Aprender del pasado

Si el desaf¨ªo separatista pudo llegar tan lejos en la legislatura anterior fue en gran parte debido a que el Gobierno actu¨® tarde y mal. Entonces, Mariano Rajoy lo fio todo a la capacidad del Tribunal Constitucional de impedir el desbordamiento de la Constituci¨®n y el Estatuto de Autonom¨ªa. En paralelo, confi¨® en que la intervenci¨®n de las finanzas de la Generalitat, sumada a la tarea de prevenci¨®n de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, impidiera la realizaci¨®n del refer¨¦ndum ilegal convocado el 1-O.

Como sabemos, el Gobierno err¨® doblemente, pues las urnas acabaron en las mesas de los colegios electorales, mientras que los esfuerzos de Polic¨ªa y Guardia Civil por impedir la votaci¨®n no solo fueron infructuosos a la hora de impedir que se votara sino que da?aron gravemente la imagen de Espa?a en el exterior. Finalmente, ante la negativa del expresidente Puigdemont a disolver el Parlament y llamar a los catalanes a elecciones, el Gobierno solicit¨® al Senado la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n con el fin de cesar al Govern, disolver el Parlament y convocar elecciones.

Con el art¨ªculo 155, al que hay que sumar la actuaci¨®n de los tribunales de Justicia, el proc¨¦s secesionista fue detenido en seco. La unidad de las fuerzas pol¨ªticas, el rechazo ciudadano y la firme oposici¨®n de los socios e instituciones europeas completaron el bloqueo al unilateralismo y al desbordamiento de la ley.

Nada de lo hecho ni vivido en la lucha contra el desaf¨ªo secesionista ha sido f¨¢cil. Por eso, hoy, mientras toma posesi¨®n un nuevo presidente de la Generalitat cuya intenci¨®n declarada es retomar la senda unilateral e ilegal si cabe con mayor fuerza, la democracia y los dem¨®cratas deben mostrar que han aprendido la lecci¨®n de los errores cometidos en el pasado y que, en consecuencia, est¨¢n dispuestos a actuar de manera tan firme como temprana para impedir que los secesionistas materialicen, siquiera m¨ªnimamente, un nuevo desaf¨ªo al Estado.

El presidente del Gobierno no puede equivocarse una segunda vez, sent¨¢ndose a esperar y fi¨¢ndolo todo, una vez m¨¢s, a los tribunales. Donde antes actu¨® tarde y mal ahora deber¨¢ hacerlo pronto y bien con todos los medios a su alcance, que son muchos y muy variados dentro del actual marco legal. Estos permiten, adem¨¢s de seguir controlando estrechamente las finanzas de la Generalit, poner bajo su control los Mossos d¡¯Esquadra para impedir que, como ocurriera en el pasado, se anulara la capacidad de ese cuerpo policial de hacer cumplir la Constituci¨®n.

Y si fuera el caso que careciera de ellos o que previera que son insuficientes a efectos disuasorios o preventivos, deber¨¢ acudir al Parlamento para lograr el apoyo de la C¨¢mara a un plan de medidas, de car¨¢cter pol¨ªtico y legislativo ¡ªincluyendo una posible modificaci¨®n del C¨®digo Penal¡ª, que impidan que el nuevo Govern pueda volver a desbordar la legalidad.

Al resto de las fuerzas pol¨ªticas corresponde dar su apoyo al presidente Rajoy, pero es a ¨¦l a quien compete liderar, convocando juntos y cuanto antes a los responsables de los cuatro principales partidos pol¨ªticos, con vocaci¨®n de ofrecer una verdadera imagen de unidad, sin c¨¢lculos pol¨ªticos.