Efectos sociales adversos del copago sanitario
La medida provoca que los pensionistas m¨¢s pobres y vulnerables dejen tratamientos que necesitan
La econom¨ªa tiene sus escalas y ya sabemos que una peque?a aportaci¨®n individual puede sumar una gran cantidad si son muchos los que la pagan. Esta es la l¨®gica con la que en abril de 2012 se impuso el copago sanitario para los pensionistas. La idea era frenar la escalada de la factura farmac¨¦utica por la v¨ªa de recaudar una peque?a cantidad por cada receta en funci¨®n de la renta y al mismo tiempo desincentivar el consumo innecesario. Pero este tipo de decisiones tienen con frecuencia efectos sociales adversos. Adem¨¢s de la cuant¨ªa bruta recaudada o el ahorro conseguido, hay que evaluar el impacto que la medida tiene en quienes se ven afectados por ella. Y en el caso del copago sanitario, hay ya evidencias de que sus efectos, adem¨¢s de ser injustos, pueden tener un coste elevado.
Cuando se cumplen seis a?os de la implantaci¨®n del copago, la nueva ministra de Sanidad, Carmen Mont¨®n, ha anunciado su intenci¨®n de revisar esta medida. No necesita muchos datos m¨¢s de los que ya manej¨® para decidir la supresi¨®n del copago para los pensionistas con menos recursos en la Comunidad Valenciana. El Gobierno de Ximo Puig decidi¨® librar del copago a quienes percib¨ªan pensiones inferiores a 1.000 euros y a quienes tengan reconocida una discapacidad superior al 65%. En total, 986.000 valencianos quedaron exentos del copago por la v¨ªa de subvencionar su obligaci¨®n, estrategia acordada para impedir que el Gobierno de Mariano Rajoy impugnara la decisi¨®n como hab¨ªa hecho con otras mejoras sociales acordadas por las autonom¨ªas.
Diversos estudios se?alan que los efectos adversos del copago se concentran en las personas de rentas m¨¢s bajas. Uno de ellos, publicado en el Heart British Medical Journal, alert¨® de que el 7% de las personas que hab¨ªan sufrido un primer infarto dejaban de tomar, por razones econ¨®micas, la medicaci¨®n prescrita para evitar un segundo ataque. Puede parecer que los 8,23 euros al mes que pagan los pensionistas con ingresos inferiores a 18.000 euros al a?o, o los 18,52 que pagan quienes superan esa cantidad, es muy poco. Pero para quien no puede poner la calefacci¨®n, apaga la luz para no gastar y compra la fruta por piezas, es mucho dinero. Al poco de subvencionar el copago, en Valencia se observ¨® una reducci¨®n en la tasa de abandono terap¨¦utico.
Lo mismo se observ¨® en relaci¨®n con el euro por receta implantado por el Gobierno de Artur Mas en Catalu?a en 2012. Se aplicaba a todos los pacientes, excepto a los beneficiarios de la renta m¨ªnima de inserci¨®n, con un tope de 62 euros al a?o. La medida estuvo vigente apenas seis meses, porque el Tribunal Constitucional la anul¨®. En ese tiempo se recaudaron 45,7 millones de euros y su ¡°efecto disuasorio¡± permiti¨® ahorrar 110 millones. Pero un estudio posterior revel¨® que una parte importante de ese ahorro reca¨ªa en los pensionistas m¨¢s pobres, que dejaban de tomar tratamientos necesarios, como f¨¢rmacos para la hipertensi¨®n o la diabetes.
No se ha determinado cu¨¢nto cuestan las complicaciones de estas patolog¨ªas si est¨¢n mal tratadas, pero siempre es m¨¢s costoso un ingreso, una amputaci¨®n o un infarto que financiar el tratamiento sin copago. De hecho, el ahorro ya se ha absorbido. La factura farmac¨¦utica espa?ola ha vuelto a los niveles anteriores. En cambio, los efectos sociales adversos se mantienen y son injustos porque afectan a los enfermos m¨¢s pobres y vulnerables.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.