Teatro en el Mediterr¨¢neo
Resultan sorprendentes los avisos casi simult¨¢neos de rescate de la Guardia Costera italiana y Libia
Si analizamos con detenimiento lo sucedido en alta mar el d¨ªa 24 de junio de 2018 evidenciamos innumerables casualidades que no hemos visto nunca durante dos a?os de operaciones de rescate en el Mediterr¨¢neo colaborando estrechamente con la Guardia Costera italiana.
Durante esa ma?ana la Guardia Costera italiana lanz¨® siete avisos por Inmarsat de embarcaciones con vidas en peligro: el caso 484 a las 08.16 y los casos 485, 486, 487, 488, 489 y 490 durante los siguientes 68 minutos. No es habitual recibir tantos avisos seguidos, situados todos en aguas internacionales y en un radio de 5,7 millas. Es poca la distancia entre ellos despu¨¦s de haber navegado entre seis y siete horas para recorrer 29 millas sin aparatos electr¨®nicos, muy sobrecargados y en manos inexpertas.
Tantas embarcaciones tan juntas a la misma hora significa que salieron pr¨¢cticamente del mismo lugar y con muy poco tiempo de diferencia. No deber¨ªa pasar inadvertido para nadie, y menos para los que deben perseguir el tr¨¢fico de personas y para ello son entrenados, armados y financiados por la UE, la log¨ªstica para transportar hasta la costa a m¨¢s de 1.000 personas: siete embarcaciones que deben montarse, hincharse y lanzarse a la mar con m¨¢s de 1.000 litros de combustible. Y adem¨¢s, con la dificultad intr¨ªnseca de embarcar de madrugada a hombres, mujeres y ni?os aterrorizados, sin la connivencia de muchas personas, incluso de la propia guardia costera libia con base en Al-Khums, de donde se supone que salieron las pateras y donde tienen puerto las diferentes embarcaciones donadas por Italia.
Se suman a las casualidades que el barco Aquarius, fletado por la ONG SOSMediterran¨¦e y MSF, curiosamente estaba muy al Oeste de esa posici¨®n, m¨¢s de 100 millas n¨¢uticas y que al barco Open Arms se le deneg¨® a ultima hora el permiso para atracar en La Valletta para realizar un cambio de tripulaci¨®n, avituallamiento y reabastecimiento de combustible. El barco Open Arms estuvo detenido en aguas internacionales durante 12 horas hasta que la organizaci¨®n consigui¨® fletar por horas otro barco en Malta para transportar a aguas internacionales la tripulaci¨®n y el material necesario. Lo que retras¨® la llegada del Open Arms a la zona SAR unas 10 horas.
Ya en la zona de b¨²squeda y rescate el capit¨¢n del Open Arms solicit¨® al piloto del avi¨®n Colibr¨ª, que pertenece a la organizaci¨®n francesa de pilotos voluntarios y que colabora en las tareas de b¨²squeda y rastreo de embarcaciones a la deriva, si pod¨ªa confirmar la posici¨®n de los casos antes mencionados. La respuesta fue que no pod¨ªa despegar porque casualmente las autoridades de Lampedusa le negaron deliberadamente repostar combustible.
Sin testigos en el mar ni en el aire, el escenario preparado para la exhibici¨®n del proyecto italiano y la guardia costera libia estaba servido la v¨ªspera casualmente de la visita a Tr¨ªpoli del controvertido ministro del interior italiano, Matteo Salvini, y gran valedor de apoyar y financiar a este grupo armado. Al d¨ªa siguiente en ministro de transportes italiano declaraba en los medios que Italia proporcionar¨ªa m¨¢s patrulleras para ese cuerpo militar.
La Guardia Costera Italiana inform¨® al Open Arms, el ¨²nico barco registrado oficialmente como barco de rescate, dotado adem¨¢s de equipo m¨¦dico y que llegaba al rescate de la ¨²ltima embarcaci¨®n que ¡°no era necesaria nuestra presencia¡±.
En condiciones normales, detectar las pateras, asegurar y rescatar del mar a 1.000 personas en diferentes casos supone unas diez o doce horas. Incre¨ªblemente, las patrulleras libias sin embarcaciones auxiliares, sin chalecos salvavidas ni personal cualificado lo consigui¨® en menos de cinco.
El teatro cost¨® la vida al menos a 10 personas y uno de los casos, con unas 120 personas, al parecer desapareci¨®. Y digo al parecer porque ni la Guardia Costera italiana, que lanz¨® la llamada de emergencia, ni el proyecto de guardacostas libio que seg¨²n los primeros coordinaba los rescates, cerr¨® formal y oficialmente ninguno de los siete casos que abri¨®.
?scar Camps es fundador y director de Proactiva Open Arms.
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