Las mentiras de Guardiola y otras mentiras

A primera vista, parece ins¨®lito que un ministro polemice sobre pol¨ªtica con un entrenador de f¨²tbol. Sin embargo, Guardiola es uno de los principales propagandistas internacionales del proc¨¦s. Aun no estando a sueldo de Diplocat, rara es la semana que no aprovecha una rueda de prensa ¡ªal borde de celebrar el t¨ªtulo de la Premier bajo los focos¡ª para volcar lo m¨¢s granado del argumentario procesista. Y adem¨¢s en Reino Unido, uno de los polos medi¨¢ticos del mundo, y sin duda el m¨¢s af¨ªn al relato del proc¨¦s. Baste pensar en una estrella como Paul Mason, con m¨¢s de medio mill¨®n de followers, que reaccion¨® a la detenci¨®n de Puigdemont en Alemania diciendo que ¡°Espa?a hace que el sheriff Joe Arpaio de Arizona parezca liberal¡±. Y esto sobre una euroorden salida del Tribunal Supremo. Si al supremacismo catal¨¢n se le suma el supremacismo brit¨¢nico, cabe esperar cosas as¨ª. As¨ª que Guardiola sin duda est¨¢ en el sitio adecuado en el momento adecuado para la misi¨®n de propagandista. Hay cientos de miles de referencias en Google para Guardiola+Catalonia, as¨ª que es f¨¢cil rastrear el imponente un reguero de mentiras. En su ¨²ltima actuaci¨®n se defendi¨® de la violencia en Catalu?a: seis millones han hecho todo de forma pac¨ªfica, del presidente Puigdemont al ¨²ltimo. Tres ideas, tres mentiras.

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Desmontar los lugares comunes difundidos por Guardiola es f¨¢cil. En definitiva la propaganda procesista no busca mensajes sofisticados, sino impactos simples. Veamos: ¡°Todo lo que hemos hecho estos a?os seis millones de personas, saliendo a la calle, lo hemos hecho de forma pac¨ªfica". Claves: seis millones de personas, todo pac¨ªfico. Una cifra espectacular, considerando que Catalu?a tiene 7,5 millones de habitantes. Tal vez Guardiola incluye entre los partidarios al 100% del censo electoral m¨¢s otro medio mill¨®n de futuros votantes. Es raro con m¨¢s de dos millones de votantes no indepes, pero a qui¨¦n le importa eso: se trata de vender un sol poble. Otros¨ª: ¡°todo de forma pac¨ªfica¡±. Los mossos han admitido, ante el Tribunal Supremo, m¨¢s de 250 actos violentos en el proc¨¦s, con numerosos ataques a partidos (de hecho Iceta ha defendido la condena de esa violencia en el Parlament, m¨¢s de medio centenar contra los socialistas) y vandalismo, con encaje en los tipos penales de agresi¨®n, da?os, coacciones y amenazas como las dirigidas al juez Llarena que alcanzan a su mujer y el menor de sus hijos. No cabe decir que el proc¨¦s sea un movimiento violento, pero negar violencia es mentir. Guardiola pod¨ªa haber dicho ¡°es injusto generalizar aunque asistimos a brotes de violencia preocupantes¡­¡±. Pero no. Ni una fisura, ni un matiz. Esl¨®ganes al servicio de la causa. Ya est¨¢ TV3, o Teleproc¨¦s, para ponerle discurso.

En la l¨®gica ebria del independentismo, la negaci¨®n de la realidad es b¨¢sica. ¡°En el mundo encantado del independentismo la verdad est¨¢ en el rev¨¦s de lo que afirman¡± apuntaba el profesor de ?tica y Filosof¨ªa Pol¨ªtica, Manuel Toscano, este fin de semana. Se trata de llamar presidente a Puigdemont a sabiendas de que no es presidente o negar la independencia de los jueces que s¨ª act¨²an con independencia. Es el semillero de tantos otros mantras, tan habituales en Guardiola, como ¡°Catalu?a no es Espa?a¡±, ¡°Estado autoritario¡±, o ¡°Esto no va de independencia; esto va de democracia¡±. Incluso el entrenador del Manchester City podr¨ªa entender que, al menos desde la ruptura de la legalidad en septiembre, esto no va democracia sino de independencia. Pero Pep Guardiola asume gustosamente el rol de Pep Goebbelsdiola como propagandista de los mantras del proc¨¦s, falseando con aplomo la realidad. Y lo esencial, en su discurso, es confundir hechos y opiniones. O sea, creer que las ideas te avalan para mentir porque se hace para defender ideas. Es lo mismo que plantea la compa?¨ªa Jacobs Douwe Egberts sobresu directivo catal¨¢n que ha difundido que ¡°Espa?a es un Estado fascista¡±, aunque Espa?a figure en los rankings internacionales entre las mejores democracias del mundo. Naturalmente a ellos les parecer¨ªa bien que se publique, a t¨ªtulo personal, que Jacobs Douwe Egberts es una empresa fraudulenta. En definitiva es lo que patrocinan. As¨ª, a gran escala, se ha desplegado el proc¨¦s, bajo otra idea goebbelsiana: las masas sucumben m¨¢s f¨¢cilmente a las grandes mentiras.