La mirada de un fatalista

La noticia pol¨ªtica de esta semana no ha sido la detenci¨®n de Eduardo Zaplana, ni la sentencia del caso G¨¹rtel, sino la constataci¨®n de que las personas de izquierdas nos terminamos aburguesando ¡ªproceso interior, este, pero que se termina revelando en la forma¡ª. Y en esto pensaba justamente esta ma?ana camino de la churrer¨ªa y en c¨®mo estar¨ªa yo, pues hacia tiempo que no me observaba. Como dir¨ªa Jack el destripador ¡°vamos por partes¡±. Q¨²e asco me ha dado siempre esta expresi¨®n.

Efectivamente iba a comprar una docena de churros; el churro es algo muy popular y transversal, o sea que esto, bien. Vest¨ªa un ch¨¢ndal de tactel, por esta parte tambi¨¦n bien, por ser esta una prenda revolucionaria pero ?ay el calzado!; en mis pies luc¨ªa unos mocasines castellanos color burdeos con borla, inequ¨ªvocamente unos zapatos neocon, por esta parte muy mal.

El peinado ¡ªaqu¨ª tengo que hacer una salvedad: por desgracia mi calidad capilar es de derechas, pues mi cabello es fuerte ondulado y atornasolado y poco puedo hacer al respecto¡ª, lo llevaba con la raya al lado y flequillo, peinado liberal, o sea que mal, pero la por la parte de atr¨¢s despeinado en un remolino ind¨®mito por lo tanto la coronilla era bolivariana, esto bien. Me fij¨¦ en mis andares, y desgraciadamente no eran los andares firmes caracter¨ªsticos de la vanguardia del proletariado, andaba con un aire despreocupado e infantil, como un desclasado o sea que mal.

?Y la mirada? ?C¨®mo la tendr¨ªa? Acerqu¨¦ mi cara a un escaparate y ?qu¨¦ creen que encontr¨¦? ?Una mirada febril? ?Unas ascuas incandescentes? No. A lo que me enfrent¨¦ fue a una mirada perruna y amable, de alguien que a todo se aviene f¨¢cilmente, no lo quiero decir pero lo voy a decir: LA MIRADA DE UN FATALISTA.

Resumiendo que actualmente, y no creo que la cosa vaya a mejorar, me queda de progresismo un 22,3% pero, eso s¨ª, encerrado en mi coraz¨®n.