano, catedr¨¢tico en la Universidad Rey Juan Carlos y adjunct professor en la Universidad de Georgetown. Autor de ?Matadlos! Qui¨¦n estuvo detr¨¢s del 11-M y por qu¨¦ se atent¨® en Espa?a.
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