"En Longyearbyen se prev¨¦ la cat¨¢strofe constantemente", afirma Javier Reverte. De ah¨ª que con el fin de salvaguardar la biodiversidad, en 2008 se construyera una c¨¢mara acorazada a prueba de bombas nucleares y terremotos, el Banco Global de Semillas, que alberga cien millones de simientes de plantas alimenticias. Estas semillas se conservan a 120 metros de profundidad con una temperatura estable de -18 ?C, condiciones que garantizan su conservaci¨®n durante varios siglos. Ante un cataclismo natural, una guerra o un apocalipsis, el banco de las Svalbard ¨Cconocido popularmente como 'El semillero del fin del mundo' o 'El arca de No¨¦ vegetal'¨C dar¨ªa una nueva oportunidad al mundo de reconstruirse. "All¨ª tomas conciencia de que el cambio clim¨¢tico es algo real que est¨¢ ocurriendo y destruyendo el planeta. Medidas como el almacenaje de estas semillas es la prueba de que puede ocurrir una cat¨¢strofe en cualquier momento", confiesa Reverte.Getty"El gobierno cede terrenos a todo el que lo solicita para que puedan construirse una casa. Les interesa que la ciudad est¨¦ habitada, por eso optar a una vivienda en Longyearbyen es tan sencillo", afirma el escritor Javier Reverte. M¨¢s de 2.000 habitantes est¨¢n censados en la capital de Svalbard, archipi¨¦lago cuyo nombre proviene de un vocablo vikingo que puede traducirse como "costa fr¨ªa". A pesar de que conseguir una casa no es complicado ni caro, la vida en Longyearbyen no es apta para todos los p¨²blicos. Sobre todo para aquellos que busquen temperaturas c¨¢lidas y bullicio. En esta ciudad, el d¨ªa polar, con unas temperaturas que no superan los 16 ?C, comienza el 20 de abril y termina el 22 de agosto. La noche polar comienza el 28 de octubre y acaba el 14 de febrero: durante estos meses las temperaturas son de -50 ?C y el sol no llega a salir. "Se trata de una ciudad construida para sobrevivir en condiciones climatol¨®gicas extremas. Nada all¨ª es bello o trascendente, sino sencillamente ¨²til", explica Reverte.GettyEntre placa de hielo y renos pastando, en Longyearbyen uno puede encontrar con sorprendente facilidad restaurantes donde degustar platos t¨ªpicos de la gastronom¨ªa tailandesa. "Esto se debe a que un gran n¨²mero de tailandeses se ha asentado en la ciudad durante los ¨²ltimos a?os y han impuesto su cocina en la isla. Tanto es as¨ª, que resulta m¨¢s f¨¢cil comer un plato de curry tailand¨¦s que un filete de trucha a la plancha", asegura Javier Revierte. Pero no es esta la ¨²nica cocina for¨¢nea que se ha impuesto a 1.000 kil¨®metros del Polo Norte. Las calles de la capital de Svalbard acogen, adem¨¢s, locales de comida china o italiana.Getty?Qu¨¦ lleva a los 2.000 habitantes de Longyearbyen a permanecer en un lugar cuya principal caracter¨ªstica es que tiene el clima m¨¢s extremo del planeta? "La oportunidad de tener trabajo. All¨ª hay para todos, y encima muy bien remunerado", resuelve Javier Reverte. El archipi¨¦lago se encuentra bajo la soberan¨ªa noruega, pero su estatus no est¨¢ definido por la ONU. Esto quiere decir que cualquiera puede llegar a la ciudad habitada m¨¢s pr¨®xima al Polo Norte, instalarse con total libertad y trabajar en los empleos que generan la investigaci¨®n de medio ambiente, la miner¨ªa de carb¨®n, el turismo o los servicios. "Trabajando en la mina se puede cobrar f¨¢cilmente 4.000 o 5.000 euros al mes", confirma el escritor de 'Confines' (Plaza Jan¨¦s).GettyEl hielo ocupa el 60 % de la superficie de Longyearbyen, la localidad m¨¢s septentrional del planeta. "Hay m¨¢s osos polares que personas", afirma Javier Reverte. Exactamente, 3.000 osos frente a 2.000 habitantes, dato por el que la ley exige que cualquier ciudadano que abandone los n¨²cleos de poblaci¨®n vaya armado con un rifle. La vida all¨ª no es sencilla. No crecen ¨¢rboles, ni se puede cultivar nada. La madera es un producto de lujo. Sin embargo, estos inconvenientes son compensados con ayudas sociales y ausencia de impuestos. ?Por ejemplo? Los noruegos cuentan con una ayuda de 20.000 euros por instalarse all¨ª y el alcohol corre sin restricciones libre de impuestos, lo que abarata mucho su coste.Getty
