¡°Se la col¨¦ a Hawking¡±
El Mago Pop, Antonio D¨ªaz (Barcelona, 1986), lleva desde los cinco a?os enga?ando al ojo del pr¨®jimo siguiendo la estela de David Copperfield
Me aburre la magia, una tara como cualquier otra. As¨ª que acud¨ª al espect¨¢culo de El Mago Pop para saber con qui¨¦n y de qu¨¦ estaba hablando, pero sin m¨¢s expectativas de las que quien va a certificar un prejuicio. Lo que vi me puso en mi sitio. Un tipo de 31 a?os que aparenta 15 epatando a las 1.100 personas de la platea a base de dejarles con la boca abierta perpetrando una ilusi¨®n ¨®ptica m¨¢s espectacular que la siguiente, una detr¨¢s de otra. Sin caspa, sin partenaires sumisas, con ritmo y retranca. Luego, frente a frente, Antonio D¨ªaz, el mago espa?ol m¨¢s conocido extramuros, parece lo que es: uno de esos j¨®venes talluditos de hoy que se comen el mundo sin darse mayor importancia. Si tiene truco, no se le ve de primeras. De eso vive.
Pensaba dormirme en la butaca. ?C¨®mo aguant¨¦ despierta?
Porque tus expectativas eran muy bajas. Y porque el espect¨¢culo puede gustarle a quien no le gusta la magia. Muchas gracias.
Su p¨²blico preferido son los ni?os y los viejos. ?Por qu¨¦?
Porque son edades que tienen mucho que ver con la verdad, en las que hay menos prejuicios, donde hay sue?os e inocencia. Los ni?os la pierden para vivir en sociedad, pero, un d¨ªa, de mayores, las cosas empiezan a darnos igual de nuevo y volvemos a la esencia.
Debi¨® de ser un ni?o rarito.
Fui el ni?o m¨¢s friqui del planeta. Imag¨ªnate que a mi madre le hac¨ªa desaparecer el peine, o levitar un huevo. Fue mi conejillo de Indias, mi mayor sufridora y quien m¨¢s me ha visto el truco.
?Con 30 se es un mago j¨²nior? ?Su gran truco est¨¢ por ver?
Bueno, llevo muchos a?os. Pero s¨ª, creo que los pr¨®ximos 10 van a ser mi gran momento. Tengo cuadernos de adolescente donde apuntaba juegos que imaginaba y que solo ahora, con el equipo y el presupuesto que he logrado, puedo llegar a hacer realidad.
Hay quien le acusa de plagiar a otros magos. Defi¨¦ndase.
Soy un int¨¦rprete de la magia. Versionar a los cl¨¢sicos es casi una obligaci¨®n. Al final, en la magia, las cosas aparecen, desaparecen, levitan o cambian de sitio. Lo que est¨¢ en nuestra mano es interesar al p¨²blico actual, no quedarnos en el conejo y la chistera.
?C¨®mo nos la mete doblada?
Jaja. Algo de eso hay. Y encima gusta y se lo creen y pagan por ello. Hay millones de t¨¦cnicas para lograrlo, pero la sensaci¨®n de ver a alguien asombrarse es impagable. Es el ¨²nico oficio donde te pagan por mentir, y eso mola.
?A qui¨¦n har¨ªa desaparecer?
Estabas tardando... A Trump, un ratito. Al final, siempre pagan los pol¨ªticos, pero es porque tienen toda la responsabilidad.
?Le sirvi¨® la magia para ligar y ser popular en el instituto?
Soy extraordinariamente t¨ªmido y jam¨¢s hago magia fuera del escenario. Tengo un amigo escultor que, cuando me dice ¡°hazme un truco¡±, le respondo: ¡°Hazme un busto. Este no es el momento¡±.
Vaya, ahora que le iba a decir que me hiciera uno a m¨ª...
Eso es trampa, porque yo te dir¨ªa que me hicieras una entrevista, y ya me la est¨¢s haciendo. Soy mago, pero no tonto.
?Qu¨¦ ilusiona al ilusionista?
Que venga tanta gente a verme al teatro, sigo alucinando de que se llene, no s¨¦ de d¨®nde salen.
?Se siente un impostor?
No, me siento un vendedor de ilusiones. Lo de impostor es peyorativo. No lo soy, porque el otro sabe que lo que ve no es verdad, los dos lo obviamos y jugamos.
¡°Mi¨¦nteme, dime que me quieres¡±. ?Deseamos creer mentiras?
Exacto, esto es una seducci¨®n. Una mentira bella. Es bonito buscar la verdad en la mentira.
?Huele a los esc¨¦pticos?
Totalmente. Hay dos tipos de espectador, el que se deja llevar y el que se lo toma como un reto intelectual. Le ves con la ceja levantada, explic¨¢ndole la jugada al de al lado y cuando, de repente, se relaja y decide dejarse llevar, es una victoria maravillosa para m¨ª.
?Que le dicen luego las personas a las que teletransporta?
Son mis mejores pregoneros, porque se pasan la vida cont¨¢ndolo. Creo que el tir¨®n del espect¨¢culo es por ese boca a oreja.
?C¨®mo enga?¨® a Stephen Hawking, el rey de lo racional?
Llevaba meses prepar¨¢ndole una supermovida con n¨²meros y al final le hice un gui?o a la gravedad con un juego de toda la vida: una bolita que levita y se convierte en manzana. Le flip¨®. Se lo contar¨¦ a mis hijos sacando pecho.
?Ha sido su mayor ¨¦xito?
Totalmente, y adem¨¢s ya estoy viendo el titular que pondr¨¢s: ¡°Se la met¨ª doblada a Hawking¡±, jaja. Bueno, dej¨¦moslo en que se la col¨¦, que es m¨¢s fino, y as¨ª te cabe.
El mago del mill¨®n.
Antonio D¨ªaz (Barcelona, 1986) lleva desde los cinco a?os enga?ando al ojo del pr¨®jimo siguiendo la estela de David Copperfield. Esta semana cumple un mill¨®n de espectadores en tres a?os con su espect¨¢culo Nada es imposible.
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