Lo que Alemania debe saber

Espa?a y Alemania tienen una relaci¨®n sana, s¨®lida. En Espa?a, adem¨¢s, al rev¨¦s que en otros lugares, no existen movimientos antieuropeos. La UE ha sido muy positiva para Espa?a, y Espa?a lo ha sido para la UE. Es importante evitar que esta cercan¨ªa hacia Alemania y la Uni¨®n Europea puedan ser cuestionadas por algunos tras la detenci¨®n de Carles Puigdemont.

Los alemanes conocen bien Espa?a, pero quiz¨¢ no conocen tan bien lo que ha sucedido estos a?os en Catalu?a. Es l¨®gico, tienen otras prioridades de que ocuparse. Desconocen tal vez la violaci¨®n sistem¨¢tica de la Constituci¨®n y el desprecio a las decisiones de los tribunales por parte de los grupos independentistas. El problema es pol¨ªtico, se dec¨ªa, y debe resolverse por v¨ªas pol¨ªticas, no meramente legales. Pero una Constituci¨®n no es un simple pedazo de papel, sino el resultado de un pacto pol¨ªtico. El que permiti¨® a Espa?a salir del peor periodo de su historia y realizar una ejemplar transici¨®n a la democracia. Puede ciertamente discutirse su reforma. Pero no que algunos pretendan dinamitarlo, y que el resto de los espa?oles debamos limitarnos a contemplar el desmantelamiento del pa¨ªs en el que llevamos viviendo hace m¨¢s de cinco siglos.

Puede que muchos alemanes tampoco sepan que el independentismo no tiene un apoyo mayoritario en Catalu?a. La mayor¨ªa de los votantes en las ¨²ltimas elecciones no les apoyaron, como no lo han hecho nunca en la Espa?a democr¨¢tica. El independentismo, sencillamente, no tiene la fuerza pol¨ªtica necesaria en Catalu?a para sacar adelante su proyecto de ruptura. Tampoco fuera de ella.

Posiblemente los alemanes tampoco saben que, aprovechando su control de la Generalitat, los grupos independentistas aprobaron en el Parlamento aut¨®nomo leyes que no ten¨ªan competencias para aprobar. Adoptaron pol¨ªticas abiertamente ilegales, utilizando al parecer fondos p¨²blicos. Diseminaron fake news. Intentaron organizar un refer¨¦ndum separatista, ordenando a la polic¨ªa aut¨®noma catalana que no lo impidiera. Movilizaron a sus seguidores para que obstaculizaran la actuaci¨®n de la polic¨ªa espa?ola. Proclamaron unilateralmente la independencia. Trataron de cambiar por v¨ªas de hecho el orden constitucional. Exactamente lo mismo que han intentado los golpes de Estado. Antes se hac¨ªan con tanques y soldados, y ahora de otra manera. Los m¨¦todos son nuevos; el resultado es el mismo.

Los independentistas dicen que el voto es la suprema expresi¨®n de la democracia. Ciertamente votar es esencial, aunque existen ejemplos de referendos manipulados por gobiernos poco democr¨¢ticos. Pero una democracia significa mucho m¨¢s que votar. Significa respetar las leyes, que son la garant¨ªa contra la arbitrariedad del poder. Significa ser capaz de crear consensos, que permiten introducir reformas sin romper la cohesi¨®n social. La capacidad de generar consensos es lo que define a una democracia madura. Los independentistas catalanes en estos a?os han hecho exactamente lo contrario.

Hay otras cosas que en cambio s¨ª deber¨ªan saber los alemanes. Por ejemplo, que Espa?a es un Estado de derecho en el que todas las ideas pol¨ªticas pueden defenderse. Por eso uno de los l¨ªderes independentistas m¨¢s radicales ¡ªautor de tuits antiespa?oles abiertamente racistas¡ª acaba de ser elegido presidente de la Generalitat. En Alemania, el art¨ªculo 21.2 de la Ley Fundamental de Bonn se?ala que los ¡°partidos que por sus fines o por el comportamiento de sus adherentes tiendan a desvirtuar o eliminar el r¨¦gimen fundamental de libertad y democracia, o a poner en peligro la existencia de la Rep¨²blica Federal de Alemania, son inconstitucionales¡±. En Espa?a no hay nadie en prisi¨®n por defender la independencia, sino por haberlo hecho cometiendo actos que son delitos en Espa?a, en Alemania, o en cualquier pa¨ªs democr¨¢tico. Lo que ha sucedido en Espa?a es como si el Gobierno b¨¢varo hubiera decidido organizar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n en Baviera, a pesar de la sentencia del Tribunal Constitucional alem¨¢n de 16 de diciembre de 2016 que prohibi¨® realizarlo.

Hay m¨¢s cosas que los alemanes deber¨ªan saber. No se fortalece Europa desestabilizando gravemente uno de sus Estados m¨¢s importantes, especialmente en nombre del nacionalismo. No queremos regresar a la Europa de los nacionalismos. Contra ella se construy¨® la UE. Los nacionalismos son el pasado. Europa es el futuro. Eso los alemanes lo saben mejor que nadie.

Rafael Dezcallar es diplom¨¢tico. Fue embajador de Espa?a en Alemania entre 2008 y 2012.