Nicol¨¢s Maduro y su universo paralelo
El sucesor de Ch¨¢vez se permite la groser¨ªa de insultar a los venezolanos lanzando sus embustes electoralistas en su art¨ªculo en EL PA?S
¡°Copinscuo¡±. Este fue el arduo vocablo que utiliz¨® el alguna vez Ministro de Interior venezolano, Pedro Carre?o, uno de los dirigentes chavistas de m¨¢s exuberante presencia ling¨¹¨ªstica y gozosas contradicciones ¡ªha despotricado contra los males del capitalismo ataviado con corbata Louis Vuitton y zapatos Gucci¡ª. Esa palabra de tan dif¨ªcil pronunciaci¨®n representa, ella sola, la paideia del chavismo en Venezuela: ignorancia, arrogancia y caradurismo, tres elementos que constituyen parte esencial de lo que en Venezuela conocemos como ¡°malandro¡±.
Desde 1998, el mundo ha asistido, entre divertido y pasmado, a la destrucci¨®n de un pa¨ªs que se las promet¨ªa felices con la llegada del populismo m¨¢s cerril, supuestamente consustanciado con un pueblo que, en su tradicional ceguera, hab¨ªa elegido a aquel que le promet¨ªa duros a peseta, una jauja eterna y comodidad sin l¨ªmites. Naturalmente, nada de esto fue as¨ª y las promesas solo fueron eso; la enorme riqueza emanada del suelo en forma de hidrocarburos (casi un bill¨®n de d¨®lares en poco m¨¢s de quince a?os) sirvi¨® para acallar los clamores pasajeros del est¨®mago y los caprichos infantiles de un pueblo adolescente, pero la parte del le¨®n se la repartieron, como en isla pirata, los que fueron m¨¢s listos. Hoy, se sabe que al menos 350 millardos de la riqueza venezolana andan por el mundo, reposando en las oscuras cuentas del imperio que Hugo Ch¨¢vez tanto odiaba ¡ªpero, visto lo visto, no sus hijas ni el resto de su familia: ni siquiera los ya famosos sobrinos presidenciales¡ª.
El 3 de mayo pasado, Nicol¨¢s Maduro, que anda ya en campa?a para sus elecciones pr¨ºt-¨¤-porter, firm¨® en EL PA?S un art¨ªculo de opini¨®n: Nuestra democracia es proteger; un disparate por tantas razones y en tantas de sus l¨ªneas, que no vale la pena comentarlo detalladamente; apenas me voy a detener en el inicio, que es un monumento al cinismo y la sinvergonzoner¨ªa: "Nuestra democracia es distinta de todas. Porque todas las dem¨¢s ¡ªen pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses del mundo¡ª son democracias formadas por y para las ¨¦lites".
Cualquiera que tenga noticia, siquiera somera, de lo que ha ocurrido en Venezuela en estos ¨²ltimos veinte a?os, sabe c¨®mo llamamos hoy a las verdaderas ¨¦lites de la revoluci¨®n bolivariana: bolichicos y boliburgueses. Haci¨¦ndole un flaqu¨ªsimo favor a la memoria y el nombre de Sim¨®n Bol¨ªvar, Ch¨¢vez "secuestr¨®" el bolivarianismo ¡ªimitando, por cierto, a los caudillos venezolanos que desde el decimon¨®nico Antonio Guzm¨¢n Blanco al llanero Luis Herrera Camp¨ªns han querido untarse del aura m¨ªtica y tristemente sagrada del Libertador¡ª, y ahora es el sello nominal de una revoluci¨®n mediocre y ladrona, embustera, ignorante y malandra; destructora e insensible.
El sucesor de Ch¨¢vez se permite la groser¨ªa de insultar a los venezolanos lanzando sus embustes electoralistas, pintando en ¡°su¡± art¨ªculo (?pero de verdad alguien cree que esta pieza de la falacia desabrida la ha escrito un individuo que confunde telescopio con estetoscopio y habla de las millonas de mujeres?) una Venezuela que, me figuro, debe de estar en un universo paralelo que ¨¦l, como el personaje de Stephen King en 22/11/63, ha descubierto en uno de los cuartos de la basura del palacio de Miraflores y a donde va todas las noches para vivir en un territorio cu¨¢ntico que solo ¨¦l conoce, mientras el resto de los venezolanos pierde horas haciendo cola para recibir un trocito de pollo o un rollito triste de papel de ba?o y sue?a con que ese d¨ªa haya luz al menos dos horas y un poquito de agua para por lo menos quitarse el mal olor de encima. Tambi¨¦n el resto de esa ¨¦lite llamada boliburgues¨ªa vive en una Venezuela pr¨®spera que reposa en la cornucopia de los pa¨ªses bien gobernados. Para ellos s¨ª hay comida, agua en las piscinas y viajes; whisky y comodidad y futuro y fiesta y risas y alegr¨ªa. Nada que una ¨¦lite bien entrenada no deje de tener jam¨¢s, desde que el mundo es mundo.
¡°Nuestra democracia es proteger¡±, dice Nicol¨¢s Maduro, y dice bien: pero los protege a ellos, y los mantiene calentitos, muelles y seguros. Y con elecciones "libres", el mejor maquillaje para las dictaduras del siglo XXI.
Juan Carlos Chirinos es escritor. Su ¨²ltimo libro es Venezuela. Biograf¨ªa de un suicidio (2017).
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