El pol¨¦mico retiro del exprimer ministro portugu¨¦s

Pedro Passos Coelho ha pasado en dos a?os y cuatro meses de ser el primer ministro de Portugal y el candidato electoral m¨¢s votado a renunciar a la pol¨ªtica. A sus 53 a?os, el primer d¨ªa de marzo dej¨® su esca?o parlamentario; semanas antes hab¨ªa renunciado tambi¨¦n a todos sus cargos en el partido que lideraba, el socialdem¨®crata PSD. De vida privada y p¨²blica discreta, ha dejado la pol¨ªtica sin hacer ruido, lo que no implica que el resto no lo haga por ¨¦l. La carrera profesional que va a encarar no le ha librado de las cr¨ªticas de aquellos que le recuerdan como el primer ministro que aplic¨® las recetas de la troika (2011-2014) para salvar al pa¨ªs de la bancarrota. Passos Coelho no ficha como asesor de un banco de inversiones como hizo su compatriota, antecesor y presidente de la CE, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, que trabaja para Goldman Sachs.

Licenciado en Econom¨ªa, Passos Coelho va a dar clases en tres universidades, una de ellas p¨²blica, lo que ha levantado muchas cr¨ªticas en las redes sociales y tambi¨¦n en el gremio docente. El exl¨ªder del PSD ser¨¢ profesor catedr¨¢tico invitado del Instituto Superior de Ciencias Sociales y Pol¨ªticas de Lisboa (ISCSP). Las cr¨ªticas le llueven a Passos Coelho. Unos profesores porque consideran que no tiene formaci¨®n, aunque durante cuatro a?os gobern¨® y administr¨® las recetas de la troika, y otros porque le acusan de lo contrario, de haber sido un alumno aventajado en la ejecuci¨®n de recortes p¨²blicos en los servicios sanitarios, culturales y educativos, principalmente. Para ellos, es una contradicci¨®n que quien recort¨® dinero a la educaci¨®n p¨²blica ahora sea su invitado. Passos Coelho impartir¨¢ clases en la facultad donde hace cinco a?os fue recibido con gritos de dimisi¨®n.

Los hay que elogian su discreci¨®n, el no ambicionar cargos en la empresa privada o en la banca de inversiones, adem¨¢s de su preparaci¨®n. En cualquier caso, la retirada del pol¨ªtico m¨¢s votado en las legislativas de 2015 est¨¢ siendo pol¨¦mica. Quedarse sin el trabajo de primer ministro a los 53 a?os es duro, aunque igual puede reclamar al Parlamento un despido improcedente.