Sexo ¡®sin¡¯
Ansiamos desear o amar o gustarle a alguien o a algo y hacernos la ilusi¨®n de que alguien o algo nos ama, nos desea o, simplemente, nos consuela
Lo escuch¨¦ de pasada un d¨ªa en la radio del coche en uno de esos espacios adonde llaman los oyentes a contar sus cuitas y que ora te matan de risa, ora de verg¨¹enza. Hablaba un fot¨®grafo de bodas jubilado que hab¨ªa visto de todo y por su orden en sus lustros de oficio. De entre toda la belleza y el horror que vieron esos ojos curados de gozo y espanto, el hombre no pod¨ªa borrar de su retina la devoci¨®n de una madre y madrina sesentona de un novio cuarent¨®n por su otra hija peque?a. La se?ora se desviv¨ªa por la criatura. Le arreglaba el pelo, le colocaba los lazos, le com¨ªa la cara a besos, la pon¨ªa la primerita en todas las fotos. Todo normal, una madre tard¨ªa chocha por su ni?a chica, si no fuera porque la nena, en realidad, era una mu?eca Rosaura de la altura de una prep¨²ber de 10 a?os. La do?a hab¨ªa perdido a su cr¨ªa a esa edad infame y llevaba tres d¨¦cadas cuidando y amando a ese monigote de goma como si fuera la carne de su carne.
Evocaba esa historia de amor y terror absolutos al leer el martes la noticia m¨¢s vista en este diario. Un tipo de San Diego (California) fabrica mu?ecos sexuales dotados de inteligencia artificial y no da abasto a atender pedidos. Los aut¨®matas, hiperrealistas hasta la n¨¢usea, se programan al gusto del propietario y son capaces de aprender de lo m¨¢s ¨ªntimo de su amo hasta el punto de anticiparse a sus deseos y decirle a todo que s¨ª, por favor, te hago y hazme lo que quieras, cari?o. Sexo sin piel, sin p¨¢lpito, sin semen, sin sangre, sin sudor, sin l¨¢grimas, sin alma, vale, pero sexo. Sosten¨ªa el nota que solo el 1% de sus clientes son ¡°raros¡±, con lo que se deduce que considera al 99% restante personas perfectamente normales. Estoy de acuerdo. Tan normales o raros como la madre de Rosaura. Ansiamos desear o amar o gustarle a alguien o a algo y hacernos la ilusi¨®n de que alguien o algo nos ama, nos desea o, simplemente, nos consuela. Animalejos.
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