Puigdemont no es un preso pol¨ªtico

<CL10>Los l¨ªderes secesionistas no son presos pol¨ªticos. No lo ha sido Carles Puigdemont en Schleswig-Holstein ni lo ser¨¢ si su tribunal lo entrega a Espa?a por malversaci¨®n, como prefigura la resoluci¨®n.

M¨¢s informaci¨®n

Puigdemont sale de la c¨¢rcel alemana tras el pago de la fianza

La justicia alemana niega la rebeli¨®n y deja en libertad a Puigdemont

¡°Es una verg¨¹enza para Europa tener presos pol¨ªticos¡±, afirm¨® el conciudadano al salir de Neum¨¹nster, con ¨¦nfasis similar al de los seguidores entusiasmados por la decisi¨®n de no entregarle por rebeli¨®n.

Pero el texto del jaleado tribunal es del todo contrario a esa versi¨®n. Disiente de que haya un riesgo de ¡°persecuci¨®n pol¨ªtica¡± al que se expondr¨ªa el dirigente si se le extradita. Y ello porque ¡°con el delito de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos se imputa al acusado una conducta concreta, punible tambi¨¦n de acuerdo con la legislaci¨®n alemana bajo la figura de deslealtad, y no sus convicciones pol¨ªticas¡±.

O sea, no hay presos pol¨ªticos, de conciencia, por ideas. Sino pol¨ªticos presos por haber actuado de cierta forma. Son delitos los actos, no las ideas.

El s¨²bito j¨²bilo europe¨ªsta de los indepes que el 6-D clamaban en Bruselas contra Europa est¨¢ fuera de lugar. Como tambi¨¦n la casposa reacci¨®n chovinista antieuropea del casticismo espa?olista. Ambos presumen ¡ªcon alborozo o con l¨¢grimas¡ª que Europa (o Alemania) no han dado un revolc¨®n a un auto o a un juez. Sino que han tumbado la Justicia espa?ola.

Sucede lo contrario. Igual el juez Llarena no acierta en su apreciaci¨®n de la violencia y la rebeli¨®n. Igual tampoco sus colegas alemanes (de un Tribunal federado nada provincial, sino con competencias tambi¨¦n federales) sobre el desencaje del tipo de la rebeli¨®n en la euroorden. Pero el hecho en s¨ª de la decisi¨®n (sin entrar en su contenido) es un logro europeo.

Y espa?ol. No solo porque fue Espa?a impulsora de la norma 584 de 2002 que permite la entrega cuasi autom¨¢tica de delincuentes y procesados entre los socios de la UE. Sino porque esa norma, perfectible (y si conviene, aclarable en cuanto a sus aplicaciones), crea un campo de juego ¡ªdigamos¡ª m¨¢s confederal y menos intergubernamental contra la criminalidad.

Cuando los jueces de Schleswig-Holstein deciden sobre ciudadanos espa?oles por hechos acaecidos en Espa?a cuasi se equiparan a jueces espa?oles. Son sus colaboradores. El reconocimiento mutuo de normas y resoluciones no es armonizaci¨®n federal, pero casi.

Lo federal es el Tribunal del de Estrasburgo (Consejo de Europa) protegiendo la libertad de expresi¨®n. Y a¨²n m¨¢s ¡ªpor vinculante¡ª el de Luxemburgo (UE) al revolcar sentencias sobre desahucios o cr¨¦ditos hipotecarios. Pertenecen a nuestro Estado de derecho, a nuestro ordenamiento interno, ese que algunos quisieron quebrar.

</CL>