?D¨®nde est¨¢n los socios de Macron?
La visi¨®n europea del presidente franc¨¦s es inspiradora, pero no puede hacerla realidad sin Alemania. Macron est¨¢ reformando su pa¨ªs y quiere relanzar Europa, pero el reto va mucho m¨¢s all¨¢ de las declaraciones
Francia ha vuelto, llena de energ¨ªa, l¨²cida y ambiciosa. Hurra. ?Pero qui¨¦n m¨¢s hay para ayudar a Emmanuel Macron a reanimar Europa? Italia est¨¢ en plena crisis nerviosa; Espa?a, lastrada por problemas internos; Polonia, completamente inestable; Gran Breta?a, rondando la puerta de salida, y Alemania, derrumbada en el sof¨¢. Esto es una familia disfuncional y lo dem¨¢s son tonter¨ªas.
Deteng¨¢monos por un instante en lo positivo antes de mirar lo negativo. Macron est¨¢ formulando una visi¨®n coherente para revivir Europa y, al mismo tiempo, hacer r¨¢pidamente unos cambios que su pa¨ªs necesita desde hace mucho tiempo. En el primero de sus cinco a?os de mandato ha utilizado su mayor¨ªa parlamentaria, y el extraordinario poder de la presidencia creada por Charles de Gaulle, para impulsar toda una serie de reformas internas. Su Gobierno est¨¢ estudiando lo que Le Figaro llama un ¡°vasto programa¡± de recorte del gasto p¨²blico, de unos 100.000 millones de euros en cinco a?os. Aqu¨ª, en Par¨ªs, las huelgas del ferrocarril hacen que sea un poco m¨¢s complicado moverse, pero las protestas, hasta ahora, han sido modestas para lo habitual en Francia. Si la econom¨ªa de la eurozona sigue creciendo ¡ªaunque, con la crisis italiana, esa hip¨®tesis se ha vuelto menos probable¡ª Francia podr¨ªa crecer m¨¢s y, sobre todo, tener m¨¢s empleo.
Merkel no est¨¢ haciendo nada para levantar a sus compatriotas del sill¨®n de su complacencia
Mientras tanto, Macron ha formulado una visi¨®n convincente del futuro de la Uni¨®n Europea en una serie de discursos cuidadosamente redactados que ha pronunciado en Atenas, el Parlamento Europeo y la Sorbona, as¨ª como, hace unas semanas, cuando le entregaron el Premio Carlomagno en Aquisgr¨¢n, donde le o¨ª en persona. Su combinaci¨®n de lucidez con base hist¨®rica, ambici¨®n estrat¨¦gica y pasi¨®n personal me pareci¨® muy impresionante. En comparaci¨®n con otros l¨ªderes pol¨ªticos de Europa, de todo Occidente, este hombre menudo es nuestro ¨²nico gigante.
Su punto de partida es de un realismo estimulante. Frente a los clich¨¦s habituales de Bruselas, dice que, en realidad, no hemos tenido 70 a?os de paz y libertad en Europa (pensemos en la antigua Yugoslavia o en Ucrania) y que todo lo que hemos logrado est¨¢ hoy bajo amenaza. No podemos permitirnos ¡°el lujo de olvidar¡± lo que vivieron generaciones anteriores de europeos. Si no tenemos cuidado, volveremos a encaminarnos, son¨¢mbulos, hacia la tragedia.
Por eso lo que necesitamos es la ¡°soberan¨ªa europea¡±. Esta es su idea central, que recupera astutamente el t¨¦rmino soberan¨ªa que tanto gusta a los euroesc¨¦pticos como la l¨ªder del Frente Nacional franc¨¦s, Marine Le Pen, y los brit¨¢nicos partidarios del Brexit. Para Macron significa la capacidad de defender nuestros intereses y valores comunes contra las amenazas internas del populismo nacionalista y las amenazas externas de Rusia, China, el cambio clim¨¢tico, la migraci¨®n de masas y la revoluci¨®n digital, para no hablar de Donald Trump. En un mundo de gigantes, Europa debe ser un gigante, porque, en caso contrario, sus fragmentos acabar¨¢n gravemente pisoteados. Y no debemos acobardarnos ante las fuerzas que se nos avecinan. Valor, hermanos europeos, valor.
No hace falta estar de acuerdo con todas las propuestas concretas de Macron sobre la reforma de la eurozona para aplaudir su visi¨®n de conjunto. Lo malo es que no lo puede hacer por su cuenta y, de momento, no tiene a ninguna otra persona que lo haga con ¨¦l. El problema m¨¢s urgente es Italia y el m¨¢s importante, Alemania.
Con la crisis italiana han vuelto a salir a relucir todos los problemas inherentes a una eurozona a medio camino. En teor¨ªa eso deber¨ªa reforzar los argumentos de Macron para reformarla. En la pr¨¢ctica lo que reforzar¨¢ ser¨¢ el farisaico empe?o alem¨¢n en no utilizar ¡°nuestro dinero¡± para rescatar a otros irresponsables. Y Angela Merkel no est¨¢ haciendo nada para levantar a sus compatriotas del sill¨®n de su complacencia.
En un mundo de gigantes, Europa debe ser un gigante o acabar¨¢ pisoteada
Al preguntar a responsables pol¨ªticos en Par¨ªs, queda claro que Alemania es su mayor preocupaci¨®n. Antes de la ceremonia del Premio Carlomagno en Aquisgr¨¢n no se hablaba m¨¢s que de la ¡°esperad¨ªsima respuesta alemana¡± a Macron, pero esa respuesta no lleg¨®. El discurso de Merkel en honor del ¡°querido Emmanuel¡± estuvo tan carente de una reacci¨®n estrat¨¦gica que casi pareci¨® insultante. Una de las muchas virtudes de Macron, que tambi¨¦n se revel¨® en su discurso ante el Congreso estadounidense, es que no tiene miedo a expresar abiertamente las discrepancias. Tiene el valor de sus convicciones. Por eso, en Aquisgr¨¢n, despu¨¦s de explicar que Francia (¡°querida Angela, creo que ya lo sabes¡±) est¨¢ abordando su propia ¡°obsesi¨®n¡± con el gasto p¨²blico, llam¨® a Alemania a superar su ¡°eterna fijaci¨®n con los super¨¢vits presupuestarios y comerciales¡±. El p¨²blico, en su mayor¨ªa alem¨¢n, aplaudi¨® como se esperaba. Yo mir¨¦ a Merkel y me parece que la vi dar dos palmadas simb¨®licas; quiz¨¢ dos y media.
En lugar de confluir hacia un nuevo consenso francoalem¨¢n en la cumbre europea que se celebrar¨¢ a finales de junio, han aparecido nuevas divergencias entre Par¨ªs y Berl¨ªn. Mientras que el presidente franc¨¦s quiere una reacci¨®n firme y unida de la UE frente al proteccionismo de Trump, Berl¨ªn quiere llegar a un acuerdo, en un intento ¡ªque un asesor de Macron me calific¨® de ¡°mercantilista¡±¡ª de proteger sus propias exportaciones nacionales. Mientras que Francia apoya la l¨ªnea dura que mantiene la Comisi¨®n Europea contra la escandalosa erosi¨®n del Estado de derecho en Polonia, Alemania tambi¨¦n est¨¢ buscando un acuerdo en ese caso.
Es posible que la reuni¨®n intergubernamental acabe con parte de estas discrepancias y que en el Consejo Europeo de junio lleguemos a algo parecido a una estrategia com¨²n francoalemana. Si no se consigue, Macron est¨¢ dando vueltas a la idea de pasar por encima de sus colegas y apelar directamente a los votantes de toda la Uni¨®n Europea en las elecciones del pr¨®ximo a?o. Aparte de las dificultades pr¨¢cticas que supone hacer campa?a en otros pa¨ªses, lo peor que tiene esta idea tan audaz es que, a pesar de todas sus virtudes, Macron es, en muchos sentidos, exactamente el tipo de tecn¨®crata elitista frente al que tantos europeos han desarrollado una alergia.
Con todo, es el mejor l¨ªder europeo que tenemos. Si fracasa, estar¨¢ en peligro no solo Francia sino todo el futuro del proyecto europeo. Alemania, por favor, tenlo en cuenta.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford y el a?o pasado recibi¨® el Premio Carlomagno. Twitter: @fromTGA.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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