Farsa electoral en Egipto

Siguiendo el guion que ¨¦l mismo hab¨ªa establecido, Abdelfat¨¢ al Sisi ha sido reelegido presidente de Egipto para un segundo mandato con el 97,08% de los votos. Aunque las urnas han permanecido abiertas durante tres d¨ªas ¡ªlunes, martes y mi¨¦rcoles¡ª, la participaci¨®n en los comicios ha sido apenas del 41,5%. Son 5,5 puntos menos que los registrados en 2014, cuando este antiguo jefe de las Fuerzas Armadas fuera elegido presidente por primera vez. Un a?o antes, Al Sisi encabez¨® un golpe de Estado que derroc¨® al ¨²nico mandatario civil elegido democr¨¢ticamente en la historia de Egipto, el islamista Mohamed Morsi.

De poco han servido los m¨²ltiples intentos de movilizar a una opini¨®n p¨²blica desafecta al r¨¦gimen. No tuvieron efecto ni los discursos patri¨®ticos del presidente de la comisi¨®n electoral, Lashin Ibrahim, ni los recordatorios de las multas por no votar ¡ªhasta 28 euros, media paga mensual para muchos trabajadores manuales¡ª de la junta electoral. La prensa local present¨® adem¨¢s pruebas del reparto de regalos ¡ªbolsas de comida o dinero¡ª a la salida de algunos colegios para quienes mostraban el dedo tintado como prueba de haber depositado la papeleta.

Las elecciones egipcias han sido una representaci¨®n en la cual la mayor parte del electorado se ha negado a servir de figurante. Los rivales pol¨ªticos de peso que intentaron desafiar a Al Sisi se retiraron o fueron apartados de la carrera electoral. El ¨²nico contrincante, Musa Mustaf¨¢ Musa, present¨® su candidatura a pocas horas de que concluyera el plazo para evitar as¨ª que las elecciones se transformaran en un plebiscito por aclamaci¨®n. Antes tuvo que borrar sus exclamaciones de ¡°Al Sisi, presidente¡± de su p¨¢gina web.

Al Sisi tom¨® el poder por las armas y retenerlo de esta manera no lo legitima. Egipto merece un proceso verdaderamente democr¨¢tico, algo que no se ha vivido este la semana pasada.