Peri¨®dicos
Pocas democracias experimentan su supervivencia de forma tan clara y dram¨¢tica como la israel¨ª. Y pocas pueden pasar de la ¨¦pica al lodo tan imborrablemente
Es un gran d¨ªa en el 21 de la calle de Schocken de Tel Aviv. All¨ª, en un modesto edificio de dos plantas, se aloja la redacci¨®n de Haaretz, el diario fundado en 1919. No es el l¨ªder en difusi¨®n, pero s¨ª en influencia, calidad y en el combate de la deriva religiosa y populista de la pol¨ªtica israel¨ª. Tambi¨¦n en la defensa de los derechos de ¨¢rabes-israel¨ªes, ciudadanos de tercera en una democracia que sienten como ajena, y de palestinos, ocupados y sometidos sine die.
La satisfacci¨®n se debe a la publicaci¨®n de una gran exclusiva sobre el ataque con el que, en septiembre de 2007, la fuerza a¨¦rea israel¨ª destruy¨® el reactor nuclear que Siria hab¨ªa construido en secreto con la colaboraci¨®n de Corea del Norte en la ribera del ?ufrates. Unas 25 entrevistas con los protagonistas ¡ªpol¨ªticos, militares, cient¨ªficos y agentes de inteligencia¡ª no solo permiten una reconstrucci¨®n de los hechos que se lee como una novela sino escribir unas p¨¢ginas por donde transita con toda crudeza el elemento clave sin el cual no se entiende la pol¨ªtica de ese pa¨ªs: la existencia del Estado israel¨ª y, con ¨¦l, la supervivencia del pueblo jud¨ªo.
El ataque fue un ¨¦xito, y el reactor fue destruido, aunque el Gobierno de Olmert decidi¨® no atribu¨ªrselo para no humillar al r¨¦gimen de El Asad y as¨ª provocar una escalada b¨¦lica. Pero tambi¨¦n fue un fracaso, pues a la inteligencia israel¨ª se le escap¨® durante cinco a?os la construcci¨®n de un reactor destinado a producir plutonio de uso militar que a punto estuvo de comenzar a funcionar.
Esa operaci¨®n militar tuvo un antecedente: en 1981, la fuerza a¨¦rea israel¨ª destruy¨® un reactor iraqu¨ª por sospechas de que pudiera albergar un programa nuclear militar. Con esa operaci¨®n naci¨® la doctrina Begin, que postula que Israel, que s¨ª tiene armas nucleares, no permitir¨¢ a sus enemigos hacerse con ellas.
La destrucci¨®n del reactor sirio-coreano fue ¨¦pica. Pero la pol¨ªtica israel¨ª sigui¨® siendo prosaica. Olmert fue a la c¨¢rcel por corrupci¨®n. Como ha ido Ahed Tamimi, la adolescente palestina que abofete¨® a un soldado en diciembre pasado y cuya sentencia motiva el editorial de protesta de Haaretz el mismo d¨ªa. Pocas democracias experimentan su supervivencia de forma tan clara y dram¨¢tica. Y pocas pueden pasar de la ¨¦pica al lodo tan imborrablemente. Por eso son necesarios los peri¨®dicos. @jitorreblanca
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