Los grandes machos
Necesitamos l¨ªderes, pero s¨®lo a condici¨®n de que existan mecanismos de control de su supremac¨ªa
Viejos espantos ensombrecen el orden global: la a?oranza de l¨ªderes fuertes que sacien nuestras ansiedades ante el estallido de las grandes identidades (naci¨®n, raza, g¨¦nero, clase). Los hombres fuertes emergen as¨ª como muros que fingen protegernos frente a la vulnerabilidad generada por la desprotecci¨®n social. Un movimiento pol¨ªtico heredero del fascismo europeo domina la India del supremacista Modi. Xi refuerza ilimitadamente su reinado en China. La temerosa Rusia vuelve a aupar el belicoso erotismo de Putin.
Tal es el contexto en el que encajan las recientes declaraciones de Sarkozy, el presidente que elev¨® su figura con zapatos especiales y disfraces de testosterona. Dice el exdirigente imputado que ¡°donde hay grandes l¨ªderes no hay populismo¡±, algo que corroboran China, Rusia y Arabia Saud¨ª. Ser¨¢ por eso ¡ªa?ade en su aparente despliegue de lucidez¡ª que las democracias modernas destruyen los liderazgos. Al parecer, Putin, ¡°hombre previsible, con quien se puede hablar y que respeta la fuerza¡±, encabeza la lista de luminosos l¨ªderes surgidos en pa¨ªses no democr¨¢ticos. Las elecciones impedir¨ªan proyectos visionarios y explicar¨ªan el desplazamiento del eje del poder de Occidente a Asia ante una gobernanza democr¨¢tica que ya no ofrece estabilidad ni prosperidad.
Tambi¨¦n Trump se suma al entusiasmo por el ordeno y mando al declarar, ante el omnipotente Xi, que a esa forma de poder ¡°quiz¨¢s podamos darle una oportunidad un d¨ªa¡±. Mientras se consolidan los nuevos pr¨ªncipes, en el mundo euroatl¨¢ntico surgen otros que ven la democracia como un tren al que subirse para llegar a destino (Erdogan dixit) y aquellos que, siendo elegidos, por lo visto ya no creen en ella. ?A qu¨¦ viene esta envidia de pene frente a los grandes machos euroasi¨¢ticos? ?Qu¨¦ se a?ora?
La democracia se pens¨® como un sistema para controlar el poder, evitar su concentraci¨®n y ponerlo a disposici¨®n de una ciudadan¨ªa que garantizara sus derechos individuales. Necesitamos l¨ªderes (no salvapatrias providenciales), pero solo a condici¨®n de que existan mecanismos de control de su supremac¨ªa. Muy mal van las cosas cuando del ¡°There is not alternative¡± hemos pasado al ¡°ellos son la alternativa¡±. ?Solo se nos ocurre esto? @MariamMartinezB
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