El descenso a los infiernos de Heather Locklear
Estrella de los 90, la actriz vive marcada por sus violentos episodios relacionados con las drogas, el alcohol y los des¨®rdenes psicol¨®gicos
Antes de que Emilia Clarke sorprendiera con sus dragones en Juego de Tronos. Antes de que Elisabeth Moss y su The Handmaid¡¯s Tale fueran lo m¨¢s comentado de la televisi¨®n. Antes de que Krysten Ritter llegara pisando fuerte con su Jessica Jones en la peque?a pantalla. Antes que todas ellas estaba Heather Locklear. Fue ¡°el amuleto de la suerte¡± del legendario productor televisivo Aaron Spelling. La actriz que todo lo hac¨ªa bien y convert¨ªa las series que tocaba en oro, ya fuera en Dinastia, Melrose Place o incluso a su paso por esa comedia que intent¨® salvar titulada Loca Alcald¨ªa (Spin City). Pero esos eran los 90. La d¨¦cada en la que esa rubia platino llamada Heather Locklear se convirti¨® en la reina de la pantalla. La malvada, la admirada, la m¨¢s guapa, la m¨¢s dura, el modelo de mujer que muchas querr¨ªan ser en aquel entonces y con la que muchos so?aban.
Pero queda muy poco de aquella la actriz y modelo que ahora tiene 56 a?os y est¨¢ envuelta en muchos problemas. Locklear est¨¢ ingresada en un hospital de Los ?ngeles tras una supuesta sobredosis. El incidente tuvo lugar el lunes cuando una ambulancia acudi¨® a su residencia en Thousand Oaks, en el valle de Los Angeles (EEUU), atendiendo a una llamada de urgencia. Apenas hab¨ªan pasado unas horas desde que la famosa Amanda Woodward de Melrose Place hab¨ªa sido puesta en libertad bajo fianza tras ser detenida por golpear a un polic¨ªa y a un param¨¦dico que hab¨ªan acudido a su residencia el pasado domingo respondiendo a dos llamadas de urgencia. Lo que all¨ª se hab¨ªan encontrado era una actriz ¡°extremadamente intoxicada y nada cooperativa¡±, explic¨® a los medios un portavoz de la oficina del sheriff. Un retrato de la actriz demasiado com¨²n en el ¨²ltimo a?o.
La polic¨ªa tambi¨¦n acudi¨® a su casa el pasado febrero por una disputa dom¨¦stica, cuando fue retenida de manera involuntaria en un psiqui¨¢trico ante el riesgo de un posible suicidio. Tambi¨¦n se recomend¨® entonces su paso por una cl¨ªnica de desintoxicaci¨®n. Im¨¢genes todas ellas que tienen muy poco que ver con esa Locklear que, al menos en la pantalla, pod¨ªa con todo.
En sus siete a?os en el 4616 de Melrose Place, la direcci¨®n m¨¢s conocida de Los ?ngeles en los 90, Amanda pudo con todo: explosiones, secuestros, seducciones, matrimonios, incluso intentos de asesinato. Era la mala de una serie a la que ech¨® la sal y la pimienta y que abri¨® paso a lo que luego ser¨ªan otros epis¨®dicos que empoderaron a la mujer como Friends o Sexo en la ciudad. Para entonces Locklear sab¨ªa mucho de supervivencia tras sus a?os en Dinast¨ªa (1981 al 1989) como Sammy Jo Carrington, la inocente sobrina de la familia que sab¨ªa c¨®mo manej¨¢rselas en ese nido de v¨ªboras. Y aunque su futuro en las manos de Spelling parec¨ªa marcado, Lockler siempre mantuvo una disposici¨®n sonriente y abierta a cambiar la direcci¨®n. ¡°Conmigo las cosas cambian de un d¨ªa a otro¡±, declar¨®.
El cambio art¨ªstico nunca lleg¨® a materializarse. Heather Locklear se qued¨® en el recuerdo como icono de los tiempos pasados con peque?os papeles en otras series o intentos de resucitar la nostalgia.
Locklear siempre fue alabada por su ¨¦tica profesional, huyendo de los esc¨¢ndalos que hoy la persiguen. Incluso su supuesta relaci¨®n en la d¨¦cada de los 80 con un entonces jovenc¨ªsimo Tom Cruise no dio que hablar. ¡°No es de se?oritas hablar de pasados amor¨ªos¡±, dijo al ser preguntada sobre esta posible relaci¨®n.
Se cas¨® en 1986 con el rockero Tommy Lee, de los Motley Crue, cuando ambos estaban en la cima de sus carreras. Y en 1994 con el guitarrista de Bon Jovi Richie Sambora, con quien tuvo una hija.
Su segundo divorcio fue sonado y hace una d¨¦cada Locklear comenz¨® a dar muestras de un comportamiento err¨¢tico. Queda la duda de si su fama fue una trampa para ella, presa f¨¢cil de una nueva era de paparazis y redes sociales. Tambi¨¦n se fueron alternando los diagn¨®sticos de ansiedad y depresi¨®n con las detenciones por conducir bajo los efectos del alcohol o sus ingresos en urgencias por la supuesta ingesti¨®n de barbit¨²ricos. Un complicado diagn¨®stico para la que fue en su d¨ªa la novia de la televisi¨®n y que ahora espera a ser dada de alta en un hospital de Los ?ngeles.
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