14 fotosMujeres al volante en Arabia Saud¨ªEmpieza la cuenta atr¨¢s para que las saud¨ªes puedan conducir legalmente en su pa¨ªs, tras una prohibici¨®n que limitaba su movilidad y frenaba su integraci¨®n laboral?ngeles EspinosaDub¨¢i - 23 jun 2018 - 14:43CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLa mujer que aparece en la imagen es una profesora de autoescuela. Esto, que ya es normal en la mayor parte del mundo, constituye una novedad en Arabia Saud¨ª, donde las mujeres ten¨ªan prohibido conducir hasta ahora. Pero con el levantamiento del veto a finales del pasado septiembre empez¨® la cuenta atr¨¢s que culminar¨¢ el pr¨®ximo domingo cuando, por fin, tras a?os de activismo, puedan ponerse detr¨¢s del volante de forma legal.AHMED JADALLAH (REUTERS)Lo primero es aprender a conducir. Descontadas las saud¨ªes que hab¨ªan obtenido sus carn¨¦s fuera del reino, y a quienes se les han convalidado durante las ¨²ltimas semanas, las aspirantes a conductoras han tenido que acudir a una autoescuela. Como la segregaci¨®n de sexos sigue siendo la norma en Arabia Saud¨ª, no val¨ªa con que asistieran a las clases para hombres. Ha habido que traer profesoras de fuera, habilitar a mujeres saud¨ªes que ya sab¨ªan conducir, e incluso abrir centros completamente femeninos para tranquilizar a los m¨¢s conservadores que a¨²n ven con recelo ese paso. Las fotos est¨¢n tomadas en la autoescuela de la compa?¨ªa nacional de petr¨®leo, Aramco, en Dhahran.AHMED JADALLAH (REUTERS)La instructora explica el uso del cintur¨®n de seguridad a Maria al Faraj ante la atenta mirada de Amira Abdulgader, ambas alumnas del primer curso organizado en la autoescuela de Aramco. En total se han apuntado dos centenares de alumnas, entre empleadas y familiares. Pero las clases van a continuar. Dado que un 5% de los 66.000 empleados de la petrolera son mujeres, hay cantera para ello. Tambi¨¦n algunas universidades, como la femenina Princesa Nura de Riad, han abierto academias de conducci¨®n para sus estudiantes y profesoras.AHMED JADALLAH (REUTERS)Manos a la obra. La profesora Ahlam al Somali lee unas instrucciones antes de empezar la clase pr¨¢ctica con Maria al Faraj. De momento, las maniobras se realizan dentro del recinto de Aramco pues hasta el domingo no est¨¢ permitido que las mujeres conduzcan. Muchas est¨¢n contando las horas.AHMED JADALLAH (REUTERS)Se acerca el momento de la verdad. Maria al Faraj, al volante, para en un stop durante la clase pr¨¢ctica. Desde que en 1990, la presencia de las soldados que acudieron con el Ej¨¦rcito de EEUU para liberar Kuwait inspirara una caravana de conductoras saud¨ªes por las calles de Riad, las mujeres del reino han so?ado con este momento. Desde el pr¨®ximo domingo, podr¨¢n conducir legalmente. Aunque en el desierto, las beduinas siempre la han ignorado la prohibiic¨®n, quienes la han desafiado para reivindicar ese derecho han pagado hasta ahora con la c¨¢rcel o la p¨¦rdida de sus trabajos.AHMED JADALLAH (REUTERS)La profesora explica la preferencia de paso en un cruce. M¨¢s all¨¢ de la te¨®rica, el derecho a conducir se ha convertido en bandera de la participaci¨®n en la sociedad de las saud¨ªes que, legalmente, a¨²n siguen dependiendo de la tutela de un var¨®n, sea el padre, el marido o incluso un hijo o un t¨ªo paterno en ausencia de los primeros. Conducir es s¨®lo el primer paso en un pa¨ªs que ha tratado a sus mujeres como ciudadanos de segunda.AHMED JADALLAH (REUTERS)Una de las ilustraciones que cuelgan de las paredes de la autoescuela de Aramco. En contra de los estereotipos, las saud¨ªes han probado su capacidad profesional en todos los campos que se les han abierto, desde la arquitectura a la medicina, pasando por la banca o el sector servicos. Hoy constituyen el 60% de los estudiantes universitarios. Todo ello a pesar de las restricciones de movilidad que supone la prohibici¨®n de conducir en un pa¨ªs sin transporte p¨²blico. Poder conducir nunca ha sido un capricho.AHMED JADALLAH (REUTERS)La profesora da instrucciones a Amira Abdulgader antes de que ejecute una maniobra durante la clase pr¨¢ctica. "Estar al volante significa que eres quien controla el viaje", declar¨® esta arquitecta, completamente vestida de negro, durante el reportaje fotogr¨¢fico.AHMED JADALLAH (REUTERS)El temido cambio de rueda. Muchos conductores con experiencia no pasar¨ªan esta prueba. Pero Maria al Faraj no se amilana. Es un obst¨¢culo menor frente al de depender para siempre de un familiar (no todas las familias pueden pagar un ch¨®fer) que le lleve al trabajo, al m¨¦dico, a la peluquer¨ªa o simplemente a merendar con una amiga. Muchos hombres saud¨ªes tambi¨¦n padecen las consecuencias al convertirse en conductores de las mujeres de la familia tras su jornada laboral.AHMED JADALLAH (REUTERS)Aprender a conducir al estilo saud¨ª. La autoescuela de Aramco, la mayor empresa petrolera del mundo, cuenta con una pantalla 3D para recrear situaciones de conducci¨®n real antes de montarse en un coche.AHMED JADALLAH (REUTERS)Tanto instructoras como alumnas saben que est¨¢n haciendo historia. El veto saud¨ª a que las mujeres condujeran era un anacronismo sin parang¨®n en el mundo. Aunque hay dudas sobre la profunidad de las reformas que han acabado con la prohibici¨®n, el cambio abre nuevas posibilidades a las saud¨ªes.AHMED JADALLAH (REUTERS)Amira Abdulgader practica en el simulador antes de pasar a las clases pr¨¢cticas en un coche de verdad.AHMED JADALLAH (REUTERS)El curso de conducci¨®n para las mujeres tiene el mismo nivel de exigencia que el de los hombres. En la imagen, la instructora ense?a a Maria al Faraj y Amira Abdelgader c¨®mo comprobar el nivel de aceite del motor.AHMED JADALLAH (REUTERS)La instructora recuerda a Maria al Faraj la importancia del espejo retrovisor. Cuando dentro de unos a?os las saud¨ªes miren atr¨¢s les resultar¨¢ dif¨ªcil de entender por qu¨¦ las autoridades de su pa¨ªs tardadon tanto tiempo en permitirles ponerse al volante. Ahora, tienen pendiente equiparar sus derechos como ciudadanas a los de los hombres.AHMED JADALLAH (REUTERS)