La idea de misi¨®n
Tenemos la oportunidad de orientar la innovaci¨®n hacia la soluci¨®n de problemas concretos, en proyectos tan audaces como la misi¨®n de llegar a la Luna, pero dirigidos a resolver nuestros retos sociales y tecnol¨®gicos
El mundo necesita soluciones para los problemas cotidianos de las personas: aire limpio para las ciudades congestionadas, una vida sana e independiente para los ancianos, acceso a tecnolog¨ªas digitales que mejoren los servicios p¨²blicos y el tratamiento de enfermedades como el c¨¢ncer y la obesidad.
?Qu¨¦ relaci¨®n hay entre esos problemas y la ciencia, la investigaci¨®n y la innovaci¨®n? Todos sabemos que la ciencia es necesaria para fabricar medicamentos, pero ?c¨®mo pueden contribuir la investigaci¨®n y la innovaci¨®n a producir una sociedad m¨¢s solidaria y hallar soluciones para los sistemas de salud? Sabemos que la ciencia es necesaria para implantar energ¨ªas renovables, pero ?c¨®mo pueden contribuir la investigaci¨®n y la innovaci¨®n a crear unas econom¨ªas m¨¢s sostenibles en todas las ¨¢reas de producci¨®n, distribuci¨®n e incluso consumo? ?Y c¨®mo podemos usar la innovaci¨®n para construir unas ciudades m¨¢s habitables?
Por suerte, no tenemos que ir muy lejos para encontrar respuestas. Casi todos los productos inteligentes que hoy manejamos nacieron de inversiones muy ambiciosas y de la capacidad de conectar la ciencia con problemas concretos: de aut¨¦nticas misiones. Cuando se descubri¨® Internet, no fue porque alguien se hubiera propuesto deliberadamente ese objetivo, sino porque los cient¨ªficos, a finales de los a?os sesenta, necesitaban que varios ordenadores pudieran comunicarse en una misma red. La soluci¨®n al problema fue crear Arpanet (Red de Agencias de Proyectos de Investigaci¨®n Avanzada), financiada por el Departamento de Defensa estadounidense, y, con el tiempo, Internet y todos nuestros productos inteligentes actuales.
Tampoco el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) se descubri¨® para que pudi¨¦ramos usar Google Maps en nuestros m¨®viles, sino con fines militares y de inteligencia, cuando, en el apogeo de la Guerra Fr¨ªa, en 1957, Estados Unidos compet¨ªa con el Sputnik sovi¨¦tico. Es decir, Internet y el GPS fueron consecuencias derivadas de unas misiones concretas.
Necesitamos una sociedad m¨¢s justa y sostenible, que combata la pobreza y el cambio clim¨¢tico
Hoy tenemos la oportunidad de orientar la innovaci¨®n hacia la soluci¨®n de problemas concretos, en proyectos tan audaces como la misi¨®n de llegar a la Luna, pero dirigidos a resolver nuestros retos sociales y tecnol¨®gicos. No estamos en la Guerra Fr¨ªa, pero s¨ª en lo que podr¨ªamos llamar la guerra contra la pobreza y contra el cambio clim¨¢tico, y necesitamos crear unas sociedades m¨¢s justas y sostenibles.
El a?o pasado, el Comisario Europeo de Investigaci¨®n, Ciencia e Innovaci¨®n, Carlos Moedas, me invit¨® a redactar unas recomendaciones estrat¨¦gicas sobre la investigaci¨®n y la innovaci¨®n centrada en misiones en la UE, para impulsar el futuro Programa Marco Europeo de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n. En la ¨²ltima d¨¦cada, Europa ha reflexionado sobre c¨®mo orientar la innovaci¨®n, dentro del programa Horizonte 2020, para generar un crecimiento m¨¢s inteligente, inclusivo y sostenible.
Los problemas son m¨¢s espec¨ªficos que los retos generales, pero mucho m¨¢s amplios que una tecnolog¨ªa o un sector concretos. Por ejemplo, para llegar a la Luna, intervinieron muchos sectores ¡ªdel aeron¨¢utico al textil¡ª y muchos actores distintos para buscar m¨²ltiples soluciones.
Las misiones actuales son m¨¢s complejas y perversas que ir a la Luna. A eso se refer¨ªa Dick Nelson en su obra The Moon and the Ghetto, en la que se preguntaba c¨®mo era posible que el hombre hubiera ido y vuelto de la Luna y, sin embargo, no hubi¨¦ramos podido resolver determinados aspectos de las desigualdades como la aparici¨®n de guetos. Los problemas perversos requieren prestar m¨¢s atenci¨®n al nexo entre las cuestiones sociales, pol¨ªticas y tecnol¨®gicas, la necesidad de una regulaci¨®n inteligente y los procesos de retroalimentaci¨®n en toda la cadena de innovaci¨®n. Adem¨¢s, exigen m¨¢s compromiso c¨ªvico: cada vez es m¨¢s evidente que los impuestos europeos deben servir para resolver problemas que ata?en a la sociedad europea.
No se trata de ir marcando casillas para resolver un problema tras otro. Se trata de conducir el crecimiento econ¨®mico en una direcci¨®n con m¨¢s sentido. En un periodo hist¨®rico en el que las inversiones est¨¢n disminuyendo, las misiones concretas ofrecen m¨¢s posibilidades de ilusionarse. Cuando esas misiones necesitan la colaboraci¨®n de varios sectores, es posible crear instrumentos para recompensar a las empresas que inviertan junto a la Comisi¨®n Europea y los Estados miembros. No hablo de subsidios, sino de coinversiones. Los incentivos y rebajas fiscales pueden aumentar los beneficios, pero no suelen aumentar las inversiones. Las estrategias basadas en misiones pueden catalizar las expectativas y las inversiones en diversos sectores y as¨ª equilibrar unas econom¨ªas demasiado dependientes de ¨¢reas concretas y permitir inversiones que, en caso contrario, no se har¨ªan.
Se trata de conducir el crecimiento econ¨®mico en una direcci¨®n con m¨¢s sentido
La misi¨®n puede ser tambi¨¦n una oportunidad para vincular la estrategia industrial a la pol¨ªtica de innovaci¨®n y fomentar una pol¨ªtica industrial que, en lugar de ¡°quedarse con los ganadores¡±, d¨¦ la bienvenida a cualquiera que est¨¦ dispuesto a asumir riesgos y a invertir a largo plazo para resolver los problemas de la sociedad. Adem¨¢s, esa ambici¨®n y esa atenci¨®n a la resoluci¨®n de problemas hacen que la pol¨ªtica industrial sea menos susceptible de caer en manos de intereses particulares. Es decir, establecer una misi¨®n puede catalizar inversiones p¨²blicas y privadas que aborden los retos sociales y tecnol¨®gicos fundamentales y redirijan el proceso de crecimiento econ¨®mico para resolver problemas concretos y, al tiempo, alinear las prioridades econ¨®micas con las de innovaci¨®n.
El 22 de febrero de 2018 publiqu¨¦ mis recomendaciones a la Comisi¨®n Europea en un informe, Mission Oriented Research and Innovation in the European Union: a problem solving approach to fuel innovation-led growth; en ¨¦l fijo cinco criterios para escoger misiones: que sean audaces y tengan valor social; que tengan objetivos concretos, para saber cu¨¢ndo se han alcanzado; que impliquen investigaci¨®n, innovaci¨®n y preparaci¨®n tecnol¨®gica en un plazo determinado; que fomenten colaboraciones entre sectores, entre participantes y entre disciplinas, y que permitan m¨²ltiples soluciones distintas y desde la base.
Tambi¨¦n ofrezco ejemplos de posibles misiones futuras para la UE, como eliminar los pl¨¢sticos de los oc¨¦anos, tener 100 ciudades neutras en carbono antes de 2030 y reducir la demencia en un 50%.
La pol¨ªtica basada en misiones no es un terreno desconocido. Existe una gran experiencia acumulada durante muchas d¨¦cadas que puede ayudarnos a crear un marco de trabajo m¨¢s coherente entre sectores, instituciones y Estados. Al controlar y orientar el poder de la investigaci¨®n y la innovaci¨®n, las misiones estimulan la actividad econ¨®mica y el crecimiento y, adem¨¢s, pueden ayudar a resolver los problemas m¨¢s complejos de nuestro tiempo.
Mariana Mazzucato es profesora en el University College de Londres, donde ha fundado y dirige el Institute for Innovation and Public Purpose (IIPP). Es autora de The Entrepreneurial State: Debunking Public vs. Private Sector Myths.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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