Bernie Sanders: el trumpismo puede y debe ser derrotado
El prop¨®sito de nuestra lucha es proteger la democracia y el Estado de derecho, acabar con la oligarqu¨ªa y crear una econom¨ªa que sirva a todos y no a unos pocos

Este fin de semana he participado en dos reuniones ciudadanas: el viernes por la noche en Omaha, Nebraska, y el s¨¢bado por la ma?ana en Iowa City, Iowa. Adem¨¢s, en las pr¨®ximas semanas y los pr¨®ximos meses, diversos pol¨ªticos progresistas, entre los que me incluyo, celebraremos actos con las comunidades de todo el pa¨ªs.
?Por qu¨¦ nos dedicamos a organizar encuentros ciudadanos en este momento, especialmente en zonas conservadoras? La respuesta es evidente.
El trumpismo no caer¨¢ derrotado por los pol¨ªticos de Washington. Solo lo derrotar¨¢n millones de estadounidenses unidos que, en todos los estados de EE UU, formen un potente movimiento popular que diga no a la oligarqu¨ªa, no al autoritarismo, no a la cleptocracia, no a los grandes recortes en programas absolutamente necesarios para la gente trabajadora, no a las enormes exenciones fiscales para las personas m¨¢s ricas de nuestro pa¨ªs. Y para eso sirven estas reuniones.
Adem¨¢s, hay una serie de circunscripciones electorales en las que los republicanos ganaron por muy peque?o margen. Dado que la mayor¨ªa del Partido Republicano en la C¨¢mara de Representantes no es m¨¢s que de tres votos, es posible impedir que se aprueben leyes que atacan cruelmente a la clase obrera solo con que dos de sus congresistas voten no. Y votar¨¢n no si conseguimos que sus electores se lo exijan.
?Se puede derrotar al trumpismo? ?Por supuesto que s¨ª! Ahora bien, para lograrlo hace falta saber exactamente a qu¨¦ nos enfrentamos y cu¨¢l es la mejor manera de avanzar. He aqu¨ª una peque?a parte de lo que necesitamos saber:
El trumpismo dispone de una cantidad ilimitada de dinero para financiar sus actividades. Elon Musk, el hombre m¨¢s rico del mundo, invirti¨® m¨¢s de 270 millones de d¨®lares ¡ªuna min¨²scula porci¨®n de su fortuna¡ª en la campa?a electoral de Trump. Y hay otros multimillonarios dispuestos a colaborar con Musk en lo que sea necesario.
El trumpismo controla una gran parte de los medios de comunicaci¨®n a trav¨¦s de los que se informan millones de estadounidenses. Por ejemplo, Fox y la plataforma X de Musk, entre otros, no son medios de comunicaci¨®n normales. Su funci¨®n b¨¢sica no es transmitir las ¡°noticias¡±, sino propagar una ideolog¨ªa de extrema derecha.
El trumpismo est¨¢ recurriendo al concepto de la ¡°gran mentira¡± como no lo hab¨ªamos visto jam¨¢s en este pa¨ªs. Todos los d¨ªas difunde y repite sin cesar declaraciones descaradamente falsas y teor¨ªas de la conspiraci¨®n.
El trumpismo no cree en la democracia ni en el Estado de derecho. Hace unos d¨ªas, Trump public¨® en redes sociales: ¡°Quien salva a su pa¨ªs no viola ninguna ley¡±. Es decir, Trump cree que puede hacer todo lo que quiera, sea por el motivo que sea. Puede despreciar al Congreso y a los tribunales de justicia. Est¨¢ por encima de la ley.
Sin embargo, mientras Trump consolida y acapara el poder, hay otra realidad cada vez m¨¢s evidente.
El 60% de los estadounidenses vive al d¨ªa; millones de personas ganan un salario de miseria; 85 millones no tienen seguro de salud o tienen un seguro que se queda corto; los j¨®venes no pueden pagar lo que cuesta la universidad; el 25% de las personas mayores vive con unos ingresos de 15.000 d¨®lares al a?o o menos; tenemos una de las mayores tasas de pobreza infantil de los grandes pa¨ªses y una grave escasez de vivienda asequible para las personas de bajos ingresos.
Y, por cierto, estamos perdiendo la lucha contra la crisis clim¨¢tica, una amenaza existencial para el futuro del planeta.
Para colmo, al mismo tiempo que Trump nos est¨¢ alejando de la democracia, mientras contin¨²a el declive de la clase media, las personas m¨¢s ricas del pa¨ªs est¨¢n mejor que nunca. Actualmente, la riqueza de los tres mayores oligarcas, Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg, asciende a 905.000 millones de d¨®lares, es decir, m¨¢s de lo que tiene toda la mitad inferior de la sociedad estadounidense, 170 millones de personas. Y, por incre¨ªble que parezca, desde la elecci¨®n de Trump, su patrimonio ha aumentado en 217.000 millones de d¨®lares.
El prop¨®sito de nuestra lucha, la lucha del pueblo estadounidense, es proteger la democracia y el Estado de derecho. Es tambi¨¦n acabar con la oligarqu¨ªa y crear una econom¨ªa que sirva a todos, no solo a unos pocos. Somos el pa¨ªs m¨¢s rico del mundo y la inteligencia artificial, la rob¨®tica y otras nuevas tecnolog¨ªas van a hacer que sea m¨¢s rico todav¨ªa; es absurdo, injusto e inhumano que pr¨¢cticamente toda esa nueva riqueza que se est¨¢ creando vaya a parar a manos de quienes menos la necesitan.
A pesar de que ahora Trump este inundando todos los espacios y robando la mayor parte del ox¨ªgeno pol¨ªtico, es important¨ªsimo no perder de vista en ning¨²n momento el objetivo progresista: un pa¨ªs y un mundo que se sustenten en la cooperaci¨®n y la compasi¨®n, no en la codicia y la mentalidad de la ¡°supervivencia del m¨¢s fuerte¡±. Las cosas por las que estamos luchando no son ¡°ut¨®picas¡± ni inalcanzables. Muchas de ellas existen ya en otros pa¨ªses y todas las encuestas revelan que son exactamente lo que quieren los estadounidenses.
En el pa¨ªs m¨¢s rico de la historia, debemos proclamar que:
La sanidad es un derecho humano y debe estar al alcance de todos, independientemente de su nivel de renta.
Todos los trabajadores de Estados Unidos tienen derecho a percibir unos ingresos dignos. Debemos aumentar el salario m¨ªnimo hasta alcanzar un sueldo que permita vivir y facilitar la afiliaci¨®n de los trabajadores a los sindicatos.
Debemos tener el mejor sistema educativo p¨²blico del mundo, desde la escuela infantil hasta la formaci¨®n profesional y la ense?anza universitaria, y ponerlo al alcance de todos.
Debemos abordar la crisis de la vivienda y construir los millones de casas baratas y de protecci¨®n social que tanto necesitamos.
Debemos crear millones de puestos de trabajo bien remunerados y, al mismo tiempo, encabezar la lucha mundial contra la amenaza existencial del cambio clim¨¢tico.
Debemos abolir la intolerancia en todas sus formas.
No solo debemos seguir luchando para vivir en una naci¨®n que se apoye en los principios de justicia econ¨®mica, social, racial y medioambiental, sino que tambi¨¦n debemos estar en primera l¨ªnea de la batalla contra la agenda legislativa reaccionaria de Trump.
Los republicanos del Congreso han presentado un gran proyecto de ley de presupuestos que consagra el sistema de valores de la codicia y su obediencia a la oligarqu¨ªa. Es la esencia econ¨®mica del trumpismo.
Ahora que hay una desigualdad de rentas y riqueza sin precedentes, esta ley ahorrar¨¢ miles de millones de d¨®lares en exenciones fiscales a los multimillonarios y har¨¢ que los ricos sean todav¨ªa m¨¢s ricos. Ahora que la clase trabajadora de este pa¨ªs tiene dificultades para comprar comida y pagar la vivienda, esta ley recortar¨¢ de forma brutal el dinero destinado a Medicaid, vivienda, nutrici¨®n, educaci¨®n y otras necesidades b¨¢sicas. Har¨¢ que los pobres sean todav¨ªa m¨¢s pobres.
No podemos permitirlo. Esta es una ley enormemente impopular. Es precisamente lo que el pueblo estadounidense no quiere. El Congreso no debe aprobarla.
Hay que rechazarla y es posible hacerlo.
Vivimos en un momento peligroso de la historia de Estados Unidos. Avancemos juntos.
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