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70 a?os de cascos azules Unos 10.500 militares est¨¢n desplegados en la misi¨®n de la ONU en el sur de L¨ªbano. Su trabajo es observar, nunca combatir. Proceden de 41 pa¨ªses diferentes. Dependen del mandato de Naciones Unidas. As¨ª se intenta mantener la paz desde L¨ªbano y Nueva York. Unos 10.500 cascos azules de la ONU est¨¢n desplegados en el sur de L¨ªbano para garantizar el cese de hostilidades entre L¨ªbano e Israel, dos pa¨ªses enemistados desde hace cuatro d¨¦cadas. Esta brigada internacional, compuesta por tropas de 41 pa¨ªses, es una fuerza de interposici¨®n; su deber es mediar, no combatir. Estos soldados realizan patrullas diarias por un territorio que abarca unos 1.000 kil¨®metros cuadrados. Durante sus incursiones es f¨¢cil encontrarse con carteles de la milicia pol¨ªtico chi¨ª de Hezbol¨¢. El sur de L¨ªbano es su feudo. La ONU tiene desplegadas 14 operaciones de paz por medio mundo. Este mes se cumplen 70 a?os desde que se creara la primera misi¨®n en Jerusal¨¦n. Y todav¨ªa siguen all¨ª. Desde entonces, los soldados de Naciones Unidas han estado presentes en algunos de los conflictos m¨¢s sangrientos del planeta. Samuel S¨¢nchez La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para L¨ªbano (UNIFIL, por sus siglas en ingl¨¦s) se cre¨® en 1978 para mediar entre libaneses e isral¨ªes. Desde hace cuatro d¨¦cadas, los cascos azules intentan garantizar la paz en una de las regiones m¨¢s convulsas del mundo. Los soldados de la ONU forman parte del paisaje del sur de L¨ªbano. Son un agente econ¨®mico importante. La farmacia de Georgina Neemtallah, de 46 a?os, es una de las m¨¢s frecuentadas por los cascos azules destinados en Marjayoun, el sector oriental de la misi¨®n. All¨ª est¨¢n desplegados 600 espa?oles. "Los noruegos siempre me han comprado mucho, los espa?oles tambi¨¦n. Pero los pobres indios no tienen muchos medios", dice. "Lo que m¨¢s demandan son antibi¨®ticos, ampollas para los pies, analg¨¦sicos y tambi¨¦n el ant¨ªdoto para la v¨ªbora palestina. Su mordedura puede ser mortal", a?ade esta mujer en perfecto espa?ol, idioma que aprendi¨® para poder negociar con los militares. Samuel S¨¢nchez La mayor¨ªa de cascos azules desplegados en L¨ªbano proceden de Indonesia, Nepal, Ghana y Malasia. La misi¨®n est¨¢ dividida en dos sectores: el oriental, dirigido por las tropas espa?olas, y el occidental, comandado por Italia. Los sargentos Sitaram Phuyal, de 33 a?os, y Kamal Pariyar, de 34 son de Nepal. Aprovechan el descanso para ir a la barber¨ªa que hay fuera de la base. Ambos tienen familia, llevan regular la distancia, pero reconocen que participar en estas operaciones les aumenta el sueldo. "Esta es mi segunda misi¨®n, estoy muy orgulloso de trabajar para Naciones Unidas, y me gustar¨ªa repetir tambi¨¦n por el salario", dice Phuyal. Samuel S¨¢nchez Los soldados comparten risas y confidencias durante la hora de la comida en el comedor del cuartel de Naqoura. Muchos vienen de estar de patrulla durante al menos cuatro horas. Algunas patrullas se realizan en carros de exploraci¨®n de caballer¨ªa, otras en veh¨ªculos LINCE, todoterrenos antiminas y algunas a pie. Muchas se hacen con las fuerzas armadas libanesas. Una de las misiones de los cascos azules aqu¨ª es ayudar al Ej¨¦rcito liban¨¦s a que se haga con el control del sur del pa¨ªs, invadido varias veces por Israel y feudo de Hezbol¨¢. Samuel S¨¢nchez El capit¨¢n Gregory Singh tiene 27 a?os y es de India. La de L¨ªbano es su primera misi¨®n. Trabaja en la oficina de informaci¨®n. Reside en la base militar Miguel de Cervantes, ubicada en la localidad de Marjayoun. Este cuartel fue construido por Espa?a en 2006, tras la ¨²ltima guerra con Israel. "Quiero aprender todos los idiomas posibles. Nunca hubiera imaginado trabajar en una oficina de un pa¨ªs extranjero con otros soldados de diferentes partes del mundo", dice una noche de invierno desde su habitaci¨®n. Singh est¨¢ aprendiendo a tocar la guitarra espa?ola. Por las noches toca unos acordes, estudia algo de Finanzas y habla con su novia por Skype. Samuel S¨¢nchez Una ma?ana m¨¢s, el capit¨¢n Sanch¨ªs (al fondo) se afeita antes de salir a patrullar. Este militar de Badajoz, de 31 a?os, pertenece a la brigada de 600 soldados que Espa?a env¨ªa semestralmente a la misi¨®n de mantenimiento de paz de la ONU en L¨ªbano. Cerca de 90.000 militares y polic¨ªas de todas las nacionalidades participan en las diferentes operaciones que la ONU tiene desplegadas por el mundo. La mitad est¨¢n en ?frica, seguidas de Oriente Pr¨®ximo (L¨ªbano, Israel, Siria), Am¨¦rica Central (Hait¨ª), Asia (Cachemira) y Europa (Kosovo y Chipre). Todos tienen el mismo objetivo: acabar con los conflictos, proteger a la poblaci¨®n, restaurar la paz. Algunas veces lo consiguen. Otras no. Tienen poco margen de actuaci¨®n, el que les da el mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Samuel S¨¢nchez La soldado Suraya (la primera a la izquierda), es de Malasia. Mariana Bonsegna, de Italia, y Lee Taejin, de Corea del Sur. A finales de enero, hab¨ªa casi 500 mujeres uniformadas en este pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo. Esta es una de las operaciones con mayor participaci¨®n femenina. En 2014, el 3% del personal militar y el 10% de la polic¨ªa era femenino. "Quiero dar ejemplo a otras mujeres", asegura Lee Taejin, doctora militar. La ONU ha reconocido que el papel de las mujeres es clave en la prevenci¨®n y resoluci¨®n de conflictos. Su presencia tambi¨¦n ayuda para generar m¨¢s confianza entre la poblaci¨®n. Muchos civiles recelan de este cuerpo de paz por los casos de abuso sexual cometidos por efectivos o por el personal que trabaja en las misiones. Desde 2010, la ONU ha registrado casi 600 denuncias. La mayor¨ªa son del personal uniformado. Las acusaciones hablan de sucesos espeluznantes: violaciones sistem¨¢ticas, soldados que obligan a mantener relaciones a cambio de comida... Los ej¨¦rcitos m¨¢s involucrados son los de Rep¨²blica del Congo, Sud¨¢frica y Marruecos. Samuel S¨¢nchez Los cascos azules destinados en L¨ªbano deben cumplir la resoluci¨®n 1701, que establece que estas fuerzas de la ONU deben restaurar la seguridad en la zona. Aunque los dos pa¨ªses enfrentados estuvieron de acuerdo con el despliegue de la ONU, no siempre cumplen lo acordado: "La comunidad internacional y la ONU tendr¨¢n que ejercer una mayor presi¨®n sobre las partes para que se terminen las violaciones permanentes del mandato, como la ocupaci¨®n de las fuerzas de Israel de la parte norte del pueblo de Gadhjar (territorio liban¨¦s). Por su parte, L¨ªbano permite la presencia de Hezbol¨¢ como grupo armado, lo que da pie a Israel para sobrevolar casi a diario el espacio a¨¦reo liban¨¦s", explica el general Alberto Asarta, que durante dos a?os fue jefe de la misi¨®n. Samuel S¨¢nchez En L¨ªbano, los carros blindados y veh¨ªculos LINCE que utilizan los cascos azules espa?oles son del Ej¨¦rcito espa?ol. Los pa¨ªses miembros de la ONU aportan material y soldados a las misiones. Cada vez que el Consejo de Seguridad de la ONU crea una nueva misi¨®n, se organiza una nueva brigada multinacional. Los Estados interesados participan enviando tropas o material. La ONU reembolsa una cantidad monetaria a los pa¨ªses que 'prestan' a sus hombres. El pago por soldado ronda los 1150-1200 euros. Pero esa cifra no va a parar directamente al salario del casco azul, sino que cada Gobierno distribuye el dinero como quiere. Samuel S¨¢nchez Un soldado desde la torreta del blindado durante una patrulla. Los cascos azules tienen que vigilar que se cumple el cese de hostilidades entre Israel y L¨ªbano. Los soldados recorren la Blue Line, una l¨ªnea de barriles y alambradas de unos 100 kil¨®metros que divide los dos pa¨ªses. Los cascos azules operan desde territorio liban¨¦s. La l¨ªnea azul es la l¨ªnea de retirada del sur del L¨ªbano de las fuerzas israel¨ªes, delimitada en el a?o 2000. Despu¨¦s de 22 a?os de ocupaci¨®n, Israel se retiraba entonces de tierras libanesas. Samuel S¨¢nchez La misi¨®n de cascos azules en L¨ªbano es la ¨²nica que cuenta con una fuerza mar¨ªtima. Fue desplegada en 2006, tras la ¨²ltima guerra con Israel. Desde entonces, la ONU mantiene una flota que se encarga de entrenar al Ej¨¦rcito liban¨¦s, controlar las aguas libanesas (en disputa con el vecino Israel) y vigilar que no haya tr¨¢fico ilegal de armas. En la imagen, cascos azules banglades¨ªes durante unas maniobras en el puerto de Beirut, capital del pa¨ªs. Samuel S¨¢nchez Mohammad Fazlar Rahman, de 45 a?os, es el capit¨¢n del barco banglades¨ª que forma parte de la flota de la ONU en L¨ªbano. "Lo ¨²nico que podemos hacer es observar. Mi trabajo es reportar, no disparar", dice este militar en la cubierta del nav¨ªo con bandera de Banglad¨¦s. S¨®lo pueden utilizar la fuerza en defensa propia, de la misi¨®n o de los civiles. Banglad¨¦s es uno de los pa¨ªses que m¨¢s tropas aporta a las operaciones de paz. Masud Bin Momen, embajador de la representaci¨®n permanente de este pa¨ªs en la ONU, explica las razones de su participaci¨®n: "Somos un pa¨ªs peque?o, en v¨ªas de desarrollo. Pero queremos demostrar nuestra predisposici¨®n a participar en asuntos globales". Samuel S¨¢nchez Un grupo de cascos azules espa?ol observa los territorios de Israel y L¨ªbano desde las estribaciones de los Altos del Gol¨¢n. Cerca de aqu¨ª confluyen las fronteras de tres pa¨ªses: Siria, L¨ªbano e Israel. Es uno de los avisperos de Oriente Pr¨®ximo. Desde este punto se ve la posici¨®n donde muri¨® el cabo Francisco Javier Soria, cerca de la localidad de Ghayar. Fue en 2015. El militar falleci¨® por el impacto de un proyectil israel¨ª dirigido a Hezbol¨¢. El Ej¨¦rcito israel¨ª no avis¨® del ataque a la ONU. Desde que Espa?a desplegara a sus tropas a L¨ªbano en 2006, han muerto 15 militares. "Nuestros cascos azules est¨¢n descolgados de la opini¨®n p¨²blica. No tenemos ning¨²n Beckham que haya ido a ver las tropas, quitando los pol¨ªticos de turno. Hay una desconexi¨®n", asegura el experto en seguridad F¨¦lix Arteaga. Samuel S¨¢nchez El Consejo de Seguridad de la ONU es el ¨²nico organismo capaz de crear una misi¨®n de mantenimiento de la paz. En este foro se sientan las cinco potencias del mundo con derecho a veto (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia) m¨¢s 10 pa¨ªses no permanentes. Esta sala se ubica en la sede general de Naciones Unidas en Nueva York. Desde all¨ª se coordinan y monitorizan las misiones de paz de todo el mundo. Los expertos indican que la falta de voluntad pol¨ªtica y el choque de intereses desdibujan con frecuencia el objetivo y la estrategia de las operaciones. Samuel S¨¢nchez En el Departamento de Misiones de Mantenimiento de Paz de la ONU trabajan m¨¢s de 800 empleados. Todos ellos se reparten por los cinco edificios que ocupa Naciones Unidas entre la ribera del R¨ªo Este y la Primera Avenida de Manhattan. Cada ma?ana miles de funcionarios y diplom¨¢ticos acuden a la sede de la ONU para poner en marcha la maquinaria burocr¨¢tica de la organizaci¨®n. Desde aqu¨ª se controlan todas las misiones. Se aprueban los planes de entrenamiento que deben seguir los cascos azules. Se gestiona todo hasta el m¨ªnimo detalle. Samuel S¨¢nchez Ana Mar¨ªa Men¨¦ndez es asesora para asuntos pol¨ªticos del secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres. La diplom¨¢tica espa?ola explica desde la sede de la ONU en Nueva York que Guterres est¨¢ llevando a cabo varias reformas para hacer que la ONU funcione de una manera m¨¢s efectiva. Entre ellas, el portugu¨¦s ha pedido revisar los mandatos de las 14 misiones desplegadas actualmente para ver c¨®mo pueden mejorar su eficiencia. El organismo internacional tambi¨¦n est¨¢ tomando nuevas medidas para erradicar los casos de abusos sexuales cometidos por cascos azules, una lacra que mancha su credibilidad. "Hemos creado la figura de una abogada para los derechos de las v¨ªctimas, estamos intentando que los pa¨ªses manden pruebas de ADN de los acusados para ayudar a la investigaci¨®n. Se est¨¢ haciendo un esfuerzo. Si no, no hay manera de creerte esto", explica Men¨¦ndez. Samuel S¨¢nchez Desde el comedor del secretariado hay unas vistas incre¨ªbles al r¨ªo Este y al distrito de Queens. La sede de la ONU es un complejo de cinco edificios que ocupa seis manzanas de suelo neoyorquino. "Hay un abismo entre la misi¨®n y Nueva York. Los que trabajan desde la sede no conocen realmente lo que sucede en el terreno", dice un alto mando del Ej¨¦rcito espa?ol. M¨¢s de 9.300 kil¨®metros separan L¨ªbano de Nueva York. Samuel S¨¢nchez Atul Khar¨¦ es jefe del departamento de apoyo sobre el terreno de todas las misiones de paz de la ONU. ?l coordina la log¨ªstica, los gastos o la contrataci¨®n del personal. Este indio, de 59 a?os, se conoce al dedillo cu¨¢les son los principales gastos de un despliegue, a cu¨¢nto asciende la factura de la luz de las operaciones ("car¨ªsima, piense que funcionamos con generadores"), o cu¨¢ntos veh¨ªculos necesitan. "Luego est¨¢ la aviaci¨®n. Tenemos una flota de 180 aeronaves. Para desplazarnos por ?frica necesitamos helic¨®pteros, aviones, y luego pagar las tareas de mantenimiento que requieren estos aparatos", explica. El presupuesto de las misiones de paz ronda los 6.000 millones de euros anuales, ni siquiera llega al 0,5% de los gastos militares mundiales. Los Estados miembros de la ONU tienen que contribuir al presupuesto de las operaciones de mantenimiento de paz. Los que m¨¢s pagan son los que m¨¢s nivel de riqueza tienen: Estados Unidos, China y Jap¨®n. Samuel S¨¢nchez L¨ªbano es un pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo que tiene casi los mismos metros cuadrados de Asturias. Sus costas est¨¢n ba?adas por el Mediterr¨¢neo m¨¢s oriental. Su poblaci¨®n alcanza los seis millones de habitantes. Este pa¨ªs levantino, que comparte frontera con Siria, acoge 1,5 millones de refugiados. El a?o pasado, el primer ministro Saad Hariri, reconoci¨® que la situaci¨®n con los refugiados est¨¢ llevando al pa¨ªs "al borde del colapso". De Beirut a Damasco hay poco m¨¢s de 100 kil¨®metros en carretera. La escalada b¨¦lica entre Israel y las fuerzas iran¨ªes desplegadas en la guerra de Siria vuelve a poner esta regi¨®n de Oriente Pr¨®ximo en el punto de mira. Samuel S¨¢nchez