Carta abierta a la ministra Dolors Montserrat
?C¨®mo vamos a confiar en ning¨²n medicamento si no media distinci¨®n alguna entre una medicina y un grano de glucosa?
Excelent¨ªsima se?ora Montserrat,
Con gran contrariedad compruebo que acaba de firmar una orden para regular los llamados ¡°medicamentos homeop¨¢ticos¡±. Ya la misma expresi¨®n, ¡°medicamento homeop¨¢tico¡±, resulta contradictoria: un medicamento ha de tener alg¨²n efecto sobre una enfermedad, y la homeopat¨ªa se define ¡ªen la directiva europea que impulsa esta orden¡ª justamente como aquel producto que de tan diluido resulta inocuo (y por ello no puede ir acompa?ado de indicaciones terap¨¦uticas). A los medicamentos homeop¨¢ticos les ocurre lo mismo que a los muertos vivientes: o son una cosa o son la otra, pero ambas a la vez es imposible. Hace algunos d¨ªas usted dijo una frase que comparto: ¡°Las lenguas no curan¡±. Le doy toda la raz¨®n, y a?ado: la homeopat¨ªa tampoco.
Leo horrorizada en la orden que la Real Farmacopea Espa?ola publicar¨¢ los productos homeop¨¢ticos que se validaren: ?Al ponerlo al servicio de la pseudociencia no hay riesgo de que ese c¨®digo acabe perdiendo prestigio? ?C¨®mo vamos a confiar en ning¨²n medicamento si no media distinci¨®n alguna entre una medicina y un grano de glucosa? ?En qu¨¦ lugar quedan los criterios cient¨ªficos cuando se concede el visto bueno a sustancias con la misma capacidad curativa que el agua?
Soy consciente de que el problema nace de una directiva del Parlamento Europeo. Desde que fui nombrada eurodiputada, una de mis preocupaciones ha sido combatir las pseudociencias y las falsedades. A veces me sorprende la frivolidad con la que se ventilan este tipo de temas al tramitar las leyes; el hecho de que, en vez de basar el voto en evidencias, los diputados recurran a anquilosadas concepciones ideol¨®gicas. Porque es as¨ª como se aprueban leyes que carecen de todo fundamento cient¨ªfico, como es el caso de la que nos ocupa. No en vano, ninguno de los centenares de experimentos que se han llevado a cabo sobre productos homeop¨¢ticos ha podido demostrar que tuvieran ninguna eficacia.
Acabo de preguntar a la Comisi¨®n Europea por la incoherencia que supone que exista una directiva que promueve ideas pseudocient¨ªficas
La Uni¨®n Europea es un proyecto complejo, y solo se puede aspirar a avanzar a peque?os pasos. Es obligaci¨®n de cada uno de los actores contribuir, en la medida de sus posibilidades, a que ese proyecto sea cada vez mejor. Por mi parte, acabo de preguntar a la Comisi¨®n Europea por la incoherencia que supone que exista una directiva que promueve ideas pseudocient¨ªficas. Y en mi opini¨®n, hubiera sido preferible que Espa?a hubiera presionado a la Uni¨®n para que reconsiderara el tema, en lugar de incorporarla a nuestra legislaci¨®n, tal como ha acabado ocurriendo.
Con la orden aprobada no se conseguir¨¢ beneficio alguno ni para los enfermos ni para la sociedad. Solo las multinacionales de la industria homeop¨¢tica van a salir ganando al proporcion¨¢rseles un amparo legal que legitima sus productos y que propiciar¨¢ que aumenten sus ganancias; derivadas, no lo olvidemos, de la venta de az¨²car a precios exorbitados. Los pol¨ªticos debemos ser conscientes de nuestras responsabilidades en las decisiones que tomamos, a pesar de que en ocasiones puedan resultar antip¨¢ticas para una parte de la sociedad.
Recientemente, sent¨ª una gran alegr¨ªa cuando supe que la Comisi¨®n Europea tiene la intenci¨®n de poner en marcha una bater¨ªa de medidas para apoyar la vacunaci¨®n y combatir las campa?as de desinformaci¨®n que impulsan los grupos antivacuna. Un n¨²mero creciente de ni?os corre el riesgo de sufrir absurdamente graves enfermedades porque sus padres han decidido que no se les suministre vacuna alguna. El comisario de Salud Vytenis Andriukaitis, en unas declaraciones que recogi¨® EL PA?S, asegur¨® que las vacunas funcionan bien y que esto ¡°es un hecho, como decir que la Tierra gira alrededor del Sol y no a la inversa¡±. Este tipo de iniciativas me llevan a pensar que las instituciones europeas son cada vez m¨¢s conscientes de la importancia de defender la ciencia y la verdad contra los propagadores de mentiras, y quiero suponer (soy moderadamente optimista al respecto) que este planteamiento acabar¨¢ contagiando a todos los ¨¢mbitos.
En todo caso, deseo fervientemente que pueda volver a escribirle pronto para felicitarla por haber corregido la posici¨®n del Gobierno de Espa?a.
Reciba un saludo cordial,
M. Teresa Gim¨¦nez Barbat es eurodiputada integrada en la delegaci¨®n Ciudadanos Europeos dentro el grupo de la Alianza de los Dem¨®cratas y Liberales por Europa.
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