Carta de un marido a su esposa huelguista

Adorada esposa:

Quer¨ªa informarte de lo que pas¨® despu¨¦s de que vinieran a buscarte tus amigas feministas.

Pero antes dos consideraciones sobre ellas. Uno. Las encontr¨¦ buenas conversadoras y muy perspicaces, pero con la mirada febril. Dos. Contrario a lo que dice la gente, varias de ellas eran francamente atractivas, se ve que la feminista sale guapa¡­

Ya viste que no me pareci¨® mal que te sumaras a la huelga, que incluso te di mi benepl¨¢cito. Lo que no sab¨ªa era que estar¨ªas todo el d¨ªa fuera de casa. ?Sabes todo lo que tuve que hacer?

Llevar a los ni?os al cole.

Limpiar la casa (para que me fuera menos penosa la tarea adquir¨ª una Roomba, pero definitivamente no hace las camas).

Poner lavadoras; te advierto que es preferible no mezclar la ropa blanca con la de color. Por cierto: ?Te gustan las s¨¢banas rosas?

Hacer la comida. No te imaginas lo que les gusta a los ni?os los snacks, las pizzas y las chocolatinas, se pusieron moraos; les dije que aprovecharan y que as¨ª no ten¨ªan que merendar.

Volver a llevar a los ni?os al cole. No entiendo como con siete y nueve a?os no pueden ir solos.

Despu¨¦s, para mi sorpresa, me comunicaron que ten¨ªan extra¡­ extra¡­ ?extraescolares? ?T¨² lo sab¨ªas? Judo y rob¨®tica ?los dos! ?La ni?a tambi¨¦n! ?Judo y rob¨®tica? Si a¨²n fueran danza y labores¡­ Pues que sepas que tambi¨¦n les llev¨¦ yo, y que esa tarde no pude ir a mi partida de dardos con mi amigo JuanFran, el registrador de la propiedad.

En fin, que las pas¨¦ canutas.

A partir de ahora huelgas feministas las que quieras, pero dej¨¢ndote las tareas hechas.

Un beso princesa m¨ªa.