Una directiva para las familias del siglo XXI
La Uni¨®n Europea prepara una nueva norma que incorpora instrumentos efectivos de avance en la corresponsabilidad parental
Nada ha cambiado tanto nuestra vida como lo est¨¢n haciendo los nuevos modelos de familia, fruto de la abolici¨®n de prejuicios y de la transformaci¨®n radical de toda la sociedad en t¨¦rminos de conciencia y reivindicaci¨®n de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. La Convenci¨®n de los Derechos del Ni?o y el Convenio para la Protecci¨®n de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales reconocen como obligatoria la corresponsabilidad parental. Sin embargo, este mandato de corresponsabilidad y estos cambios en los modelos familiares a¨²n no han encontrado su traslaci¨®n completa (imprescindible) al marco normativo y legal vigente. Y ah¨ª es donde los representantes p¨²blicos y las instancias pol¨ªticas debemos estar necesariamente a la altura y hacer posible esa adecuaci¨®n.
Otros art¨ªculos de la autora
Mi hijo va a cumplir 25 a?os. A m¨ª me gustar¨ªa que, al menos los millenials como ¨¦l, pudieran esperar un marco legislativo acorde con los cambios extraordinarios que ha experimentado nuestra sociedad en este cuarto de siglo a la hora de ejercer esa corresponsabilidad parental. Y me temo que estamos a punto de perder una oportunidad hist¨®rica de lograrlo, y eso, c¨®mo no, me rebela. No por cuestiones ideol¨®gicas, sino enteramente pragm¨¢ticas. Les explico por qu¨¦.
Resulta que esos mismos 25 a?os son los que tiene la Directiva Europea de Baja por Maternidad, que sigue en vigor sin modificaciones (y con irregular implementaci¨®n europea, por cierto), porque los Estados miembros han arrinconado y bloqueado de forma bochornosa las propuestas elaboradas y aprobadas por la Comisi¨®n y el Parlamento Europeo. La ¨²ltima se retir¨® en 2015, con el compromiso de la Comisi¨®n de plantear una nueva. Y ahora que nos corresponde elaborar en la Euroc¨¢mara el informe sobre la directiva de "Conciliaci¨®n de la vida personal y laboral¡± (Work life balance, en ingl¨¦s), cuyo objetivo expreso es el pleno acceso de la mujer al mercado laboral¡ nos encontramos estupefactos con que se centra exclusivamente en dos conceptos (ambiciosos, pero insuficientes y confusos): la baja por paternidad y la baja parental. Y, ¡°por cuestiones t¨¦cnicas¡±, la revisi¨®n de la directiva de baja por maternidad ni se menciona.
Posibilitar que hombres y mujeres compartan la primera crianza ayudar¨¢ a que las empresas no valoren menos a las segundas
Creo firmemente que esta nueva directiva debe salir adelante, e incorporar a nuestro marco del siglo XXI instrumentos efectivos de avance en esa corresponsabilidad parental. Creo que es una buena noticia incorporar la baja por paternidad (paternity leave) a nivel europeo. Es una novedad, y aunque partimos de dos d¨ªas, pretendemos elevarla a diez. Yo defender¨¦ adem¨¢s que se incentive el que los padres se tomen ese permiso, remuner¨¢ndolo debidamente. En nuestro pa¨ªs hemos recorrido un camino ejemplar hasta las cinco semanas recientemente aprobadas a instancia de Ciudadanos. Creo tambi¨¦n que la baja parental (parental leave) puede ser una buena herramienta de equilibrado, si esos cuatro meses disponibles para cada progenitor son intransferibles y se remuneran a un porcentaje establecido, no menor del 85%. A mi juicio, la propuesta inicial de retribuirla como ¡°baja por enfermedad¡± (que var¨ªa seg¨²n los pa¨ªses entre un 25% y un 100% del salario) descafeinar¨ªa por completo su sentido. Sea tambi¨¦n bienvenida la inclusi¨®n de cinco d¨ªas por a?o de permiso remunerado por cuidado de personas en situaci¨®n de dependencia.
Pero, como ponente de este informe por parte del grupo liberal, yo me pregunto: ?tiene sentido plantear una directiva sobre corresponsabilidad que eluda corregir los anacronismos e ineficiencias de la actual directiva de baja por maternidad? Incluida su obsoleta conceptualizaci¨®n tradicional, que mezcla innecesariamente una baja m¨¦dica para la mujer trabajadora que da a luz (el tiempo obligatorio para recuperarse f¨ªsicamente) con un permiso retribuido para cuidar del hijo reci¨¦n llegado (que no es ninguna enfermedad, sino una piedra de Rosetta para descifrar el misterio de la corresponsabilidad: compartir ese permiso obligatoriamente entre los progenitores). Las palabras crean las cosas, dice el proverbio. Y posibilitar que hombres y mujeres compartan la primera crianza ayudar¨¢ a que las empresas no valoren menos a las segundas frente a los primeros. Numerosos estudios y an¨¢lisis apuntan a que la maternidad es el condicionante fundamental de la brecha salarial y de la escasez de mujeres en puestos de responsabilidad. Y es que, efectivamente, en las democracias liberales debe primar la libertad de los ciudadanos para tomar decisiones, pero nos corresponde allanar el camino para que no haya circunstancias que distorsionen c¨®mo y por qu¨¦ se toman unas y no otras. Y para romper inercias basadas en prejuicios que, en ocasiones, ni siquiera son conscientes.
Beatriz Becerra es vicepresidenta de la subcomisi¨®n de Derechos Humanos en el Parlamento Europeo y eurodiputada del Grupo de la Alianza de Liberales y Dem¨®cratas por Europa (ALDE)
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