Paredes de un metro de grosor, orientaci¨®n Sur y estancias sencillas en las que impera el pragmatismo. Can Caterina combina lo mejor de la arquitectura tradicional ibicenca con peque?os lujos contempor¨¢neos a los que su propietaria brit¨¢nica no ha querido renunciar. Espacios que ganan protagonismo en verano como la piscina rodeada de lavanda y un cenador desde el que contemplar la incre¨ªble puesta de sol de la isla.