El Gobierno portugu¨¦s pone freno al desalojo salvaje de viviendas

¡°Me llamo Felicidad Silva, tengo 79 a?os y siempre viv¨ª en Alfama. Mi piso ha sido comprado por una chica de 20 a?os y quieren echarme¡±. Felicidad es uno de los Rostros del Desahucio, movimiento vecinal para evitar la invasi¨®n de pisos tur¨ªsticos en los barrios hist¨®ricos de Lisboa.

El precio de la vivienda ha subido un 18% en un a?o en la capital portuguesa, pero m¨¢s a¨²n en Alfama. Alfama no es que sea la Quinta Avenida, ni la playa de Ipanema. Las casitas de Alfama no tienen ni balcones ni suites, mucho menos ascensor o parking, pero a la bohemia europea, joven y con dinero, le gusta la incomodidad, lo aut¨¦ntico, y est¨¢n desalojando a los aut¨¦nticos vecinos, sin edad ni dinero para mudanzas.

La situaci¨®n alcanza tintes dram¨¢ticos en los barrios de Alfama, Morer¨ªa, Chiado o Baixa. Hay miedo de abrir el buz¨®n por si encuentran una fat¨ªdica carta en la que les anuncian la subida del alquiler o el precio de compra del inmueble. En un d¨ªa, 16 familias de una calle de la Morer¨ªa recibieron el fat¨ªdico aviso. Los fondos inmobiliarios compran no ya edificios, sino calles enteras, y esperan pacientemente al final de los contratos o a que las casas ¡ªo sus inquilinos¡ª se caigan de viejas.

Seg¨²n datos del distrito de Santa Maria Maior, estos barrios con 10.000 vecinos reciben diariamente 250.000 visitas. Su desnaturalizaci¨®n se agrava con la huida de sus habitantes. Hoy son 3.000 menos que hace cuatro a?os. Los permisos de alojamiento local han saltado de 43 a 1.676.

Si algo no se le puede achacar al primer ministro es falta de reflejos (con la excepci¨®n de los incendios). Ante la alarma creciente, en un santiam¨¦n ha aprobado una ley de vivienda que pone l¨ªmites a la actual, aprobada por el anterior Gobierno. A partir de ahora, los mayores de 65 a?os no pueden ser desalojados de su casa, tampoco los que lleven en ella m¨¢s de 25 a?os ni las personas con problemas de movilidad. La rehabilitaci¨®n de la vivienda dejar¨¢ de ser motivo de desalojo o renovaci¨®n del alquiler. En 2017, la mitad de todos los contratos firmados ten¨ªan un a?o de vigencia.