Gibraltar despu¨¦s del Brexit
Hay que ¡°convencer¡± a los ciudadanos del Pe?¨®n Gibraltar de la conveniencia de su integraci¨®n en Espa?a; es necesario reducir los privilegios por los que Gibraltar goza de un nivel de vida superior relativo a los territorios circundantes
Se echa en falta una pol¨ªtica de Estado por parte de Espa?a en el contencioso de Gibraltar. Si bien es cierto que, desde la p¨¦rdida del Pe?¨®n por el Tratado de Utrecht, todos los gobiernos han tenido como objetivo (yo dir¨ªa obsesivo) su recuperaci¨®n, no se vislumbra una clara estrategia para alcanzarlo sobre la base de planes y metas a corto y medio plazo y que suponga una verdadera pol¨ªtica de Estado de cara a asegurar continuidad y coherencia en su ejecuci¨®n a lo largo del tiempo, independientemente del partido(s) que tenga las responsabilidades de gobierno. En este sentido, la salida del Reino Unido (RU) de la UE es una oportunidad ¨²nica para proceder a elaborarla, en conjunci¨®n con los principales partidos pol¨ªticos.
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Antes de nada, y como encuadre previo, convendr¨ªa recordar: primero, que no se puede utilizar la fuerza por ser contrario al Derecho Internacional al no existir una causa previa que lo justificara, por el coste que ello supondr¨ªa, por la oposici¨®n de los propios gibraltare?os y por la superioridad militar del RU. Segundo, no se puede esperar que el RU respete el Derecho Internacional en este asunto como demuestra el incumplimiento de las resoluciones de la ONU respecto al proceso de descolonizaci¨®n, la ocupaci¨®n ilegal del Istmo donde se ubica el aeropuerto y el establecimiento y ampliaci¨®n de las aguas territoriales del Pe?¨®n. Ello no es ¨®bice para que Espa?a siga insistiendo en la denuncia de estos incumplimientos en todos los foros internacionales competentes y en el respeto estricto de la legalidad internacional, cimentando as¨ª su reclamaci¨®n sobre una base firme y a largo plazo. Un incumplimiento del Derecho Internacional en la materia por parte de Espa?a podr¨ªa significar dejar la reclamaci¨®n fuera de este important¨ªsimo anclaje y, por tanto, sometida a la ley del m¨¢s fuerte (en este caso, el RU). Tercero, el derecho de veto otorgado a Espa?a por la UE en este asunto en las negociaciones del Brexit es un ¨¦xito diplom¨¢tico de primera magnitud y que ofrece unas perspectivas completamente nuevas de cara al futuro, tanto a corto como a largo plazo. Una oportunidad que no hay que dejar escapar.
La renuencia por parte de los ciudadanos de Gibraltar a cualquier cambio en el estatus actual del Pe?¨®n respecto de su dependencia del RU no debe entenderse solamente como una cuesti¨®n de sentimiento de identidad brit¨¢nica (nacionalismo), sino tambi¨¦n al hecho de gozar de un nivel de vida superior al que supondr¨ªa su integraci¨®n en Espa?a. Este nivel de vida superior es consecuencia de su estatus especial respecto del RU y de la UE que le permite disfrutar de una serie de privilegios derivados de su car¨¢cter de para¨ªso fiscal para los residentes (tanto personas f¨ªsicas como empresas), lo que se traduce en el establecimiento de empresas holding de gesti¨®n patrimonial, empresas de servicios a trav¨¦s de internet (fundamentalmente apuestas), movimiento de mercanc¨ªas por diferencia de impuestos indirectos (contrabando de tabaco, etc.). En el fondo, este hecho supone una transferencia de rentas desde los territorios con los que estas empresas operan (en la mayor¨ªa de los casos Espa?a, pero en el caso de las apuestas y gesti¨®n patrimonial tambi¨¦n con otros pa¨ªses) hacia Gibraltar no solo en t¨¦rminos de personas empleadas en dichas actividades, sino tambi¨¦n en t¨¦rminos de fraude y elusi¨®n fiscales. Una transferencia que supone un empobrecimiento relativo de dichos territorios, a la vez que su propio enriquecimiento.
Deber¨ªa negociarse exclusivamente con Londres, con el fin de no otorgar a los representantes de Gibraltar el nivel de ente quasi-soberano,
Por lo tanto, el objetivo de recuperaci¨®n de la soberan¨ªa sobre Gibraltar debe ser considerado solamente a largo plazo y no debe suponer la ¡°portada¡± de la estrategia hacia la colonia. Antes, hay que ¡°convencer¡± a los ciudadanos de Gibraltar de la conveniencia de su integraci¨®n en Espa?a, haci¨¦ndola atractiva. Por ello, lo principal es, primero, reducir los incentivos del mantenimiento del actual statu quo y por los que Gibraltar goza de un nivel de vida superior relativo a los territorios circundantes: eliminando o reduciendo significativamente las fuentes en las que se basa el mismo (para¨ªso fiscal, libertad de servicios, contrabando de mercanc¨ªas, etc.). Y, segundo, convertir la zona circundante en una zona de atracci¨®n en la que convendr¨ªa integrarse: mejores servicios p¨²blicos (educaci¨®n, sanidad, sociales), mejores infraestructuras, polos de desarrollo industrial, inversi¨®n en I&D, etc. Evidentemente, esta estrategia llevar¨¢ a?os en materializarse, pero ¨¦sta deber¨ªa ser la esencia para una soluci¨®n a la presente situaci¨®n y m¨¢s teniendo en cuenta la promesa formal del RU a los ciudadanos de Gibraltar de tener en cuenta su opini¨®n ante cualquier acuerdo con Espa?a.
En cuanto a los mecanismos de negociaci¨®n, estos deber¨ªan llevarse a cabo exclusivamente con el RU con el fin de no otorgar a los representantes de Gibraltar un estatus de ente quasi-soberano, lo que reducir¨ªa las opciones de Espa?a en el contexto del Derecho Internacional en el largo plazo. Sin embargo, este hecho no impide que Gibraltar pudiera estar presente como tal en determinados foros de discusi¨®n sobre determinadas cuestiones ¡°pr¨¢cticas¡± (por ejemplo, lucha contra incendios, acciones humanitarias ante alg¨²n tipo de cat¨¢strofe, enlaces de transporte p¨²blico, etc.), pero en dichos casos los representantes de las zonas circundantes deber¨ªan tambi¨¦n estar presentes como parte seg¨²n las competencias respectivas (Junta de Andaluc¨ªa, ayuntamientos afectados, etc.).
Otro elemento importante a tener presente en la actual negociaci¨®n de la UE con el RU sobre el Brexit es la soluci¨®n que se pacte respecto de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte. Estoy convencido de que el RU intentar¨¢ trasladar cualquier acuerdo que se alcance en este contexto a la situaci¨®n de Gibraltar. Como, en un principio, todo apunta a que el futuro acuerdo respecto a las dos Irlandas se basar¨ªa en evitar una frontera ¡°dura¡±, es de capital importancia evitar que algo parecido se impusiera respecto a Gibraltar, pues limitar¨ªa enormemente el margen de maniobra de Espa?a en sus negociaciones bilaterales con el RU y en la adopci¨®n de medidas o acciones en el futuro. Aunque el Consejo Europeo otorg¨® un derecho de veto a Espa?a sobre la cuesti¨®n de Gibraltar, ¨¦ste podr¨ªa verse ¡°matizado¡± ante la necesidad de alcanzar un acuerdo global con el RU sobre el Brexit (tanto de divorcio como sobre la relaci¨®n futura).
En materia de movimiento de mercanc¨ªas, como Gibraltar no pertenece a la Uni¨®n Aduanera, Espa?a deber¨ªa mantener el actual estatus en la frontera, lo que le permitir¨ªa controlar todas las mercanc¨ªas de entrada desde Gibraltar a territorio espa?ol con el fin de evitar tanto el contrabando de bienes como el impago de aranceles, impuestos indirectos (IVA) y especiales (tabaco y alcohol), as¨ª como el cumplimiento de las regulaciones de protecci¨®n al consumidor y medioambientales relevantes.
Espa?a tiene que insistir en la inclusi¨®n de Gibraltar en la lista de para¨ªsos fiscales de la UE, con el fin de promover el establecimiento de ¡°controles de cambio¡±
En materia de libertad de prestaci¨®n de servicios, Espa?a deber¨ªa estar muy atenta a lo que se acuerde entre la UE y el RU respecto a la relaci¨®n futura. A menos que el resultado fuera la continuaci¨®n del acceso por parte del RU al Mercado ?nico Europeo (lo que le otorgar¨ªa el mantenimiento de la situaci¨®n actual de libertad), Espa?a deber¨ªa exigir una licencia a las actuales casas de apuestas radicadas en Gibraltar para que pudieran operar en territorio espa?ol (aun cuando sigan haci¨¦ndolo por internet), y, en todo caso, el establecimiento de tasas por dicha actividad (por ejemplo, imponiendo una tasa por apuesta realizada), adem¨¢s del pago del impuesto de sociedades espa?ol por los beneficios obtenidos en todas las operaciones realizadas con residentes en Espa?a. Lo mismo deber¨ªa aplicarse a otras actividades de servicios actuales o futuras ejercidas desde la colonia hacia territorio espa?ol (por ejemplo, gesti¨®n de patrimonio).
En materia de aviaci¨®n, Espa?a deber¨ªa continuar con su reivindicaci¨®n respecto de la ilegalidad de la ocupaci¨®n del Istmo e insistir, como mal menor, en la necesidad de la utilizaci¨®n conjunta del aeropuerto. Adicionalmente, deber¨ªa potenciar los aeropuertos espa?oles circundantes, as¨ª como incluso considerar la posibilidad de construir uno aleda?o, con el fin de hacerle la competencia. En este contexto, es muy importante seguir con mucha atenci¨®n las negociaciones de un acuerdo global de aviaci¨®n entre el RU y la UE con el fin de evitar la introducci¨®n de cl¨¢usulas en el mismo que pudieren perjudicar los intereses de Espa?a.
En materia de movimiento de capitales, Espa?a deber¨ªa insistir en la inclusi¨®n de Gibraltar en la lista de para¨ªsos fiscales de la UE (como m¨ªnimo en la lista gris) con el fin de promover el establecimiento de ¡°controles de cambio¡± (por ejemplo, autorizaciones previas) a las transacciones realizadas con Gibraltar desde o hacia la UE (inversiones directas, inversiones inmobiliarias, inversiones financieras, cr¨¦ditos, transferencias, etc.). Si esto ¨²ltimo no fuera posible, se deber¨ªa considerar introducir los mismos por Espa?a aprovechando el margen que conceden los actuales Tratados por motivos de evitar el fraude y la elusi¨®n fiscales.
Por supuesto, y en todo momento, Espa?a deber¨ªa continuar con la defensa de los intereses de los trabajadores espa?oles en el Pe?¨®n, as¨ª como de los pensionistas. Asimismo, deber¨ªa continuar en la defensa de sus intereses contra cualquier decisi¨®n unilateral que pudieren tomar las autoridades tanto del RU como de Gibraltar.
Y despu¨¦s, paciencia y mantenimiento de la coherencia en la ejecuci¨®n de la estrategia. Si bien el objetivo (reintegraci¨®n de Gibraltar en Espa?a) es una cuesti¨®n de largo plazo, los privilegios de los que gozan actualmente los ciudadanos del Pe?¨®n deber¨ªan poder contrarrestarse y reducirse en la medida de lo posible a corto y medio plazo por una pura cuesti¨®n de justicia social.
V¨ªctor Andr¨¦s Maldonado es licenciado y MBA por ESADE. Fue funcionario de las instituciones de la UE de 1986 a 2012.
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