10 fotosAs¨ª es el calvario de miles de indonesias39 mujeres indonesias fallecieron cuando trabajaban como empleadas dom¨¦sticas en Oriente Medio y ?frica entre enero y junio de 2017. Estas son algunas de las historias de estas esclavas del siglo XXI Sukabumi - 14 may 2018 - 08:55CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUn informe publicado en 2013 por la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo estim¨® en 2,55 millones el n¨²mero de mujeres indonesias empleadas como sirvientas en todo el mundo. Irma Santika es una de las que ha tenido ¨¦xito. Despu¨¦s de trabajar en Hong Kong durante dos a?os, que complementar¨¢ pronto con un nuevo ciclo de dos a?os m¨¢s, espera poder pagar para que su marido, a la derecha, abra un peque?o taller de electrodom¨¦sticos. Ella es tambi¨¦n quien abona la educaci¨®n de su hija, a la izquierda.Aliyah posa con su hija en la casa que alquila. Despu¨¦s de ser deportada de Arabia Saud¨ª descubri¨® que es seropositiva y ahora es incapaz de trabajar. Su historia es una de las m¨¢s extremas, pero m¨¢s habitual de lo que cabe suponer.¡°Mi labor es buscar a mujeres que est¨¦n dispuestas a viajar al extranjero para trabajar como empleadas dom¨¦sticas¡±. Isah posa con varios de los documentos que ayuda a obtener a las interesadas. Es una reclutadora que ejerce como intermediaria con agentes de la capital, Yakarta, que son los encargados de darles la formaci¨®n necesaria y encontrarles empleador.Susilawati muestra la tarjeta de residencia con la que estuvo mucho m¨¢s tiempo que el permitido, hasta que fue arrestada y deportada. Los problemas burocr¨¢ticos son unos de los que m¨¢s afectan a las empleadas dom¨¦sticas. Muchos de los documentos que estas utilizan para encontrar trabajo son falsos o incluyen informaci¨®n falsa. Adolescentes de hasta 14 a?os lograr pasar por mayores de edad con la ayuda de funcionarios corruptos y agentes sin escr¨²pulos.Susilawati cuida de la vaca que supone uno de los pilares econ¨®micos de su familia, en Sukabumi.Ernawati, diagnosticada de esquizofrenia, vive encadenada en el trastero de la casa que ella pag¨® desde que regres¨® de Arabia Saud¨ª, un pa¨ªs en el que ya hab¨ªa trabajado varios a?os en dos estancias anteriores.Cuando regres¨® de su ¨²ltimo empleo en Arabia Saud¨ª, los m¨¦dicos le diagnosticaron esquizofrenia y su madre, Abtyah, la encaden¨® para contener sus brotes de violencia.El doctor que la recibi¨® est¨¢ convencido de que es un trauma consecuencia de abusos sufridos en Arabia Saud¨ª.Yiyin afirma que trabajar en el extranjero como empleada dom¨¦stica destruye muchas parejas. Ella se divorci¨® despu¨¦s de conocer que su marido se hab¨ªa casado con una segunda mujer y estaba utilizando las remesas que ella enviaba desde Arabia Saud¨ª para pagar sus placeres. Asegura que no volver¨¢ a marchar.Jejen Nurjanah es la fundadora de la ONG local Serikat Buruh Migran Indonesia, una organizaci¨®n que da apoyo a cientos de mujeres. La activista posa con una fotograf¨ªa de varias empleadas dom¨¦sticas indonesias esperando a ser deportadas de Arabia Saud¨ª.