Conjuro de mujeres en el bus
Una obra de teatro interpretada en el transporte p¨²blico acerca a los barrios de Sevilla las vidas de las protagonistas de la Historia
Como si de una invocaci¨®n se tratara, cuatro actrices ataviadas con vaqueros, camisetas blancas y ramitas de paniculata en el recogido del pelo, alzan sus voces potentes en el tranv¨ªa de Sevilla ante la mirada sorprendida de los pasajeros. ¡°Soy Rosa Parks, soy Mar¨ªa Zambrano, soy Edith Piaf, soy Ant¨ªgona, soy Pippi Calzaslargas, soy Chimamanda Ngozi Adichie, soy Valentina Tereshkova, soy Hipatia de Alejandr¨ªa, soy mi abuela, soy Maruja Mallo, soy Berthe Morisot¡¡±. Y as¨ª, entre un imperante silencio en el vag¨®n y alguna llamada de m¨®vil, las int¨¦rpretes de la compa?¨ªa de teatro La ejecutora recorren en transporte p¨²blico los barrios de la capital andaluza llevando los nombres de decenas de protagonistas de la Historia en la obra Las mujeres que hay en m¨ª.
¡°Soy Vivian Maier. Tengo 92 a?os. Soy Vivian Maier y tengo el poder de congelar el tiempo, de disparar sin armas a las personas y guardarlas para siempre en mi c¨¢mara, de hacerlas inmortales para siempre en mitad de la calle¡±, clama la actriz Beatriz Arjona en referencia a la reci¨¦n afamada fot¨®grafa estadounidense que trabaj¨® de ni?era varias d¨¦cadas y muri¨® sin saber que sus escondidas im¨¢genes de vidas cotidianas valdr¨ªan una fortuna despu¨¦s. Llegan a mencionar a cerca de 60 mujeres de un pasado ignorado o silenciado y por descubrir. ¡°No conoc¨ªa a muchas. Me ha parecido muy interesante¡±, reconoce una se?ora de pelo blanco que se vuelve del asiento para escucharlas mejor.
La respuesta de los pasajeros es como un bar¨®metro de la sociedad. Est¨¢ el que no se quita los auriculares, el que mira por la ventanilla, el que se acerca para prestar m¨¢s atenci¨®n, la que graba con el m¨®vil, quien asiente y reconoce a algunas de las citadas, y una madre que abraza casi entre l¨¢grimas a su hija adolescente. ¡°Me he emocionado porque est¨¢s harta de trabajar tanto, y ves esto y reconforta¡±, reflexiona. ¡°Me ha gustado mucho, son mujeres que a veces vemos en el colegio¡±, dice la menor, que cumple con uno de los conjuros invocados por Arjona: ¡°Soy mi profesora de Historia de sexto de primaria, la que nos hizo aprendernos una larga lista de nombres de hombre, la que nos hizo darnos cuenta de que esos nombres eran de hombre, la que nos hizo desear muy fuerte que alg¨²n d¨ªa en esa lista vayan juntos hombres y mujeres¡±.
En Post-it amarillos, el director de la obra, Fran P¨¦rez, va pegando en los cristales los nombres de las recordadas. ¡°Para que luego las puedan buscar y tener m¨¢s informaci¨®n¡±, insta Julio Le¨®n, dramaturgo de esta iniciativa, contratada por el ¨¢rea de Igualdad del Ayuntamiento de Sevilla para celebrar el D¨ªa Internacional de la Mujer y que cuenta con 16 funciones en ocho l¨ªneas de autob¨²s y tranv¨ªa que se realizar¨¢n hasta este martes.
Y justo acaba la funci¨®n en el trayecto de ida, y de la cabina de mandos sale una mujer, Pepa G¨®mez, la conductora del tranv¨ªa, que tambi¨¦n tiene su historia. Cuenta que fue de las primeras conductoras de autobuses de la ciudad hace 15 a?os. ¡°Fue una lucha dura. A las 150 plazas nos presentamos cinco mujeres, y aprobamos todas, pero solo cogieron a dos. Yo entr¨¦ el siguiente a?o¡±, asegura G¨®mez. ¡°Tambi¨¦n fui de las primeras en tener el carnet de cami¨®n y una de las veces que fui a buscar trabajo me dijeron que no necesitaban limpiadora¡±, recuerda tras saludar a las actrices, que han participado en el gui¨®n.
¡°Conjuramos con nuestras voces y cuerpos a la mujeres de la historia o de nuestras vidas, y despu¨¦s del pasado 8 de marzo es emocionante ver que no se va esa sensaci¨®n. Muchos demuestran abiertamente su emoci¨®n. Es un intercambio muy esperanzador¡±, concluyen las actrices Tatiana S¨¢nchez, Celia Vioque y Ver¨®nica Morales. ¡°Muchas gracias, muchas gracias¡±, les repiten los pasajeros tras la funci¨®n ambulante.
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