El arquitecto artesano
?Existe una ¨¦tica en el hacer artesano frente a la construcci¨®n industrial? El pacense Antonio Holgado trabaja solo, alejado de las modas y tratando de actualizar la tradici¨®n
Antonio Holgado se considera un arquitecto artesanal ¡°que interviene casi como ¨²nico autor de todos los procesos de un proyecto arquitect¨®nico¡±. ¡°Eso me permite, como le ocurre al alfarero, al herrero o al ebanista, la implicaci¨®n completa en lo que dise?o. Disfrutar de ello y ser honesto con quienes conf¨ªan en mi trabajo¡±, a?ade. Holgado tiene 44 a?os, trabaja solo en Almendralejo (Badajoz). La ¨¦tica de lo artesano que defiende puede verse en las viviendas de promoci¨®n p¨²blica que levant¨® en un pueblo de Badajoz, Cabeza de Buey.
?D¨®nde reside la ¨¦tica? ?Son ¨¦ticas estas viviendas porque son sencillas? ?Por qu¨¦ costaron menos de 500 euros por metro cuadrado (471,17 €/m? tres de ellas y 435,49 €/m? las otras dos)? No. Y s¨ª. Lo son porque con ese precio han buscado ser una aportaci¨®n est¨¦tica y cultural (sociales lo son de partida) al pueblo donde han sido construidas y a las personas que las habitar¨¢n. Vamos a ver por qu¨¦.
1. Las viviendas, como sus habitantes, son distintas. Eso no es el resultado del capricho del arquitecto. Deriva de su capacidad de dar respuesta a los desniveles topogr¨¢ficos de hasta cuatro metros en los extremos de los solares lim¨ªtrofes con edificaciones en sus medianeras. La variedad de alturas depende del suelo y de las alineaciones a varias calles.
2. A pesar de estar sujetas a una estricta normativa (l¨ªmites en la superficie de 80 m2, ¨¦nfasis en que se desarrollen en una ¨²nica planta, o la preferencia de que dispongan de una cubierta inclinada, por la morfolog¨ªa del pueblo no tanto por las necesidades clim¨¢ticas), las viviendas de Holgado consiguen cumplir con las leyes sin que estas desvirt¨²en (o sin excusarse en estas para justificar su falta de tacto) el resultado final.
3. Holgado busc¨® que las diferencias de cotas tan pronunciadas, no originaran saltos relevantes entre las viviendas. Para conseguir suavizar esos cambios de cota, ide¨® una envolvente com¨²n del conjunto. Es decir, transform¨® la suma de partes en un todo. Son la cubierta y las fachadas las que actuar¨¢n como envolvente en estas viviendas, utilizando un mismo color blanco que tambi¨¦n contribuye al respeto por la tradici¨®n constructiva del pueblo.
4. El cuidado artesano suele aparecer en los detalles. En los juegos de sombras ¡ªprovocados por los relieves de los pa?os en los huecos de las fachadas¡ª que hacen que un ¨²nico color multiplique sus tonos, y en la voluntad de respetar las tradiciones actualiz¨¢ndolas. As¨ª, como es l¨®gico en la cultura y clima pacense, las viviendas tienen un patio interior, un espacio vivo y privado que ventila e ilumina todas las estancias de la casa. Holgado apunta que la visi¨®n hacia la calle apenas interesa y por eso las aberturas s¨®lo buscan garantizar la ventilaci¨®n cruzada.
5. Las celos¨ªas, finalmente, descubren la mano del artesano curtido y culto. Cumplen la doble funci¨®n de garantizar la privacidad y de ocultar las aberturas. Est¨¢n integradas en el cerramiento para unificar una suma de viviendas como parte de un lugar.
Un buen arquitecto se descubre cuando es capaz de convertir un problema inicial en una virtud de su proyecto. Las alineaciones diversas de los dos solares componen ahora un di¨¢logo que saluda el pasado del pueblo y le indica a la vez c¨®mo crecer sin desaparecer.
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